La película argentina que dura una hora y media, arrasa en Netflix y es el debut en cine de una famosa uruguaya
Estrenada en los cines en septiembre, es el film más visto en la plataforma de contenidos por streaming; está protagonizada por Carla Peterson y Julieta Díaz; además participan Fito Páez, Esteban Lamothe, Nancy Duplaá y Cecilia Dopazo
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En No me rompan, Carla Peterson y Julieta Díaz componen a dos mujeres que “provienen de diferentes mundos, pero que viven bajo los mismos mandatos, presiones y responsabilidades”, apunta la información de prensa sobre este film estrenado primero en cines y que se ha transformado en la película más vista en Netflix, tanto en nuestro país como en Uruguay.
En la película, Ángela (Peterson) es una actriz de 45 años enredada en una incómoda separación con otro actor de fama. Vera (Díaz) divide su tiempo entre la venta de sus cremas artesanales que prepara en su casa y el duro y complejo trabajo de ser madre de dos hijas empoderadas. Aunque vienen de mundos distintos, terminan compartiendo un curso para aprender a gestionar la ira (tarea que no les resulta nada fácil). Contra todo lo imaginado, se convierten compinches y seres claves para desbaratar el negocio de un cirujano plástico que vende promesas tan imposibles como ilegales.
“No me rompan es un pochoclazo para pasarla bien”, apuntaba a LA NACIÓN Julieta Díaz en septiembre, a pocas horas del estreno de esta película basada en una idea original de Jazmín Rodríguez Duca de la que participan figuras como Fito Páez, Esteban Lamothe, Nancy Dupláa, Cecilia Dopazo y Martín Garabal. Once años atrás, las dos talentosas actrices habían trabajado en el film Dos más dos, en el que interpretaban a las parejas de los personajes de Adrián Suar y Juan Minujín. No me rompan las volvió juntar, esta vez dirigidas por Azul Lombardía (la misma de La vida según Roxi y Dóberman) en una comedia en decidida clave feminista, en la que una de sus capas es la mala praxis en las cirugías estéticas.
“Lo de los mandatos de belleza es una tema que afecta a hombres y a mujeres. Todos nos sentimos muy presionados, siempre; nosotros nos pusimos esas reglas, esas pautas de la imagen, del éxito. Con el paso del tiempo llegamos a lugares muy peligrosos y nos vamos dando cuenta que no entramos más en esas estructuras y pasan todas estas cosas: como las malas praxis en las cirugías estéticas. Pero hay que bucear en cómo es que llegamos a ese lugar. El villano de la película [el peruano Salvador del Solar] oficia de metáfora de lo que puede ser ese mundo. Pero desde cuando te probás un talle XXL y te queda apretado, la cosa no va”, reflexionaba Carla Peterson, la actriz de las series Lalola y Los exitosos Pells, de la película Bondia y la explosiva performer de la obra Corazón idiota, que hizo con Griselda Siciliani.
En aquella entrevista, Julieta Díaz -la que alguna vez hizo de Eva Perón, de Claudia Villafañe y formó parte de elencos de series como 099 Central o Locas de amor- destacaba el hecho de que ninguno de los dos personajes juzgara al otro. “Muestra las miserias de todos los personajes. El mío tiene un ego tremendo y se enfrenta a él. Ese ego tiene que ver con sus propias inseguridades. De hecho, nuestros dos personajes apenas se conocen se juzgan hasta que, luego, se dan cuenta que detrás de eso está el miedo que no une”, señalaba sobre este proyecto que comenzó a gestarse hace unos seis años y que recién llegó a la pantalla de los cines hace unos meses.
Durante ese largo período se fueron sumando amigos y amigas de ambas actrices de tantos trabajos en teatro y en la pantalla. Como el mismo Fito Páez, que en medio de su gira mundial se hizo un tiempo para filmar una escena para la cual llevó su propio vestuario y aportó ideas. Durante una hora y media, la actriz famosa con aire de diva (“No sos vieja, pero estás a punto de serlo”, le suelta sin anestesia el cirujano en cuestión) y la ama de casa superada por su vida cotidiana (“¿Sabías que las peluquerías son un producto de heteropatriarcado?”, le pregunta la hija como si nada pasara) terminan desbaratando el nefasto plan del cirujano mediático en medio de una escena de tono policial con un final a todo ritmo. Ese mismo que, seguramente, disfrutan aquellos que han transformado a No me rompan en un éxito de Netflix.
Un debut cinematográfico
No me rompan se grabó durante seis semanas entre Montevideo y Buenos Aires y del elenco formaron parte figuras uruguayas como Claudia Fernández y Alfonso Tort.
“Es mi debut cinematográfico”, dijo Fernández hace unas semanas al diario uruguayo El País y sumó: “Este año, al no hacerse otra temporada de Got Talent, dio lugar a que mi inquietud me lleve a hacer otras cosas”.
En febrero pasado, la mediática había mandado un video “a cara lavada” presentándose y “con todo lo que había que hacer”. Después tuvo un encuentro con la directora y también realizó una prueba de cámara. Luego de unos días, la llamaron para confirmarle que había sido elegida y que debía interpretar a Paola, la exnovia y nueva jefa de Ramiro (Alfonso Tort), el esposo de Vera (Díaz).
“Mis intervenciones son poquitas pero lindas, son con Julieta Díaz quien es una persona muy generosa. Me ayudó con unos piques en un par de escenas, de esos que cambian todo. No todos tienen esa generosidad y ella la tuvo conmigo. Lo mismo todo el equipo, la directora una genia, todos despegados”, remarcó al medio uruguayo.
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