Julianne Moore en Cannes: "El feminismo lucha por la paridad en todos los terrenos"
CANNES.- Cada año, a mediados de mayo, llegan a la Costa Azul francesa más de 30.000 profesionales del sector audiovisual para participar del principal festival y del mercado de cine más grande del mundo. Las actividades (proyecciones, conferencias, presentaciones) son tantas que elegir alguna significa perderse muchas otras que se realizan de forma simultánea. Es que están los eventos de las secciones oficiales, los del Marché du Film, los de las secciones paralelas y las de las decenas de sponsors que aprovechan la alta exposición mediática para posicionar sus marcas o su imagen corporativa.
Muchas de esas actividades paralelas se realizan en los exclusivos y míticos hoteles que dan a la playa de la Croisette, como el Martinez o el Carlton. Hoy, pasado el mediodía, mientras en las salas se proyectaban decenas de películas, se pudo disfrutar a varias figuras de la historia grande del cine. Por un lado, en el auditorio ubicado en el subsuelo del hotel J.W. Marriott, el director estadounidense John Carpenter era celebrado por la Quincena de Realizadores: le dieron el premio Carroza de Oro, dio una charla pública y exhibieron El enigma de otro mundo (The Thing).
A 300 metros de allí, en el salón Baule de otro célebre hotel como el Majestic, una tarjeta de crédito organizó un encuentro con tres artistas de primera línea siempre venerados en Cannes que charlaron sobre su formación, su proceso creativo, sus métodos de trabajo y su visión del cine: el actor y director canadiense Xavier Dolan (compite por la Palma de Oro con Matthias et Maxime), la actriz estadounidense Julianne Moore (que viene a presentar The Staggering Girl, del italiano Luca Guadagnino); y el venerado cineasta alemán Werner Herzog (exhibe fuera de competencia Family Romance, LLC.). Tres generaciones (tienen 30, 58 y 76 años, respectivamente), tres orígenes distintos y tres formas de pensar, sentir y hacer las películas.
Primeros recuerdos del cine
Julianne Moore: "Pasé parte de mi infancia en Alaska, donde iba al cine todo el tiempo. Veía películas para chicos como Los Aristogatos, pero también otras para adultos como Así habla el amor / Minnie and Moskowitz, de John Cassavetes. Otra película que me impactó después, ya de adolescente, fue 3 mujeres, de Robert Altman. Mi formación cinéfila, que mucho le debe al que programaba esa sala en Alaska, vino mucho antes que la actoral, de hecho en aquellos tiempos pensaba que iba a ser doctora."
Werner Herzog: "Nací en tiempos en que no había cines, ni televisión... ni agua corriente. Mi formación es completamente autodidacta y me parece bien que haya sido así. No soy muy afecto a las escuelas de cine. Con los primeros ingresos que obtuve trabajando en una mina me compré una cámara 35mm, aunque mi sueño era ser esquiador profesional. Un amigo muy cercano tuvo un accidente casi fatal y decidí que ser atleta no era algo para mí."
Xavier Dolan: "Yo fui un niño actor que, como todos los niños actores, sufrió mucho. A los 16 años ya pensaba que nadie más me iba a contratar, era un artista frustrado de manera precoz, sentía que nunca encajaba. Por eso escribí un guión autobiográfico llamado Yo maté a mi madre y luego pensé que no había nadie mejor que yo para dirigirlo y protagonizarlo. Al menos, así no podían decirme que no estaba en condiciones de hacerlo."
Los métodos de trabajo
Moore: "Trato de poner algo de mi personalidad en cada personaje, hago un proceso de transferencia e identificación. No soy de las que creen que hay que apelar al 'método', perderse por completo en el personaje con la inmersión emocional y escindirse. Cuando vuelvo a casa después de filmar soy yo, recupero el control intelectual, y simplemente me preparo para rodar al día siguiente. Me gusta mucho generar una comunicación con el director o directora y luego con la gente. Pero, una vez que la película está terminada, y por lo tanto ya no puedo cambiarla, pierdo un poco la conexión. No me gusta demasiado verla ni verme, y creo que hay que ser siempre muy exigente y cuestionadora con el trabajo propio."
Herzog: "Siento que sigo inventando en cada película. Cuando me piden un consejo para estudiantes de cine les digo lo mismo: '¡lean!'. Leer hace la diferencia. Todos los mejores directores que conozco (desde Terrence Malick hasta Errol Morris) son grandes lectores. Yo leo todo el tiempo, incluso a poetas clásicos griegos o chinos. Son la mejor inspiración que tengo. Un director que no lee y cree que lo principal es un tweet no será nunca más que un mediocre. Hay que respetar a cada actor: en las pruebas de Fitzcarraldo Klaus Kinski necesitaba mucho tiempo para entrar en personaje; Mick Jagger, en cambio, caminaba cinco pasos y se convertía en un monstruo. No entendía cómo era capaz de hacerlo. No me interesa el método del Actor's Studio, descreo de los dogmas, los manuales y las técnicas. Hay que darle el espacio y el entorno ideal para que cada actor sea el arquitecto de sus propias escenas."
Dolan: "Al principio no me gustaba verme en pantalla, pero aprendí mucho dirigiendo a grandes actores y actrices, ellos me dieron nuevas nociones. Ahora soy más consciente de mis errores. Cuando escribo estoy muy pendiente de la musicalidad de las palabras, una sílaba más o menos puede cambiar por completo la fluidez de una frase. La música, en todo sentido, es una de las claves de mi cine, es parte de la poética. Cuando estoy filmando y nos sale algo bien grito y salto de alegría, aprieto fuerte al que tengo al lado. Vivo todo con mucha intensidad."
Las nuevas tecnologías
Herzog: "No soy un fan de las nuevas tecnologías. De hecho, extraño mucho el celuloide. Es cierto que con el digital podés filmar barato y editar en tu laptop, pero sigo trabajando como si lo hiciera en celuloide. Les digo a mi equipo que no somos recolectores de imágenes como si fuera basura. No hay que perder el tiempo. Cada segundo cuenta. No hay que dejar la cámara prendida porque sí, hay que tratar de capturar la esencia, ese momento trascendente que muchas veces nunca llega. Para los 90 minutos de Family Romance, LLC. solo rodé en Japón 300 minutos. Sabía perfectamente lo que quería y, cuando una toma estaba bien, no tenía la necesidad de volver a hacerla por las dudas. El contenido dicta la técnica y no al revés."
Dolan: "No hay nada como el fílmico. Mis primeros trabajos fueron en digital porque no tenía plata, pero ahora que puedo ruedo en fílmico, hago toda la postproducción en digital y luego proyecto en 35mm porque la diferencia de calidad es sustancial. Soy abonado a Netflix y es un fenómeno de consumo muy atendible, pero para mi no hay como la experiencia colectiva de la oscuridad y la pantalla gigante."
Hacia la paridad de género
Moore: "El feminismo lucha por la paridad en todos los terrenos y se necesitan cambios mayúsculos y persistentes para alcanzar la igualdad. Venimos de décadas, siglos, de modelos en los cuales las mujeres no se formaban y estaban predestinadas a ser solo esposas y madres. Los cambios culturales llevan muchos años y, por eso, creo en las cuotas en el cine, en la política y en otras áreas para asegurar por el momento, hasta que se consigan resultados definitivos, un piso de representación para las mujeres, que somos el 52% de la población pero tenemos menos acceso a los lugares de poder y decisión. Hay que dar un paso a la vez, sin juzgar a las demás porque no hay fórmulas comprobadas, pero el camino hacia la paridad es irreversible."
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