La actriz, que encabeza el elenco del thriller de terror Lo inevitable, conversó con LA NACION sobre su nuevo papel y se refirió a la posible vuelta de su abuela a la conducción de sus programas de eltrece
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Dar entrevistas no es lo que más le agrada. A su pesar, el set montado para el junket de prensa del film Lo inevitable, dirigido por Fercks Castellani, la espera. Juana Viale llega unos minutos después de lo previsto, lista para la faena. Se la percibe a gusto con los resultados de una producción que se aparta de los tópicos más transitados del cine local para involucrarse con una atmósfera de thriller fantástico, terror, drama y oscuridad. “Es una película de género, algo muy distinto a lo que yo hago y a lo que estamos acostumbrados a ver dentro de la producción nacional, lo cual hace que se trate de un proyecto muy tentador para una actriz”, sostiene Juana Viale en el comienzo de la charla con LA NACION sobre la película que se estrenará en salas este jueves.
Si su rostro fotografía muy bien frente a las cámaras de televisión, esa virtud se potencia ante los lentes del cine. En Lo inevitable, el physique du rôle de la criatura que le tocó componer la muestra despojadamente atormentada. “Mi personaje se llama Juana, es una madre dentro de una familia pequeña integrada por su hija y su hermano, quienes están muy cerca de ella”, describe. La supuesta llegada del Apocalipsis encuentra a ese círculo pequeño de pertenencia, atravesado por la religiosidad, bajo el influjo de profecías sobre el fin de la existencia y en el prólogo de un anunciado juicio final. “Es una mujer bastante reservada en cuando a dar opiniones”, reconoce Viale en torno a esa característica de su personaje ficcional que, quizás, comparte en su vida real. Se sabe, la actriz es discreta a la hora de pensar en voz alta su intimidad, acaso porque se crio en el seno de una dinastía donde los límites entre lo público y privado no fueron claros.
A la entrevista se presenta vestida de negro y con el cabello tirante, sobria y elegante en zapatillas. Todo parece quedarle bien. Incluso, el rostro denodado de ese personaje en medio de los abismos. “El cine me da todo lo que no encuentro en la televisión o en el teatro. El recurso en la forma de contar es lo que lo hace distinto y único, es un lugar del arte donde se pueden desarrollar historias y contarlas de una manera más mágica, como sucede con las series, formato que hoy tiene un nivel casi cinematográfico, la delicadeza lo define”.
-Al abordar un trabajo, ¿te preguntás qué generará en el público?
-No, eso es algo aleatorio. Ningún proyecto lo encaro pensando en el resultado final.
-¿Creés que tu actividad en televisión de los dos últimos años te acercó a una nueva audiencia que primero fue seducida por la conductora y ahora estará pendiente de lo que haga la actriz?
-Ojalá. El programa tenía un público cautivo que fue el que primero llegó a mí, pero luego otra gente se fue acercando. Me encantaría que quien me conoce cumpliendo un rol como conductora, pueda verme en un personaje y ya no como la que está al frente de un programa de televisión.
Viale conoce la experiencia del cine. Materiales como Las viudas de los jueves, de Marcelo Piñeyro; Mala, dirigida por Adrián Caetano; o Trópico de Sabrina Farji la contaron en sus elencos. También la ficción televisiva la convocó para algunos episodios de la serie unitaria Mujeres asesinas y para protagonizar la tira Malparida, ambas propuestas producidas por Polka, por citar algunos ejemplos.
El reemplazo inesperado y una prueba superada
Con carrera infrecuente, Juana Viale se reparte entre el mainstream televisivo y sus búsquedas artísticas en torno a proyectos de lenguajes más complejos y algo herméticos. Cuando estalló la pandemia del Covid, su abuela Mirtha Legrand debió correrse de su cetro bacanal para resguardarse del virus dejando su lugar nada menos que a su nieta, la chica rebelde que reniega de la prensa y es díscola a la hora de sociabilizar (al menos dentro del medio). Sin embargo, La noche de Mirtha y Almorzando con Mirtha Legrand domaron a la fiera ante la mirada de crédulos y de los que no lo eran. La hija de Marcela Tinayre e Ignacio Viale Del Carril fue de a poco. Ensayo y error. Conducir el histórico programa, nacido en 1968 al servicio de la Legrand, no es sencillo. Luego de dos temporadas al frente del ciclo, nadie puede negar que hoy Juana Viale es otra.
-Esencialmente, sos actriz. Entiendo que debe ser un gran ejercicio para vos estar al frente de un programa cuya agenda depende de la actualidad, justamente la antítesis de lo ficcional.
-Me siento mucho más cómoda componiendo un personaje, abordando otra personalidad. En cuanto a la conducción, es la realidad, con todo lo que implica la realidad argentina, pero también ahí se arma un personaje, porque uno no se puede trasladar con su propia vida a todos lados.
-La conducción también implica ejercer un rol.
-Exacto.
-¿Cómo se encuentra Mirtha Legrand?
-Mi abuela está muy bien de salud, se está recuperando. Creo que su mejor plan es no tener plan.
-¿Volverá a conducir su programa antes de fin de año?
-Quién sabe... No lo sé.
No desconoce que la consulta sobre la matriarca de la familia llegaría en algún momento de la charla. Es lo inevitable, parafraseando el título de su nueva película. Respetuosa del contexto, cada vez que el tema gira en torno a otras cuestiones, vuelve a encausar el diálogo hacia el tema que nos convoca. Se percibe su incomodidad cuando se busca abordar algún pensamiento que excede al estreno de su nuevo film.
-Durante 2022, ¿seguirás al frente de los programas de tu abuela?
-Estamos terminando este año al cual le quedan aún dos meses por delante. Pienso en el presente.
Poco convincente. Por estas horas, su hermano Nacho Viale y su socio Diego Palacio, responsables de StoryLab, la compañía que produce La noche de Mirtha y Almorzando con Mirtha Legrand, están evaluando la forma en la que los programas más emblemáticos de la televisión nacional, que desde hace varias temporadas salen por la señal de eltrece, seguirán en pantalla durante el 2022. Mucho se habló sobre la continuidad de la diva frente a cámaras y hasta circuló la versión de una posible despedida definitiva de Mirtha durante el último programa de este año. En ese caso, aún no se sabe si será Viale la sucesora natural o si la despedida de “la Chiqui” sería el punto final para el formato que lleva más de medio siglo en el aire. Desde ya, el trabajo ha sido un motor para Legrand, con lo cual no sería una sorpresa si, durante el ciclo venidero, decidiera aparecer esporádicamente como sucedió este año. Otro de los interrogantes surge en torno al deseo de Juana Viale de abordar, por tercer ciclo consecutivo, este compromiso y postergar su carrera como actriz. En pocas semanas comenzarán a despejarse algunos de estos interrogantes en cuya resolución tienen un peso gravitante la evolución de la situación pandémica y la salud de la reina madre de la televisión, a quien le colocaron dos stents el 30 de septiembre pasado y que el 23 de febrero próximo cumplirá 95 años.
Herencias
-Los personajes de Lo inevitable viven un momento expectante en torno a la concreción del apocalipsis. En lo personal, ¿atravesaste algún apocalipsis en tu vida?
-(Largo silencio) Algunos, sí, puede ser... No me lo habían, ni me lo habían preguntado nunca.
-Más allá de las diferencias puntuales que podés tener con el personaje, ¿apelás a lo propio para construir?
-No. No lo veo así. No me pasó. Este personaje está lejos de mi vida personal.
-De todos modos, lo inevitable forma parte de la vida.
-Sí, por supuesto. La vida...
-Por definición.
-Sí, es así.
-Tu abuela ha sido una estrella de la época dorada de nuestro cine y Daniel Tinayre, tu abuelo, fue un director trascendente por demás interesante. Continuar la dinastía cinematográfica, ¿te genera alguna presión?
-No es una carga, hay muchas familias que, generación tras generación, siguen la misma vocación. De hecho, Sofía Loren hizo, hace poco, una película dirigida por su propio hijo (Edoardo Ponti).
-La vida ante sí...
-Maravillosa. Para mí es natural, en mi hogar fue así. En las fotos familiares están las fotos de rodaje. Es un orgullo.
-Se percibe cierta atmósfera en Lo inevitable que podría haber sido creada por Daniel Tinayre.
-Una parte de él hubiese estado en esta película.
-¿Te ves dirigiendo cine?
-Ojalá, es un proyecto a futuro, hay que estar preparado para hacerlo.
El director Fercks Castellani embebió a Lo inevitable, su segundo largometraje, en una lógica que se aparta de la racionalidad corriente. Egresado del Centro de Investigación Cinematográfica, se vislumbra en su relato y estética la influencia de Alfred Hitchcock, David Lynch, Stanley Kubrick, Brian de Palma, Martin Scorsese, Quentin Tarantino y Fabián Bielinsky, sus referentes. Lejos de una razón convencional, los personajes del film atraviesan una realidad atravesada por parámetros propios. “Hay algo más importante que la lógica: es la imaginación”, dicen que aseveró Hitchcock, una de las fuentes de las que se ha nutrido el director.
“Mi personaje vive en un estado de duda entre lo que es y lo que no es”, reflexiona Viale. Nada es convencional en este cuento y lo cotidiano se vuelve tensionado por situaciones poco frecuentes en torno a esa llegada de un momento decisivo de la existencia atravesado por las creencias religiosas. “Ella está poco convencida, pero se le presentan indicios que indican que eso está sucediendo. Es muy sensible, aunque vive sujeta a un grupo religioso al que en algún momento perteneció”.
Luciano Cáceres, Daryna Butryk, Javier Godino y Carlos Portaluppi completan el elenco de esta producción, rodada en 2019, y que obtuvo el primer premio Sitges Pitchbox Award en el certamen Blood Window de Ventana Sur y participó en la sección oficial de Sitges Coming Soon. “Tiene el plus de ser una realización independiente que no recibió ningún subsidio, hay que tener en cuenta que no es fácil ni económico recrear el ambiente en el que transita la película. Desde todos los lugares donde uno se pare a observarlo, es todo un desafío”, reconoce Viale. El material no solo no recibió subsidios oficiales, sino que se gestó a partir de un modo de producción cooperativo.
El futuro
Más allá de su ocupación en televisión, el inminente estreno de Lo inevitable y un nueva filmación durante 2022, la actriz tiene previsto una gira teatral por Uruguay durante enero y parte de febrero, tournée que tendrá características especiales ya que, en mayo de este año, murió Victoria Césperes, actriz uruguaya y muy amiga de Juana Viale. Juntas habían protagonizado la pieza teatral La sangre de los árboles, de Luis Barrales, en el país y en el exterior. La pérdida de la joven artista fue un golpe duro de asimilar.
-Tu próxima gira por Uruguay tendrá cargas emocionales importantes...
-Lo importante es trabajar y que la gente nos acompañe en esta película.
Su mirada muta, evita referirse a ese traumático suceso. Golpe de timón y cambio de tema para terminar la charla: “Es difícil mechar teatro con filmaciones y aún no sabemos qué pasará el año que viene con la televisión. Además, soy madre”, concluye. Luego vendrá una muy breve sesión de fotos que ella interrumpirá al no querer dirigirse a un coqueto jardín ubicado a pocos metros del set. “No”, dice con mirada sostenida antes de marcharse. Juana Viale en estado puro.
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