Jodie Foster, lejos del ataque de pánico
La actriz, que filmó embarazada, cuenta los pormenores de "Panic room", la película en la que reemplazó a Nicole Kidman
A tres semanas de haber empezado la producción de "Panic room", de David Fincher, la estrella, Nicole Kidman, se vio obligada a retirarse por causa de un problema en la rodilla. Para sorpresa de muchos, Jodie Foster -que suele elegir sus roles con mucho cuidado- tomó de improviso la decisión de reemplazar a Kidman. "No es la primera vez que lo hago -dice Foster- y siempre me ha salido bien. Lo hice cuando Meg Ryan no participó en "Maverick". No sé si siempre es mejor decidir de este modo, pero esta vez salió bien."
En "Panic Room", Foster encarna a Meg, una rica divorciada cuyo tradicional edificio neoyorquino es invadido por tres ladrones armados. Ella y su hija (Kristen Stewart) se refugian en el cuarto acorazado ( el "panic room") del edificio, y la situación planteada es: ¿puede Meg arreglárselas para salir de allí antes de que los malvivientes logren entrar? "Era un gran guión y, por supuesto, yo quería trabajar con David -afirma Foster-. Le sigo la pista desde hace unos años, y le había dicho que quería hacer su próxima película, fuera cual fuese".
Fincher y el escritor David Koepp decidieron correr algunos riesgos: la acción empieza inmediatamente, sin presentación previa de los personajes. "Creo que es un film que se basa en los personajes -dice Foster-. Simplemente, tiene una manera más compleja de enfocarlos. No nos pasamos 45 minutos hablando de la historia de cada uno, sino que empezamos en plena acción."
La actriz se sintió atraída por la idea de interpretar a una mujer inmersa en una crisis sin ninguna advertencia, y que se sorprende al ver que tiene recursos para enfrentarla. "Cada una de las decisiones que toma son vitales. Lo que me resultó más interesante es crear un personaje capaz de hacer todo eso aun cuando ha perdido toda confianza en sí misma, porque la vida la ha vapuleado. Uno percibe que en una época, quince años atrás, era una bella joven que iniciaba esperanzadamente una relación, y ahora, quince años más tarde, está completamente desilusionada, amargada, y no cree que pueda cuidarse sola, no sabe tomar decisiones sola. Pero tiene que proteger a su hija, y cuando la crisis se desata recupera la confianza y pone en juego todas sus habilidades".
En la dulce espera
Para una actriz que bordea los 40 años, embarazada por segunda vez durante la filmación, "Panic room" representó una hazaña física. "Físicamente, me resultó el film más duro de mi vida -señala, compungida-. David es tan perfeccionista que una toma puede hacerse 30 o 40 veces, y en un film en el que una no se cambia la ropa, casi nunca sale del cuarto ni del edificio, una se vuelve loca." Y el mismo Fincher debe haber sido un problema: el hombre que hizo "Alien 3" (1992), "Pecados capitales" (1995) y "El club de la pelea" (1999) tiene fama de ser muy duro y exigente. Pero Foster, independiente y aclamada también como realizadora, dice que no tuvo problemas para adaptarse. "La verdadera recompensa para mí ha sido sentarme detrás de él y poder ver lo que hace, cómo piensa. Tiene una mente increíble, y técnicamente es el director más virtuoso con el que trabajé. Aprendí mucho. Además, me gusta trabajar con un director de mano firme."
"Panic room" es el primer film de Foster desde la ignorada "Ana y el rey" (1999). Tras haber sido una de las actrices más buscadas de Hollywood, Foster redujo la marcha desde 1994 y acaba de cerrar su productora Egg Films. "Ha sido una evolución. En el 94, empecé a dirigir "Vacaciones en familia", mientras al mismo tiempo promovía "Una mujer llamada Nell" y me ocupaba, en mi empresa, de la producción de otros films. No tenía vida. Era Navidad y allí estaba yo, recibiendo un fax a las tres de la mañana. Estaba muy comprometida con esos films, pero sólo quería dedicarme a ellos una parte del año, no que me comieran la vida."
El nacimiento de sus dos hijos -Charlie, en 1998, y Kit, en 2001- y la tarea de criarlos como madre soltera contribuyeron a sus decisiones. "No quiero perderme estos años con ellos y despertarme a los 50 preguntándome qué hice con mi tiempo. Prefiero hacer sólo los films que elijo, como actriz y como directora, y en realidad me cuesta dedicarme a mi carrera. Ya nada es como antes."
La actriz, que tendrá un rol de reparto personificando a una monja con una sola pierna en la última producción de Egg, "The dangerous lives of altar boys", dice que no le importaría si sus hijos siguieran sus pasos en el cine. "No es una pesadilla. Pienso dejarlos tomar sus propias decisiones, aunque no siento que la actuación sea la vida ideal para un niño. Yo pasé bien por todo eso, porque de alguna manera tengo la personalidad adecuada. Pero no tengo los tics de una actriz. No soy una de esas personas que se paran sobre la mesa y hacen imitaciones y quieren ser el centro de atención y que todo el mundo las mire y que terminan consumidas por su propia vanidad. ¡Yo tengo muchos otros problemas!"