Hulk: el grito de un tiempo de revancha
Tras cinco años, vuelve a la pantalla grande el personaje de Marvel, ahora encarnado por Edward Norton, que tuvo fuertes diferencias creativas con el estudio
Hay quienes dicen en Hollywood que Marvel todo lo puede. Hasta llevar adelante con una distancia de apenas cinco años dos superproducciones monumentales en despliegue y efectos especiales con el mismo personaje como eje.
Ese protagonista no es otro que Hulk, el gigante verde que se convierte en la otra cara del científico Bruce Banner -después de que éste se sometiera a un experimento con rayos gamma- y a la vez en el superhéroe más atípico de toda la historia del cómic. De hecho, esta suerte de variación del antiguo mito del hombre y la bestia lleva al extremo de la complejidad psicológica el leit motiv de los personajes de Marvel, atribulados y perplejos por sentirse a la vez débiles y poderosos.
Lo que aparece con claridad en el caso del Hombre Araña -la más popular de las criaturas surgidas de ese mundo imaginario creado por el gran Stan Lee- se manifiesta en Hulk, segundo en orden de repercusión, a través de un estado de irritabilidad incontenible que lo torna querible y peligroso a la vez en su versión gigantesca, musculosa y verde de la cabeza a los pies, aunque lo primero que le vemos con ese matiz son los ojos, poseídos por una angustia imposible de contener.
Lo conocimos aquí por primera vez por TV con los contornos de un dibujo animado que seguía casi fielmente el cómic original. Después, sin salir de la pantalla chica, llegaron a comienzos de los 80 las cinco temporadas de la recordada serie El increíble Hulk , con el malogrado Bill Bixby como Banner y el fisicoculturista Lou Ferrigno en la piel de su verdoso álter ego.
El salto a la pantalla grande con un film titulado como el personaje dejó satisfechos sólo a los críticos y a un puñado de incondicionales. De la mano de Ang Lee (el mismo de Secreto en la montaña ), redescubrimos desde el origen la historia del personaje mediante una perspectiva sensible e introspectiva, sobre todo al conocer cómo Banner (Eric Bana) había adquirido su extraña condición mientras enfrentaba una compleja relación con su padre (Nick Nolte) y su novia, la científica Betty Ross (Jennifer Connelly).
Pero al recaudar en Estados Unidos menos dinero del que se invirtió en su producción (137 millones de dólares) Hulk se transformó en un film maldito que llevó a Marvel a hacer todo lo posible para que fuese olvidado rápidamente.
Consolidado como estudio luego de ese paso en falso (lo que significaba hacerse cargo de las producciones en vez de otorgar a otros las franquicias de los personajes), Marvel tomó una veloz iniciativa y reemplazó bien rápido al Hulk de 2003 por uno nuevo. Así, apareció, para sorpresa de muchos, Hulk: el hombre increíble , cuyo estreno en la Argentina UIP anuncia para el próximo jueves. Otra versión de la historia del gigantón enfurecido y su búsqueda por hallar una cura para la situación a la que lo llevó el afán experimental del general Thunderbolt Ross, padre de Betty.
Fiel a las fuentes
Con casi 150 millones de dólares a su disposición, el realizador francés Louis Leterrier ( El transportador ) dijo que seguiría escrupulosamente el espíritu del cómic y de la serie de TV. En esa dirección, dio por sentado que el público conocía de sobra el nacimiento de Hulk, narrado sin palabras en los títulos iniciales, y optó por afirmar la trama en el enfrentamiento entre Bruce Banner (Edward Norton) y Ross (un William Hurt encanecido y bigotudo), con Betty (Liv Tyler) en medio de ambos. Mientras lucha por remediar su mal, primero en un virtual exilio en la gigantesca favela carioca de Rocinha y luego de regreso en su tierra, Banner se las ve con el enajenado Emil Blonsky (Tim Roth), un soldado ruso que se toma tan en serio su misión que termina poniéndose a la altura de Hulk transformado a su tiempo en otro monstruo, el Abominable.
La revancha imaginada por Marvel parecía encaminarse: a primera vista podía recuperarse del traspié de 2003 con un realizador probado en films de acción y un protagonista que garantizaba a priori (al igual que el exitoso Iron Man de Robert Downey Jr.) intensidad expresiva, confianza y cierto prestigio. Pero estaba escrito que si Banner no podía encontrar tranquilidad, sus equivalentes cinematográficos tampoco: Hulk, el hombre increíble se estrenó anteayer en Estados Unidos después de convertirse en el proyecto grande de Hollywood más discutido y sujeto a indiscreciones de los últimos tiempos.
Visiones encontradas
Lo que más lamentó Leterrier, el único entre los artífices de la película que habló con cierta amplitud en los últimos días, es que hubiera tomado estado público el conflicto desatado entre Marvel y Norton por el control creativo del film. Según los trascendidos más fuertes, de los que se hicieron eco medios tan autorizados en la meca del cine como el semanario Entertainment Weekly , el estudio ansiaba hacer de Hulk: el hombre increíble un film de acción pura, con pocas palabras y algo más de 90 minutos de extensión.
El realizador y Norton -que intervino aquí en el guión y es conocido entre sus pares por su alto perfil, ya que opina y se compromete en todas las instancias de los proyectos a los que se suma como un productor y director en las sombras- preferían, en cambio, un relato algo más detallista en los perfiles humanos, concentrado ante todo en la relación entre Banner y su novia.
Según relató Leterrier a Entertainment Weekly, todo funcionó de maravillas durante el rodaje, pero a la hora de la posproducción arreciaron las diferencias por cuestiones de montaje, ya que la versión imaginada por Norton se extendía -según los rumores- a casi 145 minutos, y la que será estrenada el próximo jueves llega a 114.
Fue tanto el desacuerdo, que en un momento el diálogo entre el actor y el estudio quedó interrumpido. Durante la etapa previa al estreno, Norton no participó de entrevistas y campañas promocionales del film y sólo en los últimos días aceptó aparecer en un par de programas de TV y fue visto junto a Tyler en la función de estreno mundial, en Los Angeles. A fines de abril, con el aval de Marvel y de los estudios Universal, Norton suscribió una declaración en la que sostiene que toda película es fruto de un trabajo de colaboración y que las eventuales diferencias surgidas en ese proceso deberían constituir un asunto privado, en este caso magnificado por algunos medios.
A la vez, mientras se aprestaba a iniciar un mes de vacaciones en Africa, el actor hizo saber por algunos allegados que aceptaba el derecho de Marvel a decidir el montaje definitivo del film, si bien opinaba que así la película tendría un perfil más comercial del que había imaginado originalmente.
Con toda seguridad, el debate seguirá después del estreno, aunque Marvel confía en que la buena recepción entre el público de algunas funciones previas tapará toda la usina de rumores y la dejará a la altura de un detalle más. Tan curioso como algunas de las sorpresas que promete la película, en la que aparecerá sobre el final otro héroe de la misma factoría haciendo referencia a un futuro que Marvel imagina con varios de sus más celebrados personajes solos o compartiendo aventuras en la pantalla grande.
Aunque parece dispuesto a participar en un posible Hulk 2, Leterrier dijo que hay demasiadas películas sobre superhéroes y el riesgo de saturación es un hecho. El estudio no parece preocupado: con un catálogo de 5000 personajes, Marvel siente que todo lo puede.
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