Hermosa venganza y el cine de la revancha femenina
Desde el cine de exploitation de los 70 hasta Perdida, Hollywood ha tenido una relación conflictiva desde siempre con antiheroínas como la que compone Carey Mulligan en el film nominado al Oscar
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Es cine de género: la primera secuencia de Hermosa venganza, la película nominada al Oscar que acaba de llegar a las salas, parece retomar aquella teoría feminista de Linda Williams sobre las películas sensacionales que ella denomina “grotescas” dividas en las categorías más convencionales de historias pornográficas, de terror y melodramas. Sexo, sudor y lágrimas. Lo “grotesco” depende de aquello que los espectadores deciden (desean) excluir por evocar sensaciones cuya única lógica dentro del relato parece ser la excitación de la platea. Williams pensaba en los fluidos de los cuerpos fílmicos con perspectiva de género en su doble acepción: las categorías en las que ordenamos a las obras cinematográficas, y a las personas.
Cuando Emerald Fennell, la directora y guionista de Hermosa venganza habla de su película se refiere al cine de terror: como sostenía el ensayo de Williams, el grotesco del cine de terror depende del punto de vista y la interpretación. Suena “It’s Raining Men” y Carey Mulligan camina descalza como si fuera una relectura de Fiebre de sábado por la noche mientras un fluido rojo chorrea por su cuerpo: la elipsis con la escena interior lleva a cada espectador a interpretar las imágenes de una manera distinta. ¿Es Cassie, la protagonista, una suerte de Patrick Bateman, una devoradora de hombres? ¿O la historia que se nos está por relatar esconde algo más?
La película es consciente de que las historias de venganza siempre fueron relegadas al denominado cine trash, exploitation, como si fuera esa categoría menor que no podía aspirar a premios serios. Pero si John Waters, el pontífice del trash, advertía que uno no debía leer solo por placer sino para entender mejor el comportamiento demencial de los otros (y el propio), la misma regla se puede aplicar al cine. En Faster, Pussycat! Kill! Kill!, las ¿heroínas? son tres mujeres que deambulan por la aridez del desierto californiano para castigar a los hombres, villanos de la historia. Cuando se estrenó en 1965 los críticos la despreciaron como una mala película de clase B y fue un fracaso en la taquilla. El director, Russ Meyer, reconocía que el público no estaba preparado para entender la historia de mujeres empoderadas que también podían desear tener una relación con otras mujeres. Pero el paso del tiempo ubicó a Faster, Pussycat! Kill! Kill! como algo más que un clásico de culto. Otra leyenda también reconocía su legado: Quentin Tarantino agradecía la influencia de Meyer en los créditos de A prueba de muerte (Death Proof, 2007), su película sobre tres mujeres que deciden vengarse de un femicida con una forma particular de asesinar a sus víctimas.
A prueba de muerte no fue la primera ni la única película sobre venganza femenina que hizo el director de Jackie Brown. Ya en otro desierto el personaje de Michael Madsen le advierte a su hermano en la ficción, David Carradine, que “esa mujer merece su venganza, y nosotros merecemos morir. Pero, de nuevo, ella también”. La frase es de Kill Bill: Volumen 2, se refiere al personaje de La Novia, y sirve para explicar por qué la venganza es un plato que se sirve mejor frío, pero que siempre trae consecuencias indeseadas donde no necesariamente hay “buenos y malos”. En 2003, en una discusión con la periodista Jan Wahl, Tarantino decía que recomendaba Kill Bill para las niñas de 12 años en adelante. “Esta no es una película sobre chicas lindas que ríen de manera tonta. Empodera a las jóvenes porque Uma Thurman es una vengadora, no pide permiso. Pero, desafortunadamente, su venganza es caótica y hace que gente inocente salga lastimada. Nunca funciona como se planea”.
Esa misma enseñanza aplica para la que muchos consideran la obra maestra del realizador: Bastardos sin gloria. Shoshana es la joven judía que escapa de las garras del maquiavélico nazi Hans Landa en la campiña francesa, e inicia como un estruendo el relato ambientado en la Segunda Guerra Mundial. La venganza definitiva es la de Shosana, pero también la del cine, contra Hitler y todos los jerarcas del Tercer Reich: la justicia poética en su máxima expresión. Pero, una vez más, se le recuerda al espectador que cuando se apaga un incendio con nafta cualquiera puede quemarse. Bastardos sin gloria culmina la trilogía de mujeres combativas que había iniciado Kill Bill: Volumen 1 (a menos que alguien lea Había una vez en Hollywood como una continuación de la misma temática).
La historia que Fennell estaba interesada en contar con Hermosa venganza también descartaba una visión reduccionista o moralista sobre lo que son los “buenos” contra los “malos”: “Siempre me interesó por qué la gente buena hace cosas malas y qué le pasa a la gente que cree que es buena hasta que se da cuenta que es mala, y eso mismo es lo que Cassie intenta probar, por un camino más problemático que al que nos tienen acostumbrados estas historias”. En El hombre invisible (2020) el terror que sufre Elisabeth Moss existe porque intenta escapar de un marido golpeador. Más que una remake del clásico con Claude Rains, que supo ubicar a Universal como uno de los grandes estudios en la década de 1930, esta nueva versión es una adaptación en el mejor sentido de la palabra. La mujer es la protagonista y la audiencia comprende el sufrimiento de la persecución constante por aquello que nadie más puede (ni quiere) ver. Ella es la víctima. Fennell reconoce que en su historia la mayor dificultad era esquivar un tropo común de estos relatos donde siempre la protagonista es la afectada directa por maltrato, golpes o violaciones. ¿Cómo escapar de ese lugar común? La tesis, por supuesto, es la película.
Con Perdida (Gone Girl, 2014) David Fincher no solo encuentra la oportunidad para contar otra historia “romántica” retorcida. El director, que compite por varios Oscar por su film Mank, hizo la película sobre la revancha de Amazing Amy (Rosamund Pike, en uno de esos roles que definen carreras) contra el marido que la engaña y se queda sentado en el sillón, abúlico, jugando a la Play. La advertencia de Amazing Amy va más allá del personaje que hace Ben Affleck: “¿Pensabas que iba a ser una chica buena del interior? De ninguna manera, bebé”. La adaptación de la novela de Gillian Flynn es otro juego al filo de la muerte lleno de humor macabro. Amy Dunne canaliza, a su modo, a otros personajes femeninos que supieron convertirse en íconos, como Sharon Stone en Bajos instintos y Glenn Close en Atracción fatal. Los títulos de ambas películas no podían haber sido más acertados en concordancia con la idea de los excesos sensacionales de los que hablaba Linda Williams. En esos tres casos es fundamental otro concepto teórico: dónde está anclado el punto de vista. La estructura ideológica de las películas de Hollywood siempre estuvo anclada en la mirada masculina. Fennell dice que, para ella, muchas películas sobre venganza femenina eran lo mismo que poner a un hombre con un vestido. ¿Se puede repensar un género desde otra perspectiva?
El mundo que habita Cassie está lleno de colores y sets que recuerdan a comedias románticas “tontas” o películas teen de adolescentes enamorados. La elección estética no es accidental, es deliberada y premeditada. Brian De Palma le daba un giro total a las películas sobre el baile de promoción en Carrie: otra historia melodramática de terror, sangre, lágrimas y otros fluidos. Al personaje de Sissy Spacek le advertían que todos se iban a reír de ella, tanto hombres como mujeres. El universo de Hermosa venganza también apunta contra la complicidad de quienes están en situaciones de poder, pero deciden no hacer nada. El título original de la película es una referencia al caso real de Brock Turner, un violador que fue sentenciado a solo seis meses de prisión por un juez que dictaminó que era un “hombre joven prometedor”. ¿Qué es la Justicia si las instituciones que deben impartirla no lo hacen? Para la directora británica la película debería dejar más incógnitas que respuestas.
Otra teórica del cine, Laura Mulvey, afirmaba que las películas plantean ciertas cuestiones sobre las formas en que nuestro inconsciente estructura los modos de ver y el placer de la mirada, pero Hollywood tiende a representar siempre el concepto de cine propio de la ideología dominante. Se podría argumentar que Hermosa venganza que refleja las obsesiones de la sociedad en la que fue producida (Fennell asegura que escribió el guion antes del movimiento #MeToo) y es una reacción contra esas mismas obsesiones. Tal vez, en ese sentido, Promising Young Woman sea, también, una venganza contra algo más allá de lo que sucede en la sala de cine. Una venganza contra los modos de ver (y representar) a la mujer en la pantalla.
Dónde ver las películas
- Hermosa venganza: en cines.
- Faster, Pussycat, Kill! Kill!: Qubit
- Kill Bill, Volumen 1 y 2: Flow
- Bastardos sin gloria: Netflix, Movistar Play y Amazon Prime Video
- El hombre invisible: HBO Go
- Perdida: Amazon Prime Video
- Carrie: Google Play, Apple TV+ (en alquiler)
- Bajos instintos: Netflix
- Atracción fatal: Movistar Play y Claro Video
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