A veces para contar la historia es necesario resumirla. Por eso se elige un día o un evento como fecha clave que marca el principio o el final de algo que, en realidad, fue el resultado de un largo proceso. No se puede culpar a una sola película por terminar con el período de enorme creatividad y protagonismo de los directores y alto nivel cinematográfico que fue el New Hollywood de la década del 70. Pero en la historia del cine le tocó ese papel a Heaven’s Gate,la película de Michael Cimino de cuyo estreno hoy se cumplen 40 años.
La revolución que comenzó a fines de los 60 con películas como Easy Rider y Bonnie and Clyde, entre otras, triunfó por unos gloriosos años y luego se fue deteriorando al comienzo de los 80. El rotundo fracaso de crítica y taquilla de la película de Michael Cimino cumplió un rol central en las modificaciones en la forma de producir películas, pero también pesaron otros fracasos y un cambio de clima de época en los Estados Unidos. El éxito de Tiburón y Star Wars inauguró el siguiente capítulo de la historia de Hollywood.
Antes de que sucediera todo eso, cuando los estudios todavía apostaban todo por los directores, Heaven’s Gate parecía una idea magnífica. Dos jóvenes ejecutivos de United Artists, el estudio creado en 1919 por Charlie Chaplin junto con Mary Pickford y Douglas Fairbanks, observaron el éxito de El francotirador, que había ganado cinco premios Oscar, y decidieron que debían conseguir el próximo proyecto de Michael Cimino .
La película está centrada en la Johnson County War de fines del siglo XIX, un conflicto violento entre los dueños de los ranchos de ganado de Wyoming y los inmigrantes que llegaban a esa zona en busca de una vida mejor. El presupuesto inicial fue de alrededor de 11 millones de dólares y United Artists pretendía que el film estuviera listo para la Navidad de 1979, para poder entrar en la competencia por los premios de la Academia de ese año. Aprovechando la desesperación de los ejecutivos del estudio, Cimino consiguió que el contrato estipulara que él haría lo imposible por terminar la película a tiempo pero que si en ese afán superaba el presupuesto, esto no sería considerado responsabilidad suya. Ni siquiera podrían tomar acciones contra el director si finalmente no lograba finalizar para la fecha acordada. Una muy mala decisión por parte de United Artists (UA).
Cimino tuvo libertad para elegir al elenco que quiso, por más objeciones que pudiera poner el estudio. Kris Kristofferson, Christopher Walken , Jeff Bridges y John Hurt fueron los elegidos como protagonistas masculinos, mientras que Isabelle Huppert se quedó con el rol femenino central, tras una batalla entre el director y los ejecutivos de UA.
Antes de empezar a filmar, Cimino no sólo hizo ensayar a los actores sino que les hizo aprender distintas habilidades que deberían utilizar en sus escenas. Según cuenta Jeff Bridges en el documental Final Cut, pasaron días enteros aprendiendo a montar a caballo y a patinar, practicando un acento yugoslavo y armando peleas de gallos. Esta preparación duró seis semanas antes del comienzo del rodaje y los actores llamaban a este entrenamiento el "campamento Cimino".
La obsesión del director por la perfección era incompatible con los planes del estudio. Cimino se tomaba el tiempo de acomodar a cada uno de los extras en cada plano, aún cuando en muchos de ellos había hasta 50 personas. Su director de fotografía, el legendario Vilmos Zsigmond, dice que el director "pintaba" el cuadro moviendo tal como lo haría un artista plástico pero moviendo físicamente a los extras de un lugar a otro. Al ver esos planos grandes de Heaven’s Gate realmente parecen pinturas y la búsqueda de la perfección de Cimino parece casi justificada.
El problema es que en el cine el tiempo es equivalente a mucho dinero. El cuidado excesivo con las posiciones de los extras o utilizar todo un día para hacer 52 tomas de un sólo plano, no le permitió al director avanzar con el ritmo necesario para terminar la película a tiempo. A dos semanas de comenzar estaban diez días atrasados según el plan de rodaje, tenían dos horas de filmación total con apenas tres minutos aprobados para usar por el realizador y habían gastado un millón de dólares.
Cuando UA envió a un ejecutivo al set para apurar la producción, que estaba a cargo de una productora elegida por el director, y cuidar el presupuesto, Cimino se enfureció y le prohibió la entrada a través de un memo, en el que también le indicaba que ni siquiera podía dirigirle la palabra.
El realizador siguió con su obsesión por cuidar cada detalle a cualquier costo. Hubo que instalar un carísimo sistema de riego para que el césped creciera verde y hermoso como lo quería el director; también tuvieron que llevar en camión una locomotora antigua desde un museo a varios kilómetros hasta la locación en la que estaban filmando porque era el modelo que Cimino prefería para la breve escena.
Un día el equipo técnico y los actores tuvieron que estar preparados desde las cuatro de la mañana hasta bien entrada la tarde, esperando casi toda la jornada a que las nubes quedaran cómo el director quería para una escena de batalla. Un técnico cometió el error de preguntar cuándo podían almorzar, Cimino respondió: "¿Almorzar? ¡Esto es mucho más importante!"
A pesar de los dolores de cabeza que el rodaje de Heaven’s Gate les estaba produciendo, los ejecutivos de UA quedaron impresionados cuando vieron el material filmado. "Parece como si David Lean hubiera decidido filmar un western", dijo uno de ellos, según cuenta Peter Biskind en su libro Easy Riders, Raging Bulls.
Finalmente pudieron controlar un poco a Cimino echando a su productora y poniendo a otra persona que se ocupara del día a día. Al director lo amenazaron con sacarle el "corte final", es decir, la potestad para elegir el montaje y cómo queda terminada la película. Entonces el rodaje comenzó a funcionar mejor pero el daño mayor ya estaba hecho.
Con un presupuesto de 44 millones de dólares, Heaven's Gate sólo consiguió recaudar 1.3 millones
Un periodista llamado Les Gapay, al que le negaron el acceso al set, consiguió un trabajo como extra y fue testigo de todas las complicaciones. Luego escribió notas que publicaron distintos diarios sobre los excesos que se habían cometido, incluidos detalles sobre 16 accidentes que se produjeron en un solo día de filmación de una escena de batalla.
Heaven’s Gate se estrenó finalmente el 19 de noviembre de 1980. La mala fama de su rodaje la precedía; el corte final de tres horas y treinta y cuatro minutos no logró convencer a la crítica que se ensañó con la ambición artística de Cimino. Después de una semana y con una mala performance en la taquilla, el director y el estudio decidieron retirarla de las salas. Cimino hizo un nuevo corte de dos horas y media pero tampoco funcionó. Con un presupuesto de 44 millones de dólares, sólo consiguió recaudar 1.3 millones.
Más allá de lo que la película significó para la producción de cine en general, lo más doloroso de la historia de Heaven’s Gate son las consecuencias que tuvo para su director, cuya carrera nunca pudo recuperarse realmente. Los actores tampoco consiguieron los premios, ni la exposición que se suponía que iban a tener al participar de la nueva película del director de El francotirador, aunque las carreras de Hupper, Walken y Bridges continuaron con éxito.
La historia de Hollywood convirtió al relato de los problemas de rodaje y fracaso en la taquilla de Heaven’s Gate en una fábula precautoria para realizadores megalómanos. "Esto es lo que sucede cuando se le da demasiado poder a los directores, se pasan de vueltas y todo se derrumba", parece ser la conclusión. Sin embargo, los grandes éxitos que dieron origen a la nueva era de las películas "blockbuster" o "tanque" fueron el resultado del trabajo de directores que también querían plasmar en el cine su visión personal, como Steven Spielberg y George Lucas.
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