Gugliotta, en busca de un doble
La directora prepara su segundo film, "Las vidas posibles"
Sandra Gugliotta espera ansiosa terminar su segunda película. Pasaron cuatro años de "Un día de suerte", su opera prima (con la que participó en el la sección Forum de Berlín, en 2002), la historia de una joven que, como le ocurrió a ella misma en medio de la crisis de 2001, piensa lo bueno que sería reencontrarse con sus raíces italianas.
Gugliotta trabaja desde muy temprano hasta la medianoche en la sala de edición, cosa de tener cuanto antes -en dos meses, según anticipa- la versión final para un estreno que todavía no sabe cuándo ni dónde será. En la Berlinale acaba de presentar, en dos working progress, un montaje de siete minutos. "Seleccionar qué mostrar en un ámbito como ése es como tener que anticipar lo mejor posible toda una película frente a un público muy especial, que no es el común, sino el de posibles inversores, coproductores, gente de la industria, que pueden ayudarte a terminar la película sin esas limitaciones económicas tan frecuentes en el cine argentino independiente", aseguró Gugliotta en diálogo con LA NACION, durante un intervalo de su trabajo cotidiano.
"Las vidas posibles" es una historia de amor y suspenso, dice la directora egresada de la Enerc, la escuela de cine del Incaa, un thriller que gira en torno de un tema muy concreto: el doble.
El guión obtuvo en la Berlinale un aporte de 60.000 euros de la World Cinema Fund, que le permitió, junto con un crédito del Incaa, llevar adelante el proyecto.
La historia, escrita con la colaboración de Pablo Fendrik, tiene como protagonista a Carla, una mujer que viaja 3000 kilómetros hasta la Patagonia en busca de Luciano, su marido, quien se había ido al Sur por trabajo, pero no volvió. Sin embargo, la clave no es la búsqueda, sino el encuentro, porque Luciano ya no es el mismo. Es decir, es igual, pero diferente del que conoció y no sabe por qué. "Tiene otra vida, otra mujer, otra familia. En realidad, duda de si es o no el mismo, y si es realmente el hombre al que quiere, por qué no la reconoce", asegura.
Ana Celentano, que ya había participado en "Vida en Marte", interpreta a Carla y Germán Palacios a ese esposo que esconde un secreto, a quienes acompañan Natalia Oreiro, Marina Glezer, Osmar Núñez y Guillermo Arengo. El rodaje, durante 2005, tuvo lugar en Buenos Aires, el Parque Nacional Los Glaciares y El Calafate, en Santa Cruz, donde fue declarada de interés provincial.
La primera película
-¿Cómo te fue con "Un día de suerte"?
-Se vendió muy bien en el exterior; se dio como en 60 festivales; se estrenó en nueve países y se programó en varios canales de televisión, lo que me tuvo bastante ocupada todo este tiempo entre una y otra, que generalmente angustia mucho a los directores.
-¿Cómo es tu idea acerca de cada cuánto tiempo poder filmar?
-Me gustaría hacer más cosas, algunas muy independientes y otras no tanto; diferenciar dos áreas: una, más chica; la otra, con financiamiento local y extranjero. No me gustaría esperar otros cinco años para volver a estrenar algo mío.
-¿Cómo nació "Las vidas posibles"?
-Escribí un cuento que era mucho más de género fantástico, y trabajé sobre ese tema, el del doble, el del otro, un tema tan amplio que me interesó profundizar.
-¿Y los actores?
-Me costó mucho encontrar al personaje de Carla. Me pareció interesante que fuera alguien no demasiado conocido. Así apareció Ana, que es una belleza en todo sentido, como actriz y como persona. También Oreiro surgió de un casting, en un momento en el que quería hacer algo diferente.
-¿Qué pensás del nuevo cine argentino?
-Creo que dio buenos resultados, pero que hay que seguir creciendo. Tanto el tema de las escuelas de cine como los premios en festivales, en cuanto a generar una industria, entusiasmar a gente que venga a filmar acá, hasta ahora todo es bueno; es útil como herramienta de pensamiento, pero bueno, todo tiene su tiempo.
-¿Cambiaste mucho desde "Un día de suerte"?
-Con respecto a mi película anterior, ésta tiene una cámara más quieta, personajes más adultos, más suspenso, además no es urbana. Es otro mundo. Al ser tan diferente, las preguntas con que me encontré fueron otras, y si a eso le sumás que todo el mundo en el que estás metido tiene rostros distintos, bueno, creo que se entiende por qué también la considero una primera película. Para mí, fue mucho más difícil hacer ésta que la anterior. Igual, para alguien que hace cine aquí la palabra "desmoralizar" no existe. Es mirar para adelante. Y siempre hay algo.
Temas
Más leídas de Cine
Thierry Frémaux, director del Festival de Cannes. “El cine argentino es tenido en cuenta en todo el mundo, hay que sostenerlo”
Con ojos norteamericanos. Gaucho gaucho es un atípico acercamiento a la vida rural en el Norte argentino
Hugh Grant, en su veta más malévola. El actor es lo mejor de este film de suspenso entretenido y bien realizado