Goya 2022: ganó la favorita en una ceremonia sin imaginación y con muy pocos momentos emotivos
El buen patrón se llevó el premio a la mejor película en la gala más importante del cine de habla hispana; también ganó su protagonista, Javier Bardem. Madres paralelas se quedó con las manos vacías: ocho nominaciones y ningún éxito
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El máximo premio del cine de habla hispana consagró en la noche del sábado a la película más nominada de sus 36 años de historia. El buen patrón, de Fernando León de Aranoa, había llegado a la noche de los Goya 2022 con el insuperable respaldo de 20 nominaciones y logró confirmar esa condición de favorito al llevarse los premios a la mejor película, director, actor protagónico (Javier Bardem) y guion original. Obtuvo en total seis estatuillas.
El buen patrón, un relato mordaz y satírico sobre el empresariado español, dejó con las manos completamente vacías a Madres paralelas, la película más reciente de Pedro Almodóvar, que había llegado a la ceremonia con ocho nominaciones y se quedó con las manos vacías. Ni siquiera hubo festejo para la rutilante Penélope Cruz, derrotada como actriz protagónica por otra actriz de pura cepa almodovariana, Blanca Portillo.
Tampoco pudo celebrar el cine argentino, que en los 36 años del Goya se llevó en 18 ocasiones el premio a la mejor película iberoamericana. La nominada de este año por nuestro país, Las siamesas, de Paula Hernández, perdió frente a la película chilena La cordillera de los sueños. Todo ocurrió en una velada que se extendió por más de lo previsto (tres horas y 15 minutos) y que tuvo solo algunos momentos verdaderamente emotivos en medio de un cuadro general definido por la falta de imaginación, la repetición de una misma fórmula y el aburrimiento.
Lo mejor de la noche tuvo algunos nombres propios: la reaparición de Joaquín Sabina, cantando por primera vez frente al público después de aquella caída del escenario sufrida en pleno concierto junto a Joan Manuel Serrat en febrero de 2020; el inspirado y elocuente discurso de agradecimiento del gran José Sacristán al premio que la Academia del Cine español le entregó por su trayectoria; la conmovedora interpretación de “Negra sombra” (cuya letra nace del poema más conocido de Rosalía de Castro) en la voz de Luz Casal para acompañar el segmento In Memoriam, y el reclamo a la comunidad internacional para que no reconozca al régimen talibán por parte de la cineasta afgana Sahraa Karimi, una de las muchas víctimas de esas atrocidades.
Por quinta vez la fiesta del Goya salió de Madrid y las primeras tomas panorámicas del imponente Palacio de las Artes Reina Sofía de Valencia, con su diseño futurista, abrían la expectativa de una gala innovadora, o al menos distinta a las habituales. Comenzaba “la gala del reencuentro”, según la definió en el monólogo de apertura la actriz Carmen Machi. Una celebración que vislumbraba la alegría del regreso a la normalidad y la vuelta del público a los cines.
En la gran platea, sin embargo, aparecieron algunas marcas de este tiempo anómalo que todavía perdura. Todos los invitados estaban sentados codo a codo, sin butacas vacías como separación, pero el barbijo fue obligatorio durante la ceremonia para la totalidad de los asistentes. Solo se lo quitaron los presentadores y los ganadores en el momento de los agradecimientos, algunos de ellos interminables.
En la primera fila, a la derecha mirando al escenario, estaban Fernando León de Aranoa y los responsables de El buen patrón. Del otro lado, a la izquierda, se acomodaron Almodóvar, Penélope Cruz y Javier Bardem, su esposo en la vida real. El actor era la única “avanzada” de la favorita de la noche en el sector ocupado por el equipo de Madres paralelas.
Además de El buen patrón, hubo festejos para Maixabel, de Icíar Bollaín, una de las películas más comentadas de la actual temporada cinematográfica en España. Rescata la historia real de Maixabel Lasa, viuda del político socialista Juan María Jáuregui, asesinado en 2000 por la organización terrorista ETA en el País Vasco. La película cuenta qué fue lo que llevó a la mujer a aceptar entrevistarse con los responsables de la muerte de su esposo. La verdadera Maixabel presenció la ceremonia al lado de Portillo, la actriz que la personificó. La película ganó otros Goya: actor de reparto (Urko Olazábal), actriz revelación (María Cerezuela) y música original.
Ni El buen patrón ni Maixabel tienen hasta ahora estreno previsto en la Argentina, ni en salas ni en plataformas. Lo mismo ocurre con la otra ganadora de la noche del Goya, Las leyes de la frontera, relato de iniciación ambientado en la España de los años 70 y basado en una novela de Javier Cercas, que también obtuvo varias estatuillas. Tal vez el estímulo de estos premios pueda alentar la llegada a nuestro país de las películas más nominadas del cine español más reciente. Por ahora, solo Madres paralelas tiene ese privilegio.
El premio a la mejor canción fue para la andaluza María del Carmen Llergo por Mediterráneo, película que recrea las acciones de Oscar Camps y su labor humanitaria como rescatista en alta mar de grupos de inmigrantes cuyas precarias embarcaciones se exponen a accidentes o naufragios. Ni Llergo, con “Te espera el mar”, ni las otras canciones nominadas pudieron escucharse en vivo durante la ceremonia. Hubo, en cambio, un par de momentos musicales fuera de lugar y ajenos a cualquier vínculo con el cine protagonizados por Bebe, Cristina Castaño, Jedet, C. Tangana y Rita Payés.
La única aparición musical que despertó interés fue la de Sabina, que en el día de su cumpleaños número 73 eligió la fiesta del Goya para reaparecer en público después de casi dos años. Acompañado por la guitarra de Leiva dejó una emocionante versión de “Tan joven y tan viejo” (quizás el tema que mejor refleja su presente), cerrada con un “¡Viva el cine español!”.
A excepción de algunos contados momentos como este, la ceremonia no se apartó de una única fórmula, la de llamar de a dos o de a tres a conocidas figuras de la pantalla española para que anuncien de manera sucesiva a los nominados y los ganadores en cada uno de los rubros. En ese desfile aparecieron algunas caras conocidas para el público argentino como Charo López, Belén Rueda, Najwa Nimri, Alvaro Morte, Juan Diego Botto y Angela Molina, encargada de cerrar la ceremonia con el anuncio del premio a la mejor película tras unas palabras de Antonio Banderas, en conexión desde Málaga.
El primer Goya internacional lo recibió la actriz australiana Cate Blanchett, ovacionada de pie mientras Pedro Almodóvar y Penélope Cruz le entregaban el premio. Blanchett será el año próximo la protagonista de la primera película en inglés del director manchego. De eso se habló mucho durante el discurso de agradecimiento.
La fiesta del Goya cerró el año dedicado a Luis García Berlanga, el extraordinario director nacido en Valencia un siglo atrás. En el comienzo de la transmisión, la clásica imagen del cohete lanzado hacia el cielo en Calabuch (1956) se unió con un show de fuegos artificiales alrededor del Palacio de las Artes. En el final, Molina recordó a quien se autodefinía como “el cineasta de la contradicción” con una frase suya: “El amor se abre paso sin remedio en el cine y en la vida”.
Demasiado poco para homenajear a una de las figuras más importantes de toda la historia del cine español. Nadie pensó que la imaginación, el espíritu satírico, la originalidad y el españolismo sin vueltas de sus películas podrían servir como inspiración y estímulo para el armado de la fiesta de este año. Pero el Goya 2022 fue todo lo contrario. A lo único que se rindió tributo fue a la pereza artística de sus responsables.
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