Globo de Oro: la primera gran batalla de la temporada de premios
Con el tiempo parece haberse instalado una fórmula de compromiso aceptada por todo el universo Hollywood para que los Globo de Oro se conviertan cada año en una de las referencias decisivas de la temporada alta de premios para la industria del entretenimiento más importante del mundo. La creencia tradicional, convertida a esta altura en lugar común, de que estos galardones dibujan con mayor precisión que cualquier otro lo que puede pasar con el Oscar ya resulta difícil de sostener. Lo saben los propios responsables de esta fiesta, nucleados en la Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood (Hollywood Foreign Press Association, HFPA), una organización de menos de 100 miembros cuya influencia resulta mucho más fuerte en la vida mundana de la capital del entretenimiento que en el valor crítico riguroso y fundamentado de su veredicto. La propia dinámica de reparto de estatuillas (con premios separados entre drama por un lado y comedia y/o musical por otro, pero con una sola categoría de directores, por ejemplo) así lo certifica.
Pero esta tan particular configuración no impidió que la HFPA se las ingeniara para imaginar y perfilar el encuentro más divertido de toda la temporada de premios. Tan disfrutable para sus invitados que nadie quiere perdérselo. La habilidad de estos organizadores también queda a la vista en la elección del anfitrión. Alguien tuvo un año la lucidez de pensar que Amy Poehler y Tina Fey podían funcionar juntas en esa función con una potencia colosal en materia de ingenio. Y que Ricky Gervais encajaría sin problemas con su vitriólica incorrección en el diseño de la ceremonia. Difícilmente toleraría el Oscar a esta altura algunos de los chistes del brillante comediante inglés que vuelve este año a ser el anfitrión del encuentro.
Lo cierto, entonces, es que la siempre devaluada condición de los Globo de Oro frente a un premio mucho más representativo como el Oscar no le quita legitimación a los galardones que se otorgarán este domingo 5 , a partir de las 22 (hora argentina), porque en verdad quienes toman las grandes decisiones en Hollywood sobre cine y TV siguen creyendo en su presencia insoslayable. Al no querer nadie quedarse al margen de las conversaciones sobre este premio, ya no quedan dudas de que sus eventuales ganadores quedarán muy bien parados de aquí en adelante. Es muy probable, entonces, que los Globo de Oro nos ayuden sobre todo a entender con bastante perspicacia cuál es el estado de ánimo reinante en Hollywood en relación con la actualidad y, lo más importante, con su futuro cercano. Y, de paso, también podrían darnos algunas pistas de lo que pueda pasar con el Oscar. Al fin y al cabo, la gran mayoría de los nombres en danza para los premios de este año aparecen entre los nominados. Faltan algunas figuras de peso (Robert De Niro entre los actores, Greta Gerwig y Noah Baumbach entre los directores), pero esas omisiones son escasas.
Por eso habrá que seguir con atención la ceremonia (la número 77 en la historia de estos premios) que se pondrá en marcha en el clásico escenario del Beverly Hilton Hotel. Sobre todo porque Netflix quiere que los Globo de Oro de este año funcionen como el definitivo trampolín de una zambullida en el mundo de los premios y que no lo encuentre, como el año pasado, con la sensación de derrota que giró al final de la temporada con el sueño frustrado de Roma por alcanzar la cumbre. Parece que en esta ocasión la cosa pinta mejor. Las tres películas con mayor cantidad de nominaciones acumuladas fueron producidas por el gigante del streaming, Historia de un matrimonio (seis), El irlandés (cinco) y Los dos papas (cuatro). También tiene cinco nominaciones Había una vez... en Hollywood. Por el lado de las candidaturas televisivas, The Crown y Unbelievable marcan el liderazgo con cuatro nominaciones cada una, al igual que la miniserie de HBO Chernobyl.
Esta perspectiva aparece como la más propicia para observar las pequeñas batallas que se irán dirimiendo a lo largo de la ceremonia, que no hacen más que anticipar otras batallas todavía más importantes. Veamos:
El irlandés vs. Había una vez... en Hollywood
La competencia mano a mano entre las dos favoritas a llevarse el Oscar a la mejor película de esta temporada no existe en los Globo de Oro, cuyos organizadores tuvieron la habilidad de separarlas aprovechando la ventaja de que todavía las nominaciones de la HFPA están divididas entre drama por un lado y comedia y/o musical por el otro. Dicho sea de paso, ubicar a la película de Quentin Tarantino del lado de las comedias parece una decisión por lo menos curiosa. Lo cierto es que el Globo de Oro se reserva la posibilidad de consagrar con el premio a las dos (es lo más probable que ocurra) mientras la pelea por ver quién se lleva el Oscar sigue por otro lado.
Renée Zellweger vs. Charlize Theron
La carrera por coronar a la mejor actriz de la temporada para Hollywood parece hoy reducirse a estos dos nombres. Y en este caso parece que Netflix no va a tallar pese al portento de interpretación entregada por Scarlett Johansson en Historia de un matrimonio. Lo que vaya a ocurrir este domingo puede anticipar todo lo que queda pendiente en este terreno de aquí al Oscar, sobre todo para ver qué es lo que se impone en el ánimo de Hollywood este año a la hora de consagrar actrices. Si la persistencia del espíritu culposo de Hollywood que termina exorcizado siempre tardíamente con premios que se parecen mucho a pedidos de perdón fuera de término o la toma de conciencia de la industria del entretenimiento en relación a temas de actualidad y debate tan candentes como el acoso sexual y el empoderamiento femenino. Los indicios más certeros dicen que el retrato del último año de la vida de Judy Garland a cargo de Renée Zellweger terminará imponiéndose a la Megyn Kelly (figura clave de Fox News) personificada por Charlize Theron en El escándalo. De las otras mujeres candidatas a mejor actriz sólo puede aparecer la sorpresa de Awkwafina, casi segura ganadora de ese premio en el caso de las comedias y/o películas musicales.
Joaquin Phoenix vs. el resto del mundo
Lo que indica la temporada de premios de este año es una rivalidad más estrecha que nunca en los últimos tiempos en relación con algunos premios actorales. Y por encima de esta ajustada contienda, la presencia protagónica poderosa de Joaquin Phoenix y su Guasón también puede funcionar como una señal transmitida desde Hollywood hacia el mundo. ¿Impondrá la capital mundial del entretenimiento la ligereza de su mirada sobre el mundo marcada por la idea central del entretenimiento o se sumará, como hace Guasón, a las grandes preguntas y los grandes dilemas sobre el presente y el futuro de un mundo marcado por las divisiones tajantes, la violencia solapada que estallará en cualquier momento y el pesimismo sobre el futuro? Phoenix tiene todo para llevarse el premio por encima de lo que puedan aportar candidatos tan fuertes como Antonio Banderas (Dolor y gloria), Adam Driver (Historia de un matrimonio), Christian Bale (Contra lo imposible), Jonathan Pryce (Los dos papas) y Leonardo DiCaprio (Había una vez... en Hollywood).
Jennifer Lopez vs. Laura Dern
La competencia mano a mano entre actrices de reparto en la temporada actual de premios es todo un símbolo de los equívocos que pueden aparecer en los Globo de Oro si los miramos en función de lo que eventualmente ocurra en el Oscar. La aparición de Jennifer Lopez en Estafadoras de Wall Street resulta tan poderosa que logró crear un consenso difícil de cuestionar en el camino hacia un Globo de Oro que se vislumbra casi seguro para ella. Sin embargo, fuera del festejo anticipado en favor de la cantante y actriz latina nacida en el Bronx y su carismática aparición en una de las películas sorpresa de este momento, hay que decir que nadie resigna las probabilidades de Laura Dern (Historia de un matrimonio) hacia el Oscar. Estamos cerca de una celebración alrededor de Jennifer Lopez. Tal vez a eso le suceda un reconocimiento hacia Laura Dern cuando aparezca el gran premio de Hollywood en un horizonte más cercano.
Brad Pitt vs. la vieja guardia de Hollywood
Si hay un lugar en el que el Globo de Oro parece acercarse más que ningún otro a la carrera por el Oscar es en el rubro de mejor actor de reparto. Este año se da la curiosa y llamativa circunstancia de que cinco veteranos curtidos en mil batallas fílmicas rivalizan por un premio que habitualmente cede buena parte de su espacio de nominaciones a figuras más novedosas o revelaciones. No es el caso de Tom Hanks (Un buen día en el vecindario, que no se estrenaría en los cines argentinos), Anthony Hopkins (Los dos papas), Al Pacino y Joe Pesci (ambos por El irlandés) y Brad Pitt (Había una vez... en Hollywood). De los cinco, Pitt se instaló desde el principio como el gran favorito para todos los premios importantes de Hollywood en su categoría. Sobre todo los galardones más fuertes, que encierran además de su valor intrínseco la cualidad de que la industria del entretenimiento se premie a sí misma. Y el papel de Pitt en la película de Tarantino es la mejor celebración posible de los oficios que identifican a Hollywood.
Tarantino vs. Scorsese
La batalla del año, extendida desde las nominaciones a mejor director hacia los otros rubros trascendentes y decisivos de cualquier reparto de premios en la temporada alta de Hollywood. Tarantino hace más ancha que nunca su pantalla, viaja en el tiempo hacia los recuerdos de su infancia y adolescencia en Los Ángeles y los transforma en energía cinematográfica, al extremo de animarse a cambiar la historia. Scorsese también recurre a la historia, pero bajo la forma de un verdadero testamento que honra su propia memoria como autor a lo largo de casi toda su filmografía. Pero también en esa contienda aparecen representados los dos poderes que Hollywood exhibe hoy como potenciales exponentes de su propio y probable futuro. Detrás de El irlandés aparece Netflix, el único que fue capaz de aportar los 150 millones de dólares que Scorsese necesitaba para hacer esta película como la imaginaba. Detrás de Había una vez... en Hollywood está la presencia de un gran autor como Tarantino, que necesita de la maquinaria más clásica de la industria para contar historias desde su sello personal. En la incertidumbre que reina alrededor de este resultado se sostienen los grandes interrogantes planteados en la actual temporada de premios. Más allá de la cercanía o lejanía entre el Globo de Oro y el Oscar, ambos premios se unen en un recorrido marcado este año por una rivalidad apasionante.
Los presentadores
La ceremonia de los Globo de Oro es la fiesta a la que nadie quiere faltar. Todo el universo Hollywood parece divertirse allí más que en ningún otro encuentro de la temporada alta de premios. En el salón principal del hotel Beverly Hilton los invitados famosos son tantos que apenas pueden moverse entre las mesas colocadas muy cerca entre sí. Allí el alcohol abunda y pone alegres a muchos, algo que siempre deja sobre el escenario algún momento memorable que su artífice muchas veces preferiría olvidar. Además, por tratarse de un premio que en varias categorías clave aparece duplicado, la presencia de astros y estrellas se duplica.
En las últimas 24 horas, los organizadores confirmaron la lista completa de presentadores a través de su cuenta oficial en Twitter. Estarán sobre el escenario de los Globo de Oro 2020 Ana de Armas, Pierce Brosnan, Tim Allen, Harvey Keitel, Margot Robbie, Amy Poehler, Salma Hayek, Scarlett Johansson, Rami Malek, Dakota Fanning, Chris Evans, Will Ferrell, Kate McKinnon, Kerry Washington, Charlize Theron, Sofia Vergara, Tiffany Haddish, Daniel Craig, Glenn Close, Ted Danson, Ansel Elgort, Nick Jonas, Brad Pitt, Leonardo DiCaprio, Lauren Graham, Antonio Banderas, Reese Whiterspoon, Cate Blanchett, Rachel Weisz, Naomi Watts, Jason Bateman, Jason Momoa, Zoe Kravitz, Christian Bale, Kit Harington, Jennifer Lopez, Matt Bomer, Helen Mirren, Gwyneth Paltrow, Wesley Snipes, Elton John y Bernie Taupin.
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