"Galáctica", o la rebelión de las máquinas
"Battlestar Galactica", serie de ciencia ficción creada por Glen A. Larson. Con Edward James Olmos, Mary McDonnell, Katee Sackhoff, Jamie Bamber, James Callis y Tricia Helfer. Los martes, a las 22 (se repite los sábados, a la 0.30) por TNT.
Luego de una tregua de 40 años, los cylones, una raza de máquinas, finalmente ganan la guerra contra sus creadores humanos. Menos de 50 mil personas sobreviven al ataque y sus naves se unen a Galáctica, una nave de combate a punto de ser convertida en museo junto con su comandante, Adama (Edward James Olmos) para escapar de un enemigo que los supera en fuerzas, en una carrera desesperada para alcanzar la Tierra.
Claro que los integrantes de este éxodo -los habitantes de las doce colonias- no saben que nadie conoce exactamente la ubicación de la Tierra ni si existe siquiera. Pequeño detalle que Adama y la otra autoridad humana, la presidenta Roslin (Mary McDonnell) han decidido ocultar para preservar el ánimo de la flota junto con otra información bastante pertinente: los cylones han creado doce flamantes "modelos", indistinguibles de los seres humanos a los que han reemplazado dentro de la nave.
Basada en la serie homónima, que se vio en nuestro país en la década del 80, la nueva versión de "Galáctica" producida por la señal de cable norteamericana SciFi que acaba de estrenar TNT tiene varias diferencias con su origen. En la suma de todas ellas se encuentra el fundamento de sus muchas virtudes estilísticas y narrativas, que trascienden el género de la ciencia ficción, pero pueden provocar sensaciones encontradas en aquellos fanáticos de su versión original, empezando por el hecho de que uno de los pilotos estrella de Galáctica, Starbuck, sea ahora mujer (aunque los habanos y los malos modos siguen estando allí).
Con guiones que saben combinar el suspenso, la acción y el drama -la política y la guerra, así como las historias personales de quienes las llevan adelante y quienes las sufren- sin dejar que el peso del interés recaiga en las vueltas de tuerca a las que es tan afecto el género, "Galáctica" consigue convertirse en una notable apuesta por reinventar el género bélico a través de la imaginación. Las escenografías claustrofóbicas (y algo retro) de la nave, sus desesperados habitantes y el expresivo uso de la música y, sobre todo, sus silencios, logran superar con creces a las series "realistas" en su capacidad de reflejar las peores pesadillas del inconsciente colectivo norteamericano. El hecho de que se desconozca si lo que cuenta "Galáctica" transcurre en el pasado o en el futuro -ni qué fue lo que provocó la rebelión de los cylones- ayuda a mantener en suspenso si, en realidad, su historia no terminará siendo otra que la que nos hemos contado desde el principio de los tiempos.