Festival de Toronto: el cine argentino capitaliza el atractivo internacional de un año notable
TORONTO.- Muy valorado y mejor recibido aquí, el cine argentino saca provecho cada año del valor estratégico que tiene el gigantesco e inagotable festival de cine (TIFF 2018) que se realiza en esta ciudad canadiense. Esa tendencia se acrecentó todavía más en esta temporada, una de las más exitosas de los últimos tiempos en cuanto a la presencia de la producción nacional en las grandes muestras internacionales.
En este año atípico y notable para la proyección internacional del cine argentino, Toronto está funcionando como puente entre Venecia y San Sebastián para la presentación en sociedad de un puñado de títulos que despiertan genuina atención entre los protagonistas de la industria (ejecutivos, distribuidores, compradores, vendedores) y la más rigurosa prensa especializada global. Aquí, por ejemplo, continuaron los ecos de la muy buena recepción que tuvieron en Venecia La quietud, de Pablo Trapero, y Acusada, de Gonzalo Tobal. A ellas se sumó El ángel, de Luis Ortega, que llegó precedida de su paso por Cannes.
Tanto La quietud como El ángel, según pudo saber LA NACION, lograron incrementar a partir de su presencia en Toronto la llegada a múltiples mercados internacionales. Ambos films tienen estreno asegurado en la mayoría de los mercados importantes de Europa. Además, El ángel tendrá antes de fin de año su lanzamiento comercial en los Estados Unidos y La quietud hará lo propio en Japón. Se sumarán con toda seguridad otros países en los próximos días.
A ellos se suma una curiosidad. Según informó Variety, la distribuidora española Latido se ocupará en lo que queda de TIFF (que concluye el próximo domingo) de poner en consideración de potenciales compradores las primeras imágenes de Las comadrejas, la nueva película de Juan José Campanella, remake de Los muchachos de antes no usaban arsénico (1976), de José Martínez Suárez. Sus protagonistas son Graciela Borges, Oscar Martínez, Luis Brandoni, Marcos Mundstock, Nicolás Francella y la española Clara Lago.
La corriente muy favorable que tiene el cine argentino en los grandes festivales de esta etapa del año quedó todavía más a la vista con las proyecciones para el público que tuvieron los títulos incluidos este año en la inmensa programación de TIFF, la mayoría de alto perfil y exhibidos por lo general a sala llena en salas de entre 300 y 550 butacas. La expectativa subió gracias a que casi todos ellos fueron programados en los primeros días y sobre todo en el primer fin de semana, el momento de mayor concurrencia, despliegue y atención por parte de los enviados de la industria y de los medios especializados.
No sorprendió tanto el interés por las nuevas obras de Trapero y de Ortega. Más bien quedó ratificada la atención preferencial con la que son recibidos aquí ambos directores, que en años anteriores de TIFF también cosecharon elogios y aplausos. Las novedades genuinas llegaron por el lado de otros directores como Ana Katz y Benjamín Naishtat. La última película de Katz, Sueño Florianópolis, tuvo una muy buena recepción aquí después de su triunfo en Karlovy Vary, así como una entusiasta bienvenida por parte de la programadora iberoamericana de TIFF, Diana Sánchez. Protagonizada por una brillante Mercedes Morán (también ganadora en Karlovy Vary como mejor actriz), Sueño Florianópolis es una nueva incursión de Katz en algunos de sus temas predilectos (familias disfuncionales, descubrimientos, incertidumbres, personajes femeninos que quedan descolocados todo el tiempo) en el escenario de un viaje de vacaciones a Brasil que en 1992 encara un matrimonio en vías de disolución junto a sus dos hijos adolescentes. Tiene fecha de estreno en la Argentina prevista para enero de 2019.
La nueva película de Naishtat, Rojo, forma parte de Platform, la única sección competitiva de TIFF, circunstancia que le otorga un valor adicional a su presentación aquí. Concebida a lo largo de muchos años y con sostenido apoyo internacional en su producción, Rojo es otro inquietante retrato de la violencia sorda, los secretos ocultos y las zonas oscuras que Naishtat viene observando en algunos comportamientos cotidianos de la sociedad argentina. La trama, narrada en clave de thriller pero desde una perspectiva muy original, transcurre en los meses previos al golpe militar de 1976 en un prototípico escenario de capital de provincia, cuyo gobierno municipal fue desplazado por una intervención federal.
Con actuaciones magníficas de Darío Grandinetti (seguramente en el mejor papel de su larga carrera en el cine), Andrea Frigerio y el chileno Alfredo Castro como un curioso detective, Rojo es otra demostración del lugar cada vez más relevante que el cine de Naishtat consigue en algunos de los principales festivales del calendario cinematográfico global, tanto que Rojo participará de la competencia oficial del Festival de San Sebastián en pocos días más. Podrá verse en los cines argentinos a partir del 25 de octubre.
La presencia argentina en TIFF tiene otro punto fuerte en La flor, de Mariano Llinás, cuyas 14 horas la convierten en el título más extenso de la programación de este año y se exhibirá en las últimas jornadas. También aparecen Tarde para morir joven, coproducción entre nuestro país, Chile, Brasil y Holanda que premió como mejor directora en el último Festival de Locarno a la chilena Dominga Sotomayor, y los cortometrajes Altiplano, de Malian Szlam, y Todo se calma, de Virginia Scaro.
Como ocurre cada año en TIFF, el Incaa tuvo su stand propio y el vicepresidente del organismo, Fernando Juan Lima, acompañó aquí todas las presentaciones y proyecciones de las películas nacionales. "Este año, con presencia récord de títulos nacionales en Venecia y en Toronto, además de lo que pase en San Sebastián, los festivales internacionales eligieron cine argentino a partir de propuestas muy diferentes, que van desde los títulos más fuertes con figuras muy destacadas hasta producciones radicales, experimentales o de vanguardia reconocidas en todo el mundo. El gran desafío es lograr que todas estas grandes películas que nos representan de manera notable en el exterior también puedan llegar de la mejor manera al público argentino", señaló el funcionario.
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