Festival de Venecia: postales de una jornada que el equipo de Argentina, 1985 vivió como un triunfo
Hubo una larga ovación en la sala al término de la proyección más importante, que fue precedida por la alfombra roja; una amplia delegación acompañó con euforia cada uno de los pasos que dio la película en su estreno mundial
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El cine argentino vivió durante todo el sábado su gran día en el Festival de Cine de Venecia. De la mañana a la noche, el protagonismo fue completo para Argentina, 1985, la película de Santiago Mitre que participa de la competencia oficial por el León de Oro, el premio máximo de una de las muestras más importantes del año, con una historia de ficción inspirada en el histórico Juicio a las Juntas que puso en el banquillo de los acusados a las principales autoridades de la última dictadura militar.
La proyección más importante, la gala precedida por la alfombra roja, concluyó en la noche del sábado con un prolongado aplauso de casi nueve minutos. La enorme delegación argentina que llegó a Venecia vivió esta jornada, de principio a fin, como un gran triunfo.
La jornada empezó muy temprano con la presencia de gran parte de la nutrida delegación argentina que llegó a Venecia en un encuentro con la prensa que dejó algunas jugosas declaraciones de tono político, algunas de ellas muy conectadas con la actualidad. Siguió con el estreno mundial de Argentina, 1985, proyectada primero a la mañana para los medios y los representantes de la industria del cine acreditados en el festival, y luego a la tarde para el público en una gala con alfombra roja que se destacó por el despliegue de una enorme bandera argentina que hizo a su llegada el equipo de la película.
Todo concluyó en la noche de Venecia entre los sostenidos aplausos del público (en tres momentos diferentes de la película) y la aparición casi simultánea de las primeras críticas en su mayoría favorables, y con elogios tan grandes a la actuación de Ricardo Darín que nuestro compatriota ya quedó instalado como temprano candidato para el premio al mejor actor del festival.
Darín interpreta al fiscal Julio César Strassera, que llevó adelante la acusación contra los jerarcas militares. “Darín es tremendo como Strassera, el viejo gruñón veterano que espía a su hija para saber más de su vida amorosa. Ofrece una maravillosa actuación como protagonista: ingenioso, irónico, preocupado, pero idealista”, señala el reconocido crítico inglés Peter Bradshaw en The Guardian. En la mayoría de las críticas y comentarios difundidos apenas concluyó la proyección inicial para el público apareció con letras destacadas la habilidad de la película para combinar elementos propios de los relatos de juicio, el thriller político y el retrato de la vida cotidiana y familiar del protagonista.
Por la mañana, Ricardo Darín fue el dueño de la frase más destacada del encuentro que tuvieron algunos de los principales artífices de Argentina, 1985 con la prensa acreditada. “Cada uno hace lo que puede –dijo cuando una cronista le preguntó cómo se reprime la rabia frente a todo lo que estaba ocurriendo durante ese tiempo-. Hay que ver lo que nos pasa adentro. A veces sin darnos cuenta terminamos contribuyendo a un estado de ira y de violencia. Si uno tiene una sensibilidad humanista, nuestro primer deber es ponernos en el lugar del otro, inclusive cuando recibimos una agresión. No olvidemos que el odio probablemente sea el único sentimiento que no prescribe”.
Durante esa rueda, Santiago Mitre señaló que “fue un gran shock” para toda la delegación de la película el haberse enterado del atentado con arma de fuego contra Cristina Kirchner. Fue inevitable en un momento la asociación entre ese episodio y la violencia política extrema de los años más oscuros de la Argentina que estuvo en el centro del juicio, eje de la trama de la película.
En el final de ese encuentro, el director de la película señaló: “En 1985 había mucha gente que sabía mucho y otra que no quería saber del todo lo que había pasado. El juicio logró poner en primera plana el nivel de atrocidad de la dictadura y plantear que la única manera de fundar un nuevo país era a partir del respeto a las instituciones y del compromiso con el humanismo. Cuando empezamos a escribir el guion nos dimos cuenta de que no hay mucha gente que recuerde el juicio, algo que ocurrió apenas un año después del regreso de la democracia. Los represores todavía estaban libres y los testigos que participaron del juicio lo sabían. Este juicio fue algo milagroso, que todavía me emociona. Y esta es una película necesaria”.
Por la tarde, la delegación completa hizo acto de presencia en la alfombra roja, clásico instante previo a la gala de presentación de los títulos más importantes del festival. En las escalinatas de acceso a la Sala Grande del Palazzo del Cinema, donde estaba por proyectarse la película por primera vez para el público, fue desplegada en un momento una gran bandera argentina.
En un momento se los vio pendientes de esa actividad a los Darín, padre e hijo (Ricardo y Chino), que además son coproductores del film, y a Victoria Alonso, la poderosísima ejecutiva argentina de Marvel que también se sumó a la producción de la película argentina de mayor proyección internacional en 2022. Después de Venecia, pasará por los festivales de San Sebastián, Zurich y Londres, donde también formará parte de la sección competitiva. Argentina, 1985 llegará a los cines argentinos el próximo 29 de septiembre y tres semanas después estará disponible en la plataforma Amazon Prime Video.
Además de los Darín (que llegaron a Venecia con Florencia Bas, esposa de Ricardo) y Victoria Alonso, dieron el presente los actores Peter Lanzani, Alejandra Flechner y Laura Paredes, que interpretan respectivamente al fiscal Luis Moreno Ocampo, a la esposa de Strassera y a Adriana Calvo de Laborde, una de las testigos clave del juicio; el autor Mariano Llinás (guionista del film junto a Mitre), el director de fotografía Javier Juliá, el compositor musical Pedro Osuna y los productores Axel Kuschevatzky, Agustina Llambí Campbell, Federico Posternak y Santiago Carabante. La actriz Dolores Fonzi, pareja de Santiago Mitre, también participó de la alfombra roja.
A todo ese nutrido grupo se unieron algunos amigos de la producción con alto perfil en Hollywood, como el actor chileno Pedro Pascal y la productora argentina Barbara Muschietti. La presencia de muchos argentinos del otro lado de las vallas, acompañando el desfile de las figuras por la alfombra roja, llevó a quien alguien tomara por un momento una bandera argentina y la llevara hasta el centro del escenario previo a la proyección para desplegarla frente a los fotógrafos. En un momento, a Darín también se lo vio con un par de hojas en la mano en las que se aprecian imágenes testimoniales del Nunca Más.
Todos ellos fueron testigos durante la proyección de al menos tres momentos en los que el público estalló en aplausos. El primero se escuchó al término del célebre alegato de Strassera, que la película reproduce íntegramente y concluye con el “señores jueces, nunca más”. El segundo, cuando el tribunal lee las condenas a los acusados, y el tercero, durante los créditos finales. Fue el más prolongado de todos y el símbolo de una noche que los artífices de la película vivieron como un verdadero triunfo.
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