Falleció Edmundo Eichelbaum
En París, donde residía desde hace casi dos décadas falleció, a los 80 años, Edmundo Eichelbaum, uno de los más prestigiosos y recordados críticos de cine y de teatro de los años cincuenta al sesenta.
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Hijo del dramaturgo Samuel Eichelbaum y sobrino del legendario periodista Edmundo Guibourg, Edmundo Eichelbaum había nacido en Buenos Aires el 9 de junio de 1923. Cursó estudios de Derecho en la Universidad de Buenos Aires, donde obtuvo el título de escribano, pero abandonó su profesión alentado por parientes tan ligados al arte y por su pasión por la pantalla grande y por los escenarios.
Comenzó esta etapa como integrante de la comisión directiva del Club Gente de Cine junto a críticos tan talentosos y populares como Raimundo R. Calcagno (Calki); King, Salvador Sammaritano, Domingo Di Núbila y Héctor Grossi, lo que le permitió compenetrarse con las vanguardias del séptimo arte y de conocer a los realizadores más audaces a nivel internacional.
Los primeros festivales cinematográficos de Mar del Plata y la Asociación de Cronistas Cinematográficos de la Argentina lo tuvieron, también, como notable impulsor de esa vocación por la pantalla grande que lo acompañaría hasta su muerte.
Edmundo Eichelbaum -Mondy, para sus muchos amigos- ejerció paralelamente la crítica en las revistas El Hogar, Mundo Argentino y Mundo Radial, fue jefe de Espectáculos del diario Democracia y a principios de los años sesenta ejerció la crítica cinematográfica y teatral en el diario El Mundo.
Fue, además, profesor de Introducción a la Estética del Cine en el Departamento de Cinematografía de la Escuela Superior de Bellas Artes, dependiente de la Universidad Nacional de La Plata y supo pasear su figura alta y severa por las noches de la bohemia porteña.
En constantes viajes
También se desempeñó como director de la revista Pluma y Pincel y participó de numerosos programas radiales. Más tarde, el diario El Mundo lo envió como corresponsal a Francia, y los viajes entre aquel país y Buenos Aires fueron tan constantes como entrañables.
En 1985 salió a la luz su libro "Carlos Gardel", sin duda una de las más cálidas y certeras biografías del Zorzal Criollo, y tras haber colaborado como guionista en varios films nacionales se radicó en París, donde ejerció la docencia hasta su fallecimiento.
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