Entre la sutileza y los excesos
Escándalo ( Notes on a Scandal , Gran Bretaña-Estados Unidos/2006). Dirección: Richard Eyre. Con Judi Dench, Cate Blanchett, Bill Nighy, Andrew Simpson, Phil Davis, Michael Maloney, Juno Temple, Max Lewis, Joanna Scanlan y Shaun Parkes. Guión: Patrick Marber, basado en la novela de Zoe Heller. Fotografía: Chris Menges. Música: Philip Glass. Edición: John Bloom y Antonia van Drimmelen. Diseño de producción: Tim Hatley. Producción hablada en inglés con subtítulos en castellano y presentada por 20th. Century Fox de Argentina. Duración: 92 minutos. Sólo apta para mayores de 16 años.
Nuestra opinión: buena
Hace cuatro años, una novela de Zoe Heller sobre la relación íntima entre una maestra y uno de sus alumnos narrada por una tercera persona a modo de diario personal sacudió el mercado literario a ambos lados del Atlántico. Todo quedó servido, entonces, para una inevitable transposición cinematográfica que escribió el londinense Patrick Marber (autor de la cotizada obra teatral y posterior película Closer ) y que dirigió el también inglés y no menos prestigioso Richard Eyre ( Iris ).
El resultado de semejante sumatoria de talentos (como protagonistas aparecen Judi Dench y Cate Blanchett, ambas nominadas al premio Oscar por sus trabajos, en la fotografía se luce el notable Chris Menges y la música estuvo a cargo de Philip Glass) es interesante, aunque no del todo satisfactorio.
Si la película arranca como un cuidado ensayo sobre los límites del deseo, la lealtad y la culpa, poco a poco el guión de Marber va perdiendo su austeridad y sofisticación para finalmente terminar cediendo a las tentaciones más elementales y obvias de los thrillers psicológicos sobre la manipulación y la sexualidad con Atracción fatal como principal referente.
La historia -trabajada con una recurrente, cínica y literaria voz en off a cargo del personaje de Dench, que "interactúa" con los propios diálogos del film- arranca con la irrupción de Sheba Hart (Blanchett) como nueva profesora de arte en la decadente escuela secundaria de St. George, en Londres. La presencia de la atractiva y desprejuiciada maestra generará de inmediato un enorme revuelo entre maestros (tanto hombres como mujeres) y estudiantes.
Mientras se sumerge en el riesgo del apuntado affaire con su alumno, Sheba inicia una relación cada vez más estrecha y confesional con Barbara Covett (Dench), una veterana y temida maestra con más de treinta años en la institución que vive sola con su gato y registra cada detalle morboso en sus cuadernos.
Durante una visita dominical a la casa familiar de Sheba, Barbara descubre que su joven colega no sólo está casada con un marido bastante mayor (el gran Bill Nighy), sino que tiene dos hijos, uno de ellos con síndrome de Down. La creciente obsesión de Barbara por Sheba (que también comparte con un inseguro y frustrado maestro) y los dilemas morales que van aflorando hacen que la veterana maestra se convierta con el correr del metraje en una hábil manipuladora.
La maestría de una actriz exquisita como Dench permite que su cruel lesbiana no caiga en los peores estereotipos del cine hollywoodense, pero la incorporación de este personaje a la trama del film a cargo de Marber no es, precisamente, un dechado de sutileza e ingenio.
Más allá del duelo interpretativo entre Dench y Blanchett (el gran atractivo del film), Escándalo no encuentra demasiados hallazgos a la hora de describir el drama familiar de Sheba ni el accionar despiadado de la prensa amarilla. Para colmo, la música invasiva y grandilocuente de Glass es capaz de arrasar con cualquier clima construido con ductilidad y perseverancia. Por este tipo de excesos y de recaídas, Escándalo es sólo un buen producto, cuando con un poco más de inteligencia y austeridad pudo haber sido una gran película.