Enredada visión de la crisis de un cineasta
La peli (Argentina/2006). Guión y dirección: Gustavo Postiglione. Con Carlos Resta, Norman Briski. Darío Grandinetti, Noelia Campo, Natalia Oreiro y otros. Fotografía: Héctor Molina. Música: Iván Tarabelli. Presentada por Primer Plano. Duración: 120 minutos. Calificación: sólo apta para mayores de 16 años.
Nuestra opinión: regular
Cuando en 2000 Gustavo Postigione dio a conocer El asadito , su primer largometraje, parecía haber nacido un realizador que presentaba una temática cálida envuelta en una cotidianidad simple que reflejaba a un grupo de amigos insertos en sus ilusiones, en sus alegrías y en sus fracasos. Dos años después, Postiglione rodó El cumple , cuya idea no se apartaba demasiado de su primer intento cinematográfico y ahora, ya con elementos técnicos más refinados, entre ellos el color, presenta La peli , un film que, según su opinión, completa una trilogía que plantea la búsqueda en cuanto al relato y a los distintos niveles de narración.
Sin embargo, La peli carece de esa ternura que poseían los dos films anteriores de Postiglione. Aquí la trama transita por Diego, un director de cine que, tras lograr un éxito fílmico, se encuentra sin posibilidades de salir airoso de la nueva producción que tiene entre manos. Lo que le sucede en su vida privada atenta contra su integridad emocional y, mientras rueda una película con reminiscencias de la década del setenta se encuentra con Ana, una joven con la que mantiene un romance apasionado.
Ello hace cambiar a su film de forma notoria, pasando de la película política a una historia erótica con aires kitch. Cuando Ana deja de lado a Diego, éste pierde su rumbo y lo expulsa del mundo real, convirtiéndolo en un ser fracasado. La trama, así presentada, parece interesar por su emotivo desarrollo, pero Postiglione estructuró su guión con demasiadas pretensiones que convierten al relato en una serie de elementos absurdos que hacen ingresar a sus personajes en un micromundo que se hace bastante difícil de comprender.
Puzzle indescifrable
Diego, y posiblemente por esos caprichos del realizador, es interpretado por tres actores diferentes -Darío Grandinetti, Norman Briski y Carlos Resta-, quienes recorren un amargo camino en el que el amor, la reconciliación y el reencuentro se presentan como un abanico dispuesto a descubrir los más íntimos elementos de ese director que, cansinamente, recorre las calles en busca de su presente y de su futuro.
La historia se enreda cada vez más, y con evidentes homenajes a los más valiosos cineastas de todos los tiempos, Postiglione deja que la monotonía se apodere de un puzzle que no es fácil de descifrar. Pero lo peor de La peli es su propensión a intentar un juego en el que sus personajes sufren y se amargan dentro de un clima que intenta transitar la calidez, pero queda detenido en esa inserción en que lo intelectual sobresale por sobre una trama que, de otra manera, pudiese convocar a la ternura.
Sus tres actores protagónicos hacen lo que pueden con sus estrafalarios personajes, en tanto que Noelia Campo une su belleza a su sinceridad y Natalia Oreiro pasa sin demasiada convicción por un personaje que, cómodamente, podría prescindir en la historia.
Gustavo Postiglione, pues, da con La peli un paso atrás a su carrera de realizador, ya que su nuevo producto poco puede interesar por su cúmulo de elementos intelectualizados que dejan de lado la sensibilidad que había aportado a sus anteriores producciones.