Enorme talento y un nombre impronunciable
Saoirse Ronan es una joven asesina en Hanna
A los 12 años, Saoirse Ronan era una preadolescente más o menos normal para su edad. Claro que después de actuar en tres películas, las cosas dejarían de ser normales para ella bastante rápido. Después de todo, ¿qué otra nena de Irlanda tenía que pensar en qué ponerse para ir a los Oscar, en los que estaba nominada como mejor actriz secundaria por Expiación, deseo y pecado ? Y quién si no ella se preocuparía por la manera en que pronunciarían su nombre. Saoirse se dice Sirshe y en gaélico significa libertad. Así que los temores de la pequeña actriz estaban más que justificados. Pero ahora ya debería estar más acostumbrada. A que masacren la pronunciación de su nombre en público y a que cada uno de sus personajes se transforme en el más memorable, lo mejor de las películas en las que trabaja. Así fue en su debut en cine junto a Michelle Pfeiffer en la fallida comedia romántica El novio de mi madre ; en Desde mi cielo, de Peter Jackson, y en la maravillosa Expiación, deseo y pecado, de Joe Wright, su director en Hanna , film que Columbia estrena pasado mañana en la Argentina.
"Creo que Saoirse puede interpretar cualquier personaje. De verdad creo que puede hacerlos todos. Los compositores tienen imaginación musical y los actores necesitan imaginación dramática, y ella la tiene a montones. Es un talento que nunca había visto antes", decía Wright. Y con esa certeza, el realizador británico se apuró a contratarla para su próximo proyecto: una adaptación al cine de Anna Karenina, con Keira Knightley y Jude Law.
Claro que, antes de convertirse en la Kitty imaginada por León Tolstoi, Ronan interpretó a Hanna, una adolescente criada por su padre (Eric Bana) en un bosque finlandés para ser la asesina perfecta. Separada del mundo por una amenaza invisible –pero con nombre y apellido, interpretada con helada precisión por Cate Blanchett–, Hanna es la princesa encerrada en la torre, la bella durmiente del cuento que un día despierta para darse cuenta de que la mala es ella. "Ronan puede parecer suavemente vivaz o mórbidamente pálida. En Hanna, su cara es blanca como el papel y carente de emoción; sus espeluznantes ojos azul traslúcido, transformados en charcos opacos", detallaba la crítica del film, publicada por el New York Times, una oda a la actriz que ya tiene 17 años y una carrera que muchas de sus colegas desearían.
Lejos del microclima de Hollywood tan pernicioso para los actores jóvenes –ahí está Lindsay Lohan, presa en su casa–, Saoirse parecer haberle tomado el gusto a interpretar chicas de armas tomar. En su próximo proyecto, Violet &Daisy, la irlandesa volverá a hacer de asesina en la ópera prima del independiente George Fletcher, ganador del Oscar por su adaptación del libro Preciosa. Y, para no perder el filo, también se prepara para filmar a las órdenes de su compatriota Neil Jordan una historia de vampiros, en el regreso del cineasta al género. Ronan compartirá cartel con Gemma Arterton (Furia de titanes) como un par de chupasangres sueltas en un pequeño pueblo inglés.
Justamente, después de años de mantenerse en los márgenes de la industria del cine, será Stephenie Meyer, la autora de la exitosa serie sobrenatural Crepúsculo, la que le franquee la puerta de Hollywood a Saoirse. No es que la actriz vaya a tomar el lugar de Dakota Fanning –otra rubia brillante para el futuro del cine–, en el aquelarre vampírico sino que será la protagonista de The Host, la novela que Meyer escribió luego de cerrar esa serie.
La trama de esa historia imagina un futuro en el que la Tierra fue arrasada por una especie extraterrestre que necesita de los cuerpos humanos para vivir. La íntima ocupación consigue conservar intacto al contenedor, pero aniquilando el contenido. Pero algo falla y un huésped se encuentra en la situación de compartir el cuerpo que tomó con su dueña original, Melanie Stryder. Para Ronan, tal vez sea la receta ideal para dejar de preocuparse por cómo el mundo pronuncia su nombre.
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