En una galaxia muy, muy cercana
J. J. Abrams trae de regreso a Star Trek de la mejor manera, redondeando un film tan atrapante como divertido
Star Trek: el futuro comienza (Star Trek, EE.UU./2009). Dirección: J. J. Abrams. Guión: Roberto Orci y Alex Kurtzman. Fotografía: Dan Mindel. Montaje: Maryann Brandon y Mary Jo Markley. Música: Michael Giacchino. Con Chris Pine, Zachary Quinto, Zoë Saldana, Eric Bana, Karl Urban, Simon Pegg y elenco. Presentada por UIP. Duración: 126 minutos. Calificación: apta para mayores de 13 años.
Nuestra opinión: muy buena
Alguien en Hollywood seguramente levanta apuestas sobre cuándo llegará el paso en falso de J. J. Abrams, el productor, director y guionista que parece convertir en oro (y a millones de espectadores en adictos) cuanta película y serie toque con su varita. Por suerte para los fanáticos de Viaje a las estrellas , el momento aciago aún no ha llegado.
Decir que Star Trek: el futuro comienza es, por lejos, la mejor película de Abrams no es decir mucho -su carrera como director está muy por detrás de la de productor-, por lo que habrá que ir más allá y afirmar que se está ante una de las más satisfactorias reinvenciones de una franquicia hollywoodense en un largo tiempo.
Desde su secuencia inicial, en la que un joven capitán Kirk muere a bordo de su nave para salvar a su joven esposa, a punto de dar a luz a quien será el capitán Kirk que protagoniza la historia (Chris Pine, una revelación), Star Trek: el futuro comienza demuestra un olfato muy afinado para elegir qué debe cambiar para que todo vuelva a ser como entonces: entretenido y novedoso.
Algo complicado, dado que lo que aquí se narra es la piedra angular de la historia creada por Gene Roddenberry a mediados de los 60: cómo fue que en la Tierra del siglo XXIII el rebelde capitán Kirk y su estructurado primer oficial vulcano Spock (un sólido Zachary Quinto) terminaron al mando de la flamante nave espacial Enterprise, asignados a una misión de cinco años para recorrer el espacio en busca de nuevos mundos (la respuesta: contra su voluntad y casi de milagro).
Satisfacción
En Star Trek pueden encontrarse las impactantes secuencias de acción y efectos especiales de rigor en este tipo de producciones, pero también algo menos frecuente: las peripecias de personajes tan reconocibles para los seguidores como sólidamente construidos para los neófitos. El casting del elenco es impecable y todos tienen su momento para brillar, y lo hacen, especialmente el malhumorado médico de Urban y el folklórico ingeniero de Pegg. Sus actuaciones dotan de necesario corazón y realismo a un largometraje plantado cabalmente en un género como la ciencia ficción, tan habituado al papelón y la caricatura.
Lo que no quiere decir que el film sea capaz de satisfacer a todos los públicos: el objetivo aquí está puesto en atraer nuevos espectadores concentrándose en la aventura y el humor (con unos toques de romance astutamente colocados para la platea femenina). Pero los trekkies tendrán suficientes guiños como para no sentirse abandonados (como la presencia icónica de Leonard Nimoy y el ¿regreso? de Winona Ryder). Las novedades son bastantes, por lo que alcanza con revelar que el hábil guión -de los responsables de Transformers , vaya paradoja- encuentra la forma de darle un futuro a la historia rechazando casi de plano su frondoso pasado.
Y si bien el villano -un irreconocible Eric Bana- no es del todo amenazador y los tramos finales adolecen de algún titubeo, este film demuestra que, en las manos correctas, su mundo tiene kilometraje de sobra.
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