En Mientras dure la guerra, Unamuno vuelve a Salamanca a brindar el discurso que cambiará la historia
La poderosa figura del escritor aparece en el centro de esta producción española con aportes argentinos centrada en los inicios de la Guerra Civil, que ya está disponible en HBO Max
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El estreno en los cines de la Argentina de la película española Mientras dure la guerra era una posibilidad bastante fundada en septiembre de 2019. De eso se hablaba en ese momento en el Festival de Cine de Toronto, donde se exhibió por primera vez. Detrás de una producción genuinamente hispana y de una historia que hablaba de hechos decisivos ocurridos en la historia de la península durante el siglo XX había una participación argentina, con K&S como una de sus productoras y el apoyo del Incaa. De hecho, los máximos responsables de Mientras dure la guerra, incluyendo a su director, presenciaron desde un lugar preferencial del teatro Elgin la presentación especial a sala llena en el mismo festival de La odisea de los giles, surgida de la misma usina de producción.
Pasó el tiempo y la película, que en un momento iba a ser distribuida en nuestro medio por Warner, finalmente no llegó a los cines. La pandemia agregó lo suyo para cancelar definitivamente cualquier expectativa, hasta que en silencio pasó a formar parte del catálogo de HBO Max. Allí está disponible desde la semana pasada de manera bastante inadvertida, porque aparece a primera vista con su título en inglés (While At War). El retrato que ilustra la presentación es el de un hombre de porte distinguido que, de perfil, muestra los ojos cerrados, una mano en la frente y la expresión inconfundible de una preocupación profunda, como si sus pensamientos anticiparan el escenario de un drama imposible de resolver.
Esa imagen perdurará sin dudas en la memoria de quienes hayan visto la película. Es el actor vasco Karra Elejalde personificando a Miguel de Unamuno (1864-1936), a quien Jorge Luis Borges definió alguna vez como el primer escritor de nuestro idioma. Para quienes se asomen al retrato de Unamuno que propone el director Alejandro Amenábar en esta película resulta mucho más interesante la identificación que hace Borges de los grandes temas de la obra de Unamuno: el tiempo, el miedo frente a la pérdida del pasado y el amor a España, repartido entre su Vizcaya natal y Castilla.
“Su presencia –discutidora, gárrula, atormentada, a veces intolerable- está con nosotros”, escribió Borges sobre Unamuno en 1937. Una intuición muy parecida es la que sobrevuela el retrato de los últimos años del autor de Del sentimiento trágico de la vida que propone Amenábar en Mientras dure la guerra. De paso, la película recupera la figura de una voz decisiva de las letras y de la cultura española que además se sintió siempre muy cerca de la Argentina. El mejor ejemplo fueron los 25 años de colaboraciones con LA NACION.
Los hechos narrados en la película de Amenábar transcurren durante el verano de 1936, en los confusos y agitados albores de la cruenta Guerra Civil Española, y se concentran al principio en Salamanca, cuya ilustre universidad tiene a Unamuno como rector. Ya es un hecho la sublevación de un sector de las fuerzas militares contra el gobierno republicano, así como el respaldo público del escritor hacia esa acción, alrededor de la cual comienza a asomar el nombre hasta allí desconocido de un general llamado Francisco Franco.
Pero Unamuno, como dice Borges, es un hombre forjado en “la valerosa fe del incrédulo”, y no parece dispuesto a sostener todo el tiempo semejante apoyo, sobre a partir del momento en que observa que esa espiral creciente de violencia que tanto lo perturba y que lo llevó a adoptar su postura inicial también se extiende a los sublevados. Es imposible para un apasionado librepensador como Unamuno adoptar posturas intransigentes, sobre todo cuando observa que personas muy cercanas a él empiezan a ser víctimas de abusos y medidas extremas, en algunos casos con consecuencias trágicas.
El gran momento de Mientras dure la guerra transcurre el 12 de octubre de 1936, cuando Unamuno entrega uno de sus discursos más apasionados en el Paraninfo de la Universidad de Salamanca frente a un auditorio integrado por los más caracterizados miembros del sector sublevado, ya conocido como “nacional”, que había convertido a esa ciudad en una suerte de capital del área geográfica que había logrado ocupar en el primer tramo de las escaramuzas contra los republicanos.
Cuenta Amenábar que las encendidas palabras de Unamuno (y sobre todo aquella memorable frase de “Venceréis, pero no convenceréis”) fue el disparador de todas las preguntas que se hace a través de la película, su primer trabajo hablado en español desde que filmó Mar adentro en 2004. Habían pasado en su caso quince años dedicados más que nada a trabajos en inglés (Agora, Regresión) y con elencos encabezados por figuras del cine de Hollywood: Emma Watson, Rachel Weisz, Ethan Hawke, Oscar Isaac.
Era casi inevitable que en algún momento episodios como el protagonizado por Unamuno despertara la atención de Amenábar. Su propia historia personal lo explica. La madre del futuro director se vio un día forzada a salir de España en compañía de su hermana y de su cuñado, un militante republicano que sufría la represión del franquismo. Se instalaron en Santiago de Chile, donde Amenábar nació el 31 de marzo de 1972. Un año después, el golpe militar que llevó al poder al general Augusto Pinochet obligó a esa familia a hacer el mismo recorrido forzoso, pero de vuelta. Con algo más de un año, Amenábar llegó a Madrid y allí creció, estudió y forjó su ya consagrada carrera de cineasta.
El vínculo entre dictaduras y exilios marcó a fuego la vida de Amenábar, pero tal vez el miedo de agitar fantasmas lejanos lo haya alejado de episodios y situaciones como el que marcó el final de la vida de Unamuno. Hasta que llegó y el director ya no pudo dejarlo de lado. Tenía que saber mucho más a partir de allí sobre lo que había ocurrido en aquellos tiempos de enfrentamientos fratricidas.
“No sabía prácticamente nada de la Guerra Civil. Solamente lo básico, como muchos españoles. Desconocía los entresijos. De hecho yo creía que Franco dio el golpe, ganó la guerra y se convirtió en jefe de Estado. Preparando la película me enteré de que Franco fue uno más de los generales que se sublevaron y el último en incorporarse. La anécdota de Unamuno en Salamanca me suscitó mucha curiosidad y empecé a investigar. Franco y Unamuno coincidieron en Salamanca antes del discurso en el Paraninfo. Se me ocurrió construir estas dos tramas en paralelo”, recordó el director de Tesis y Abre los ojos en una larga entrevista publicada en 2019 en la revista española Telva.
Mientras dure la guerra es la expresión perfecta de todas las dudas, las preguntas y las incógnitas que Amenábar se hace sobre la guerra que desangró a España entre 1936 y 1939. La película camina todo el tiempo en medio de esa incertidumbre sin tomar posiciones tan absolutas como las que caracterizaban a algunos hombres fuertes de aquel tiempo. El ejemplo de esa furiosa intolerancia es el general José Millán Astray, uno de los principales protagonistas militares de la sublevación contra los republicanos, fanático propagandista del franquismo y autor de la célebre frase “¡Viva la muerte!”, una de las consignas del régimen. Interpretado en la película por el gran Eduard Fernández, Millán sostiene un furibundo enfrentamiento con un no menos apasionado Unamuno.
Ese choque es la instancia más agitada de una película que no siempre elige moverse en territorios de tanta intensidad. Es más, Mientras dure la guerra fue a menudo equívocamente recibida en 2019 por quienes le objetaban un tono y una estética aparentemente pasadas de moda. Esa manera de narrar que parece propia de otro tiempo no responde en realidad a otra cosa que al esfuerzo de un artista por entender, interpretar y compartir de la manera más clara, transparente y didáctica posible episodios con los que empieza a sentir un compromiso cada vez más fuerte.
Lo que más parece incomodar a Amenábar es, justamente, la expresión de posturas y pensamientos extremos, frases terminantes y actitudes intransigentes. Es posible que el director haya sentido la necesidad de comprometerse por fin en un debate histórico que también tiene sus ecos en la actualidad. “Quiero mostrar ese enfrentamiento interminable entre la derecha y la izquierda, pero dando argumentos asumibles por unos y otros. Creo que no sabemos discutir sin exaltarnos. Cuando no se comparten las mismas ideas llega un momento en que hay que hacer concesiones, y esto debería verse como un mérito de los oponentes y no como un desprestigio. No gana el que más grita o falta el respeto. Hay que hablar y hablar hasta llegar a un interés común”, se defendió el director.
Tal vez el enfoque elegido por Amenábar funcione como el vehículo ideal para llegar a la conclusión que parece atraerlo más: rescatar la figura de Unamuno, personificado por Elejalde con una elocuencia que remite a otro tiempo y otra manera de ver el mundo.
Elejalde también aparecerá en el próximo proyecto de Amenábar, que a la vez será su primera experiencia en el mundo de las series. Su título es La fortuna y es una adaptación de la novela gráfica El tesoro del Cisne Negro, escrita por Paco Roca y Guillermo Corral. Con espíritu de thriller y de relato de aventuras, Amenábar encontrará a través de un relato de largo aliento (seis episodios de 45 minutos cada uno) por fin la posibilidad de integrar dentro de una misma narración las dos lenguas (el inglés y el español) con las que siempre trabajo de manera individualizada.
El protagonista de La fortuna es un diplomático muy joven, audaz e inexperto llevado a convertirse en líder involuntario de un operativo que busca recuperar un viejo tesoro submarino. hundido siglos atrás junto al barco que lo trasladaba. Deberá enfrentarse con Frank Wild, un navegante sin escrúpulos que se dedica a recorrer el mundo en busca de ese tipo de botines. Elejalde, Alvaro Mel, Ana Polvorosa, Manolo Solo, Blanca Portillo y Pedro Casablanc conforman el elenco español y Stanley Tucci (como Wild), Clarke Peters y T’Nia Miller se suman del lado angloparlante. La serie tendrá su estreno mundial en el Festival de San Sebastián y su llegada a la Argentina, a diferencia de lo ocurrido con Mientras dure la guerra, parece un hecho. Ya se anuncia el estreno en América latina para 2022 a través de la señal AMC.
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