En el homenaje a Fellini, Puenzo confirmó que habrá dos salas de cine en el CCK
"Señor, no mueva mucho la cabeza que si no no puedo leer el subtitulado", dijo una espectadora a su ocasional obstáculo de la fila de adelante en la noche del lunes. Muy probablemente ella haya estado el 8 de agosto de 1963 en el estreno en la Argentina de Fellini 8 ½; insospechadamente, él no.
"Es maravilloso ver tanta gente joven", exclamó el ministro de Cultura Tristán Bauer mientras se dirigía al escenario en compañía de Fernando "Pino" Solanas y Luis Puenzo para presentar el que fue el homenaje en la Argentina a Federico Fellini con motivo de su centenario. La música de Nino Rota precedió a la proyección con un trío que interpretó varios de sus temas más célebres mientras el numeroso público iba llegando al CCK con la idéntica ilusión de volver a ver la película que ganó dos Oscar de los cinco a los que aspiraba (incluyendo el del hoy rebautizado rubro Mejor Película Internacional) y, más allá de los premios, obra inmortal del cine de la que todo lo que pueda decirse pareciera poco.
"Todos sabemos que Fellini fue un genio, algunos dicen que fue el Picasso del cine, algunos dicen que fue el gran maestro del renacimiento cultural contemporáneo italiano", señaló Solanas al referirse al cine italiano de posguerra y a sus grandes referentes, y la trayectoria de Fellini en la industria de su país, añadiendo la singular anécdota de su encuentro con el mítico director: "Conocí a Roberto Rosellini gracias a La hora de los hornos y conocí a sus hijos, que distribuyeron la película. Renzo Rossellini fue productor de La ciudad de las mujeres y me invitó al rodaje. Tuve la suerte de conversar un entremés de mediodía, comiendo alguna cosa, con Federico. Era extraordinario ver en Cinecittá a alguien que jugaba con el cine, que se divertía, cambiaba continuamente y nos remontaba a la forma de trabajar de Chaplin. Fellini me dijo: 'Mire Solanas, el cine es también un juego, sin juego no hay cine'.
Al volver al micrófono, Bauer retornó a la arena política al comentar que ese mismo día se había oficializado el nombramiento de Luis Puenzo como presidente del Incaa. "Muchísimas gracias, estoy acá compartiendo con dos amigos que son los culpables de mi estadía en el Incaa, hasta ahora, en carácter de ocupa", bromeó Puenzo, coincidiendo con Solanas en la oportunidad de celebrar el cine por fuera de los avatares de la gestión pública y agradeciendo a la distribuidora Mirada la gestión de derechos, y al director Marcelo Piñeyro el préstamo de la impecable copia que permitió volver a ver, inmaculados, a Marcello Mastroianni, Claudia Cardinale, Anouk Aimée, Sandra Milo e incluso a la más desconocida Eddra Gale pero igual de inolvidable, como la monumental Saraghina.
Pero la gran primicia de la noche fue otra. "Muy pronto, gracias a un acuerdo del ministerio de Cultura con el Incaa, vamos a tener dos salas de cine en el CCK dedicadas exclusivamente a la exhibición", concluyó el ganador del Oscar por La historia oficial. En la platea, 8 ½ fue celebrada hasta la emoción por diplomáticos de la Embajada de Francia, directores como Carlos Galettini, Juan José Jusid y Víctor Dinenzon, periodistas como Cristina Mucci, el también realizador Nicolás Batlle (actual vicepresidente del Incaa), y los funcionarios, que se entremezclaron con el público para ver una vez más la destreza del más grande prestidigitador que haya brindado el cine y que siempre pareciera volver una vez más.
Otra oportunidad para disfrutar de 8½ en marzo
Una copia digital de alta resolución de Fellini 8 ½ será la que reinaugure el espacio del histórico Cine Arte de Diagonal Norte, el próximo mes de marzo. Así Fellini volverá a la cartelera comercial luego del insospechado éxito del reestreno de La dolce vita, que aún permanece en cartel.
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