Para ganar más público en los cines hay que estar muy concentrado
Alcanzó con menos de dos semanas para que La odisea de los giles se convirtiera en la película argentina más exitosa del año. Superó cómodamente el medio millón de entradas vendidas antes de que termine su segundo fin de semana en cartel. Una profecía autocumplida por el tamaño de su producción, la envergadura de su elenco (con nombres que convocan al público por sí mismos) y un factor inesperado que siempre aparece para enriquecer todavía más las chances de quien se encuentra con todos los astros alineados cuando empieza a jugar.
"Si La odisea de los giles se hubiese estrenado una semana antes el resultado habría sido otro", señaló sin dudarlo el director de la película, Sebastián Borensztein, durante una charla con Radio Continental. Aludía al imprevisto timing de haber lanzado la película el primer jueves después de las PASO, en plena tormenta financiera.
La historia de La odisea de los giles tiene como escenario la crisis de 2001 y sus personajes actúan a partir de las penurias que el corralito dejó en el bolsillo y el ánimo de todos ellos. La conexión inmediata e inevitable entre aquéllos días y los actuales (cuando todas las certezas económicas de la Argentina vuelven a desvanecerse) fortaleció el fenómeno de recomendación boca en boca que hizo crecer el interés por ver la película y debatirla tras la proyección.
La ecuación se completa con un hecho objetivo: La odisea de los giles cerró una etapa de 16 semanas consecutivas en las que Disney exhibió su poder en la taquilla. Avengers: Endgame, Aladdin, Toy Story 4 y El rey león fueron invencibles hasta que Darín, Brandoni y compañía ocuparon el primer lugar, algo que seguramente continuará hasta el estreno de It 2 el 5 de septiembre.
Para hacerse valer desde lo más arriba, La odisea de los giles actúa como un tanque de Hollywood. La demanda repite el escenario de las películas extranjeras más convocantes: una presencia muy poderosa de la película en las carteleras, con 20 funciones diarias (o inclusive más) en los complejos multipantalla más concurridos de todo el país. Tres o cuatro funciones por hora.
El cine argentino de llegada más masiva casi siempre funciona como antídoto del dominio casi absoluto de los tanques hollywoodenses, algo que corresponde celebrar. Pero en esta temporada no hay títulos nacionales suficientes como para marcar tendencia en ese sentido y ver desde ellos un escenario genuino de diversificación en la cartelera. Hasta los seis estrenos locales de esta semana quedan en un lugar absolutamente marginal. Quizás estemos ante una nueva ley de hierro, inconmovible en la Argentina de hoy: para ganar más público en los cines hay que estar muy concentrado.
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