En busca de nuevos clásicos adolescentes
Una sección para descubrir los eternos dilemas amorosos y existenciales en el tortuoso camino a la madurez
Desde siempre, el paso de la adolescencia a la adultez ha resultado un territorio fértil para contar historias, cuando el cuerpo revolucionado por las hormonas busca, por un lado, encontrar sentido en el cambio y, por otro, expandirse a través de nuevas experiencias e ideas.
En la pantalla grande, las llamadas teen movies -o su equivalente un poco más elegante, coming of age movies- han marcado a generaciones de adolescentes, desde clásicos de John Hughes (El club de los cinco, La chica de rosa) hasta perlitas contemporáneas como Ni idea o Chicas pesadas. Sin embargo, este lucrativo género, que dio sus frutos durante años, con picos climáticos durante los años 80 y 90, parece hoy casi extinto. Ya sea porque las audiencias jóvenes consumen cada vez menos cine, o porque la industria se ha focalizado en productos más rendidores, el lugar que encontraban los relatos centrados en esta época convulsionada y tragicómica parece haber emigrado hacia territorios más fértiles (la TV y la Web).
Sin embargo, desde festivales como el Bafici, la nueva guardia de títulos inspirados en este período de la vida encuentra una segunda oportunidad en la pantalla grande, con secciones como Hacerse grande. El año último, en este mismo apartado se pudieron apreciar talentos prometedores como Marielle Heller (con su debut, Diary of a Teenage Girl) y Charlie Lyne, el documentalista que estuvo presentando Beyond Clueless, un elaborado estudio sociológico y fílmico de más de 200 películas sobre la adolescencia con las que todos crecimos.
Este año, la sección contiene un seleccionado de películas independientes, documentales premiados e incluso films con posible estreno comercial, como es el caso de The Edge of Seventeen, ópera prima de Kelly Fremon Craig interpretada por la ascendente Hailee Steinfeld. Fremon Craig logra una verdadera película adolescente para el nuevo milenio con esta obra, así como una actuación destacada de la joven actriz de ¿Puede una canción de amor cambiar tu vida?
Steinfeld, que a los 20 años no es ajena a los premios (en 2011 fue nominada al Oscar por su inolvidable actuación en el western Temple de acero y desde entonces desarrolló una carrera musical), encarna aquí a una adolescente prototípica que después de la súbita muerte de su padre debe enfrentar el reto más temido: la secundaria. Sin embargo, gracias al timing comédico y la sutileza de la actriz -a quien acompañan en el film Woody Harrelson y Kyra Sedgwick- y al atinado guión de Craig, todas las crisis de esa época (los malos cortes de pelo, la rivalidad con los hermanos, la incomprensión crónica de los padres y hasta el ocasional mensaje que nunca debería haberse enviado) son vistas con algo de sorna y mucho humor negro.
Sofisticación y realismo
Públicos que crecen demasiado rápido y nuevos códigos de consumo hacen que, sin un poco de autocrítica e ironía, hoy en día muchas de estos productos sean impasables. En ese sentido, atrás quedaron las comedias burdas o escatológicas que reinaron en los 90, con American Pie a la cabeza, dando lugar a otros productos más sofisticados y, en algunos casos, más realistas.
Si hablamos de realismo, All This Panic, otra película de la sección Hacerse grande, dirigida por el matrimonio de cineastas Jenny Gage y Tom Betterton, se propone la compleja tarea de documentar el crecimiento y la evolución de las hermanas Ginger y Dusty y su grupo de amigos en el transcurso de tres años.
El resultado es este hermoso e intimista documental sobre lo que significa crecer en Nueva York -en el período que va del secundario a la universidad- visto desde la perspectiva de distintos personajes femeninos de etnias y clases sociales varias. Quizá pueda trazarse un paralelismo con el film de Melisa Liebenthal Las lindas, presentado el año pasado en el Bafici, donde se intentaba reconstruir el pedregoso camino que las chicas deben atravesar hasta convertirse en mujeres y el peso de las expectativas sociales. Mejor filmada y rozando el video clip, Gage y Betterton consiguen momentos de gran lucidez y potencia estética que se quedarán con el espectador por varios días.
En el extremo opuesto del espectro usualmente reconocible como femenino, Win by Fall, de Anna Koch, nos lleva de paseo por el universo de cuatro amigas que dejan sus hogares para asistir a una escuela deportiva y convertirse en luchadoras profesionales en Alemania del Este. También en clave documental, el film relata cómo es hacerse grande entre arduos entrenamientos y exigencias, lejos de casa y en un deporte competitivo especialmente duro para las chicas, pero sin dejar de ser adolescentes. Finalmente, Park, de Sofia Exarchou, narra qué sucede cuando un grupo de jóvenes invade las instalaciones de una Villa Olímpica abandonada (el parque del título) para hacerlo su territorio, entre trastos, ruinas y perros callejeros, dando cuenta de la situación de desamparo material o espiritual de muchos de ellos.
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