Eminem, en clave autobiográfica
"8 Mile: calle de las ilusiones" ("8 Mile", Estados Unidos/2002). Dirección: Curtis Hanson. Con Eminem, Kim Basinger, Mekhi Phifer, Brittany Murphy, Evan Jones, Omar Benson Miller, Eugene Byrd, De´Angelo Wilson, Taryn Manning y Anthony Mackie. Guión: Scott Silver. Fotografía: Rodrigo Prieto. Edición: Jay Rabinowitz y Craig Kitson; Diseño de producción: Philip Messina. Producción de Imagine y Universal presentada por UIP. Duración: 110 minutos. Para mayores de 16 años.
Nuestra opinión: muy buena.
"Rocky", "Fama", "Flashdance", "Fiebre del sábado por la noche" "Lluvia púrpura", "El juego sagrado", "Duelo de titanes", "The Commitments", "Varsity Blues"... y sigue la lista. En los últimos años, Hollywood ha regresado una y otra vez a la "misma" película sobre el nacimiento de una estrella, ya sea del boxeo, de la danza, del básquet, del fútbol americano o del rock. Esta premisa, a la que adscriben incluso los reality shows televisivos que se proponen descubrir modelos o futuros astros del pop adolescente, alcanza en "8 Mile: calle de las ilusiones" una entidad, una veracidad, una carnadura, una sordidez y una nobleza artística con escasos precedentes.
Esta historia semiautobiográfica del cantante de rap Eminem -hoy por hoy la figura más polémica y exitosa de la música norteamericana- apela al gran estereotipo de este subgénero (chico pobre que se cría en el marco de una familia disfuncional de un barrio violento y supera todos los contratiempos imaginables para finalmente triunfar gracias a su perseverancia y talento), pero lo trasciende gracias a la categoría de un gran narrador y director de actores como Curtis Hanson, la eficaz utilización de los exteriores de la decadente ciudad de Detroit impecablemente iluminados por un fotógrafo de moda como el mexicano Rodrigo Prieto ("Amores perros") y una rica aproximación al fascinante universo de la cultura hip hop.
Aunque en primera instancia esta película pensada en función del debut cinematográfico de Eminem pueda parecer un trabajo impersonal, un mero encargo para un realizador de la talla de Hanson, que venía de conseguir dos exquisitas transposiciones literarias sobre novelas de James Ellroy y Michael Chabon, como "Los Angeles: al desnudo" y "Fin de semana de locos", resulta absolutamente coherente con una filmografía que, en definitiva, siempre ha tratado de contar la historia de un hombre desesperado y desamparado que busca -y a su manera encuentra- un lugar en el mundo.
De cantante a actor
Eminem, que todavía está lejos de ser un gran actor, pero muestra una envidiable naturalidad frente a cámara, construye con la ayuda de un Hanson que lo cuida para no exponerlo a excesos que lo podrían arrojar al ridículo a Rabbit, un joven que vive con su madre (Kim Basinger) y su pequeña hermana en una casa rodante. La convivencia dista mucho de ser la ideal, especialmente cuando él descubre que su mamá mantiene una caótica relación sentimental con uno de sus ex compañeros de clase. Las cosas también resultan complicadas con su ex novia (Taryn Manning) y con una aspirante a modelo (Brittany Murphy) que sueña con huir de la ciudad para triunfar en Nueva York.
Rabbit se gana unos pocos dólares durante el día trabajando en una fábrica de ensamblaje de autos, mientras que por las noches sale con su grupo de amigos negros (que se autodenominan la banda 313, por el código postal del barrio) e intenta superar sus bloqueos mentales y participar en los concursos reservados a descubrir futuros talentos que organizan los clubes de hip hop de Detroit.
"8 Mile", título que alude a la calle que divide racial y socialmente a la ciudad entre los suburbios proletarios donde viven mayoritariamente los negros y la zona residencial que habitan los blancos acomodados, logra convertir a las barriadas pobres de Detroit, con sus fábricas abandonadas que se trasladaron en busca de mano de obra más barata a México o al sudeste asiático, en un personaje protagónico más de la película.
Detroit es una ciudad con una riquísima tradición musical (fue la cuna de la escudería Motown que revolucionó el soul y base de una vertiente y un sonido muy distintivo dentro del rock) y, por eso, la lucha de un rubio carilindo dentro del cerrado y poco amigable mundillo del rap tiene ribetes de odisea titánica. En este sentido, Eminem sale bastante airoso y hasta logra que las inevitables comparaciones con Elvis Presley (otro blanco que triunfó en la música negra e incursionó en el cine) y con James Dean (ícono de la rebeldía) no resulten del todo exageradas.
Dentro de un sólido reparto que ofrece más luces (como una irreconocible Kim Basinger o el talentoso actor negro Mekhi Phizer, que interpreta al amigo que está convencido de las posibilidades artísticas de Rabbit) que sombras (el olvidable papel de Brittany Murphy), aparece la mano maestra de Hanson para exprimir de sus intérpretes toda su capacidad expresiva y así poder contar la situación aparentemente más común de la manera más imprevisible.
Es probable que el público no iniciado en el terreno de las rimas y el fraseo del rap encuentre algo extensos y tortuosos los duelos entre Rabbit y sus rivales afroamericanos de la banda Free World. También es cierto que el film está pensado como un vehículo para vender millones de discos de la banda sonora en la que participan varios artistas que están contratados por la compañía que el propio Eminem lidera con el productor Dr. Dre, y para lavar la misoginia, la homofobia y el racismo que se desprenden de cada una de las declaraciones públicas y de las letras de Eminem gracias a un retrato cinematográfico que lo deja siempre muy bien parado.
Pero, controversias y simplificaciones al margen, "8 Mile" es una película de una extraño vuelo y de una fuerte carga sugestiva destinada principalmente al público joven y a aquellos que deseen incursionar en el aquí todavía bastante inexpugnado universo del hip hop. Allí, hay un único rey que se llama Eminem y Curtis Hanson le ha construido el altar cinematográfico que semejante distinción merecía.