El turno de los hombres lobo
La tercera entrega de esta serie de películas sobre vampiros y licántropos es un digno entretenimiento
Inframundo: la rebelión de los Lycans (Underworld: rise of the Lycans, EE.UU./2008). Dirección: Patrick Tatopoulos. Con Michael Sheen, Bill Nighy, Rhona Mitra, Steven Mackintosh y otros. Guión: Danny McBride, Dirk Blackman y Howard McCain, basado en una historia de Len Wiseman, Robert Orr y Danny McBride. Fotografía: Ross Emery. Música: Paul Haslinger. Presentada por 20th. Century Fox. Duración: 92 minutos. Calificación: sólo apta para mayores de 13 años.
Nuestra opinión: buena
Esta serie de películas, nacida para la pantalla grande en 2003, prosigue con esta nueva edición, en la que los aristocráticos vampiros y los hombres lobo siguen enfrentándose en una guerra sin cuartel.
Esta tercera entrega viaja al pasado más de mil años para describir los orígenes del conflicto entre esos vampiros, conocidos como los Repartidores de la Muerte, y los bárbaros Lycans, una estirpe de hombres lobos sumamente feroces. Los vampiros se convirtieron en elegantes aristócratas y en astutos bebedores de sangre, dominando la región gracias a su inteligencia y a sus habilidades políticas, esclavizando a los hombres lobos, a pesar de su inmensa fuerza y violencia.
Su rivalidad se origina entonces en una casualidad genética: una mujer lobo, prisionera de los vampiros, dio a luz a un bebe aparentemente humano. Ese fue Lucian, esclavo de Víktor, un amo vampiro extremadamente poderoso. Lucian podrá adoptar voluntariamente la forma de hombre o de bestia, algo que usará para combatir al malvado Víktor, que domina con puño de hierro a sus esclavos, a sus tierras y a su corte y que ama sólo dos cosas: el poder y a su hermosa y obstinada hija Sonja.
La trama de Inframundo 3 se va convirtiendo cada vez más en ese tipo de relatos en los que la violencia y la sangre surgen entre esos dos grupos antagónicos mientras que, secretamente, Lucian y Sonja se enamoran y deciden fugarse de esas tierras misteriosas para buscar la felicidad muy lejos de allí.
Escalofriante
El film, dirigido con mano experta por Patrick Tatopoulos, no escapa a las convenciones del género, en el que lo válido son el suspenso, las ansias de libertad de sus protagonistas y ese clima pesadillesco que envuelve toda la historia.
Sobre la base de una escenografía escalofriante, el relato entretiene desde su inicio, cuando nace aquel bebe que luego se convertirá en el héroe de cada una de las situaciones, hasta los atractivos efectos especiales que tienen su mayor vigor en las escenas bélicas entre los vampiros y los hombres lobo.
El elenco, encabezado por Michael Sheen y Bill Nighy, logra salir airoso, respectivamente, de sus papeles de héroe imbatible y de sádico vampiro en tanto que la fotografía, acorde con el clima sombrío del relato, y la música, de acertadas tonalidades, fueron otros válidos puntos de apoyo de este nuevo relato que, y de acuerdo con los guiños de sus escenas finales, proseguirá en la pantalla para continuar el enfrentamiento entre esos seres que rastrean un conflicto de siglos entre dos especies que, cada una a su manera, luchan por lograr dominar el mundo.