El stand de los besos: Netflix quiere enamorar también a los millenials
En los más diversos tonos, los jóvenes corazones desgarrados parecen haber encontrado en las plataformas de streaming un espacio hecho a medida. Con El stand de los besos (Kissing Booth), película original de Netflix , no es la primera vez, ni será la última, que este gigante audiovisual se mete en los pasillos del colegio para encontrar ocultas historias de amor (y, claro, de desamor). Es que, evidentemente, hay algo ahí que funciona. Tal vez por ello es que ese ha sido el lugar en el que volvió a cobrar protagonismo Freaks and Geeks y es la marca que hace poco "fichó" por 300 millones de dólares a Ryan Murphy, que mucho ha recorrido historias de alaridos de todo tipo y tonos adolescentes con creaciones como Glee o Scream Queens. Y, más allá del grupo etario de los protagonistas, en el catálogo de la plataforma se puede ver una tendencia evidente hacia el recupero de la comedia romántica como género, con cada vez más títulos propios pero también otros tantos adquiridos.
Como Netflix no entrega de modo sistemático mediciones de visualización, es difícil saber realmente cómo se comporta el público ante un género que parece quedar más bien en el consumo privado y tal vez no llega tanto a los espacios de discusión que se ganaron otros.
Frente al estreno de Set it Up, una comedia romántica en la que Zoey Deutch y Glen Powell se proponen mejorar sus vidas laborales y personales juntando a sus jefes (Lucy Liu y Taye Diggs) en lo que suponen que puede ser un nuevo amor, el director del área de Netflix encargada de la producción de películas originales Matt Brodlie le dijo a Hollywood Reporter: "Sabemos lo que la gente está viendo y cuánto lo está viendo, y nos damos cuenta que la gente está mirando un montón de comedias románticas. Incluso las peores que están dando vueltas". Las comedias románticas, según los ejecutivos de Netflix, no solo tienen una fuerte aceptación (muchos usuarios buscando este tipo de contenido) sino que además tienen mucha reincidencia (usuarios que ven más de una vez una serie o un film).
Pareciera, entonces, que hay una determinación por recuperar la producción de una cantidad significativa de títulos en este tono apuntando a un público que está deseoso de verlas una y otra vez. Kissing Booth aparece en este contexto, rodeada de otras producciones originales de Netflix como Dude: así es la vida y la (bastante fallida) Ibiza.
Pero hay otro dato interesante en el punto de partida de este estreno en particular. La película es una adaptación de un libro que antes de venderse en librerías se popularizó en Wattpad. Esta plataforma (que tiene 65 millones de usuarios provenientes de más de 50 países y que hablan en 24 idiomas diferentes), es fundamentalmente utilizada por adolescentes y millenials y funciona como un espacio para leer, escribir y compartir historias que los usuarios en muchos casos crean y engrosan desde sus celulares. Acompañando el boom de la literatura juvenil que se hace eco en las librerías, esta tendencia viene a reafirmar el interés que estas generaciones tienen por inventar y leer historias de todo tipo.
Kissing Booth es, principalmente, la historia de una chica atravesando una etapa compleja, que se choca de frente con su primer gran amor, llena de desafíos de esos repletos de cosas nuevas y que, además, quiere mucho y de distintos modos a varios varones. Y eso, claro, no le deja un terreno sencillo sino más bien un regadero de normas de lo más angustiantes (y, la verdad, bastante injustas). Elle (Joey King) vive con su padre y su hermano menor y nació el mismo día que Lee (Joel Courtney), un "gemelo" postizo y su mejor amigo por elección. Elle y Lee tienen una amistad todoterreno y han acordado una serie de reglas y pautas. "Los familiares están fuera de los límites" es la peor de las normas que pudo haber firmado Elle, que no puede dejar de pensar en Noah (Jacob Elordi), el hermano galán, popular y demasiado bravucón de Lee.
A partir de ahí y con un puesto de besos que además de ponerle título a la película cambia todo lo que Elle pensaba que tenía controlado, se construye la trama. Elle (o Shelly tal como le dice Noah) no es ni de las populares (que acá adquieren el nombre de OMG) ni de las que pasan desapercibidas. Es una joven a la que le toca hacerle espacio a lo que desea a los codazos y frente a una serie de interlocutores que por alguna razón piensan que tienen alguna capacidad de decisión sobre su vida.
Graciosa, llena de romance y con una alta cuota de buena vergüenza ajena, Kissing Booth se planta en el catálogo de Netflix como un pequeño gran exponente de una tendencia en alza.
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