El segundo viaje de Pixar por el interior de las emociones de una adolescente es un test decisivo para el futuro de Hollywood
Este jueves 13 se estrena en la Argentina Intensa-mente 2, la secuela con la que Disney espera recuperarse de varios traspiés y levantar al mismo tiempo con un lanzamiento simultáneo a nivel internacional en una de las peores temporadas de las últimas décadas para la taquilla cinematográfica
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El estreno de Intensa-Mente 2 (Inside Out 2) no solo es una prueba de fuego para Disney y Pixar. Lo que pase a partir de esta semana con esta nueva secuela animada, de las más esperadas de los últimos tiempos, será visto y evaluado por los actores más poderosos de la industria del entretenimiento como un verdadero test, tal vez el más importante de esta temporada hasta este momento. Dependerá en buena medida de sus resultados el destino inmediato del cine de mayor impacto, búsqueda inmediata de repercusión masiva y llegada global.
Hollywood atraviesa una de las peores temporadas de las últimas décadas en materia de taquilla, especialmente después del peor mayo de los últimos 26 años, como resultado de una multiplicidad de factores que en conjunto armaron una especie de tormenta perfecta. También en la Argentina, donde hace varios días se puso en marcha la venta anticipada de tickets, se espera con ansiedad la llegada de esta película animada y con ella el aumento significativo de la concurrencia a los cines, después de varias semanas de magra recaudación en las boleterías.
En el crucial mercado estadounidense, que todavía determina en gran medida las tendencias planetarias, se habla de una mezcla entre expectativas frustradas (varios títulos grandes fracasaron de manera estruendosa), entradas caras, problemas en las propias salas (descuidadas y con proyecciones deficientes), la mala conducta del público (ruidoso, gritón y obsesivo en el uso del celular durante la función) y la oferta de las plataformas de streaming para justificar la retracción en la venta de tickets. La larga huelga de actores y guionistas también hizo lo suyo, postergando hasta 2025 la producción de varias películas importantes, originalmente previstas para esta temporada.
Los más optimistas creen que este es un año de transición y en 2025 la taquilla recuperará el vigor que parecía haber reencontrado el año pasado tras el derrumbe provocado por la pandemia. Pero no todos miran el futuro cercano con el mismo entusiasmo. Y en este escenario, con la inminente llegada de Intensa-Mente 2, Disney funciona como un caso testigo. Históricamente, el estudio del ratón Mickey mantuvo una postura confiada y optimista en términos de expectativas, en parte porque siempre fue el primero y el mejor en su llegada amplia a un público familiar con proyectos en los que casi siempre confluyeron, a imagen y semejanza de su creador, el sello clásico, una identidad propia y la impronta innovadora. El poder de la marca y una gigantesca estructura de producción impulsaron y sostuvieron estos avances.
Con Intensa Mente 2, Disney quiere recuperar el lugar que Pixar ocupó por mérito propio en gran parte de las últimas dos décadas como el estudio que siempre lograba adelantarse al futuro en términos de animación. Con una sucesión de títulos extraordinarios, algunos indiscutibles obras maestras como Wall-E, Ratatouille, Up, una aventura de altura, Monsters University y sobre todo Toy Story 3, el estudio instalado en Emeryville (en las afueras de San Francisco) tenía un poder infalible para estar siempre un paso más allá, abriendo tendencias y marcando rumbos con el talento superlativo de sus grandes creadores: John Lasseter, Andrew Stanton, Lee Unkrich, Brad Bird, Dan Scanlon y Pete Docter.
La maravillosa Coco fue el último avatar de esta larga y feliz continuidad que primero fue interrumpida por la pandemia y luego por la decisión estratégica tomada por Disney durante la fugaz gestión de Bob Chapek de estrenar directamente las novedades de Pixar en la plataforma Disney+. La decepcionante Soul (por lejos la peor de todas las películas de la historia del estudio) y también las mucho más atendibles Luca y Turning Red fueron víctimas de un cambio que modificó los hábitos del público y terminó condicionando el año pasado los resultados de Elementos.
Disney y Pixar necesitan recuperar al público que siempre respaldó sus películas en los cines. Por esa razón (sumada a los efectos de la huelga y el reseteo general de la industria derivado de esa parálisis) postergó para 2025 el estreno de su película original Elio, que estaba prevista para este año, y optó por lanzar un solo producto nuevo este año. En este caso un título conocido y familiar para el público como Intensa-Mente. Mejor apostar a fichas seguras que a un número mucho más arriesgado. De ese mismo espíritu surge el estreno ya confirmado de Toy Story 5, hasta con su fecha de lanzamiento en la Argentina: 18 de junio de 2026.
Mientras tanto, Elio era lo nuevo que iba a llegar a los cines del mundo este año desde Pixar. Su nueva fecha de estreno en la Argentina es el 12 de junio de 2025. Dirigida por Adrián Molina (codirector de Coco), tiene como protagonista a un niño muy imaginativo que termina envuelto en un viaje interplanetario al ser confundido por una confederación de planetas extraterrestres como el embajador de nuestro planeta. En contacto con esas extrañas formas de vida empieza a descubrir su propia identidad.
Toda esa novedad quedó finalmente postergada, oculta detrás de otro tipo de prioridades. En lugar de lo nuevo, Pixar elige aquello que ya está largamente probado. Los datos respaldan la estrategia. En toda la historia del estudio, las secuelas de sus grandes éxitos siempre fueron los proyectos más exitosos. De las 27 producciones del estudio, las cuatro de mayores ingresos fueron, en ese orden, Los increíbles 2, Buscando a Dory, Toy Story 4 y Toy Story 3. En el quinto lugar, como la película original de mayor éxito, aparece Intensa Mente. ¿Se necesita otra explicación para entender por qué cambió la estrategia e Intensa-Mente 2 será el único lanzamiento de Pixar en todo 2024?
Para esta segunda parte, como se indica por separado, esperamos emociones corregidas y aumentadas en el interior de la cabeza de Riley, la chica que en la primera historia se preparaba con sus 11 años para entrar en la adolescencia mientras sus estados de ánimo iban configurándose frente a nosotros con precisos contornos y transformadas en personajes con peso propio. Ahora, con Riley ya un poco más grande, instalada en otra fase vital, hay nuevas emociones que se suman a las ya existentes. Esa es la mayor novedad que promete esta secuela.
En las mejores películas de Pixar siempre fueron objetos los que adquieren voces, actitudes y comportamientos propios de los seres humanos. De un tiempo a esta parte, con Intensa-Mente y Soul como artífices, el estudio llevó adelante una transformación que fue ganando unos cuantos cuestionamientos. Empezó a ampliarse hacia el inconsciente y a partir de ese impulso cada estado de ánimo, hasta el más abstracto, pudo encontrar su representación y transformarse en un personaje más.
El regreso de Bob Iger en noviembre de 2022 al liderazgo corporativo de Disney corrigió el rumbo encarado por Chapek. Pero la decisión de poner en marcha el regreso de Pixar a los cines en busca de la reconquista del público perdido (chicos y grandes en igual medida) forzó también movimientos internos que en las últimas semanas se enfrentaron a consecuencias bastante incómodas.
En medio de los preparativos para el lanzamiento de la secuela de Intensa-Mente, Disney confirmó el 21 de mayo pasado el despido de al menos 175 integrantes del staff de Pixar. La cifra equivale al 14 % del total del personal estable de un estudio que llegó a ocupar a unas 1300 personas, confiadas a la elaboración de una serie de proyectos en forma de series de TV. Allí estaba el núcleo de la estrategia de Chapek.
Hasta que un día se produjo el regreso de Iger y la presión de los inversores de la compañía por reducir costos y corregir el elevado déficit del estudio congeló los planes previos, incluyendo todo lo que Pixar iba a preparar directamente para el streaming. Quedó en Emeryville el consuelo de que los despidos fueron proporcionalmente menores a lo que se especulaba en un comienzo. Cuando empezó todo este giro trascendió que el 20% del staff completo de Pixar iba a ser despedido. Uno de cada cinco empleados.
El desafío que enfrenta Pixar a partir del estreno de Intensa-Mente 2, como se ve, es muy grande. Y las incógnitas también, porque es imposible anticiparse a los gustos del público después de todo lo que ocurrió en los últimos años con el Covid y la post-pandemia. Elementos, por ejemplo, tuvo un arranque por debajo de las expectativas, pero con el tiempo se convirtió en un estreno con buenos dividendos para Disney. Así y todo, los especialistas en estrategias y marketing del estudio reconocen que la compañía del Ratón Mickey deberá trabajar mucho para conseguir que el público vuelva a entusiasmarse para ver en el cine una película de Pixar, después de acostumbrarlo en los últimos años en sentido contrario, a seguir sus novedades en el streaming.
Disney, como dijimos, también está convencido de que el público prefiere el regreso de los títulos y los personajes ya aceptados en lugar de lo nuevo. Quiere más de aquellas historias que fueron recibidas con los brazos abiertos en su primera aparición. Pero al mismo tiempo sabemos que la propia industria viene sufriendo en la taquilla los efectos del desgaste del modelo tradicional de secuelas, repeticiones y franquicias que los estudios de Hollywood se acostumbraron a usar. El cine de superhéroes lo padece como nadie. ¿Podría contagiarse esa misma fatiga al mundo de la animación?
Hay un aliciente cercano que respalda el razonable optimismo de Disney: Kung Fu Panda 4, estrenada este año, funcionó en la taquilla mejor que cualquiera de sus películas previas y además es hasta ahora el único estreno de 2024 que superó la marca del millón de entradas vendidas en los cines de la Argentina.
Con este antecedente tan a mano está a punto de llegar la gran prueba de fuego de 2024 para Disney y Pixar, que todo Hollywood observa detrás con mucha atención. A cada jugador del gran mundo de la industria del entretenimiento, tarde o temprano, le tocará pensar cómo moverá sus fichas en el tablero a partir de lo que ocurra el próximo fin de semana.
NUEVAS Y VIEJAS EMOCIONES
Ansiedad, Envidia, Aburrimiento y Vergüenza se suman en Intensa-Mente 2 al mapa de emociones que conocimos en la película original de 2019 cuando su protagonista, tenía 11 años. Casi una década después, Riley está de vuelta, ahora transitando en plenitud su adolescencia, y con nuevos estados de ánimo que se ponen en juego, transformados al igual que en la aventura previa en personajes con peso propio y colorida representación visual, como es tradición en Pixar.
Intensa Mente 2 llegará a los cines argentinos este jueves 13 de junio. En aquellas salas que tengan disponible la versión original en inglés con subtítulos escucharemos a Ansiedad (Anxiety) con la voz de Maya Hawke, la hija de Ethan Hawke y Uma Thurman que se convirtió en estrella gracias a su aparición como Robin Buckley en la serie Stranger Things. Diseñada en tonos anaranjados, con ojos saltones, dientes separados y la cabellera revuelta, Ansiedad aparece en el trailer de la película como líder de una especie de reacción contra Alegría y las otras emociones que vienen de la primera película.
La segunda emoción que aparece como novedad en la secuela es Envidia (Envy), con la voz original de Ayo Edebiri, una de las figuras de la aplaudida serie El oso (The Bear). Dibujada con tintes entre verdosos y azulados, dueña de unos ojos inmensos y una expresión entre retraída e insegura, este flamante personaje promete activarse en la conciencia de Riley sobre todo cuando sale a jugar hockey sobre hielo.
Aburrimiento (Ennui) aparece como el personaje más enigmático de todas las emociones que se incorporan al universo emocional de Riley en Intensa-Mente 2. Es un estado de ánimo dibujado por los artistas de Pixar como si insinuara algún aire potencialmente intelectual bajo su delgadez, el pelo largo, una nariz en punta, indumentaria oscura y la atención siempre puesta en la pantalla del teléfono celular. Lleva la voz de la actriz francesa Adèle Exarchopoulos en la versión original y expresará, según todos los anticipos, la faceta más apática e indiferente de Riley frente a la realidad y, por supuesto, a las otras emociones.
El reparto de emociones recién llegadas se completa con Vergüenza (Embarrasment), que lleva en la versión original la voz del actor Paul Walter Hauser. Detrás de un corpachón que se desplaza con movimientos siempre torpes, este personaje muestra un rostro bonachón e ingenuo. Lo vemos todo el tiempo ruborizarse, bajar los ojos y ocultar su enorme cara, dominada por una nariz gigantesca en forma de globo, dentro de la capucha de su buzo. Un color entre rosado y rojo muy suave domina a todo el personaje en sus facciones y en la ropa que viste, potenciando toda esta descripción. La confusión emocional y las dudas propias de la adolescencia le darán protagonismo.
Estas cuatro emociones quedaron en la película después de un trabajoso proceso de selección por parte de la directora de Intensa-Mente 2, Kelsey Mann, y su equipo. En los primeros borradores y versiones, Riley regresaba sumando otras nueve emociones a las ya conocidas. Cinco de ellas quedaron en el camino. “En el primer screening que hicimos había nueve emociones. Quería que Alegría se sintiera abrumada por estas apariciones. Estaba dispuesta y lista para que la película tuviera muchas emociones, pero no pudimos seguir esa pista porque terminaban anulándose entre ellas. Se hacía muy difícil seguir el ritmo de todas al mismo tiempo. Así que después de una primera proyección decidimos simplificar todo”, dijo Mann a la prensa estadounidense hace pocos días.
Los celos y la culpa fueron las emociones que más tardaron en ser descartadas. La directora explicó que no desaparecieron del todo porque quedaron agazapadas y escondidas dentro de otras. “La ansiedad proviene claramente de la culpa. Terminamos sacándola como emoción propia porque vimos que realmente no aportaba nada a la historia. La culpa ocupaba un pequeño lugar en el equipaje de la ansiedad, pero al final le dimos todo el lugar a esta última”, justificó. También fue dejada de lado la emoción que se identifica con la palabra de origen alemán Schadenfreude, que equivale a alegrarse o a sentir placer y satisfacción, pero a costa del sufrimiento de otra persona.
El elenco de voces, por supuesto, se agranda en esta secuela. Junto a estos nuevos personajes regresan en Intensa-Mente 2 las emociones que conocimos en la primera película: Alegría (Joy, con la voz de Amy Poehler), Tristeza (Sadness, Phyllis Smith), Furia (Anger, Lewis Black), Temor (Fear, con Tony Hale reemplazando a Bill Hader) y Desagrado (Disgust, con Liza Lapira en lugar de Mindy Kaling).
Otras voces originales que están de vuelta en esta secuela son las de Diane Lane (la madre de Riley), Kyle MacLachlan (el padre), Frank Oz (Dave), Paula Poundstone (Paula), Bobby Moynihan (Bobby) y el eterno John Ratzenberger (Fritz), casi una cábala de aparición fija e infaltable en todas las películas de Pixar desde el comienzo de su historia. Kensington Tallman le pone en esta secuela su voz a Riley, que en la primera película estaba interpretada por Kaitlyn Dias.
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