El ranking de las películas de Marvel: de la peor a la mejor
El universo Marvel en el cine llega a su día D: Avengers: Infinity War , la película que se estrena mañana y que alterará para siempre el fenómeno más famoso y redituable del Hollywood actual, el cine de superhéroes.
Lo cierto es que Marvel , propiedad de Disney, ha logrado que el planeta entero adore y se fascine con el destino de personajes que caminan por la cultura pop desde que Stan Lee y nombres como Jack Kirby o Steve Ditko los dibujaron para Marvel Cómics. No hay adulto o niña que no sepa quién es Iron Man, quién es Thor, quién es el Capitán América o quién es Black Widow. Lo que antes era saber exclusivo de tiendas de cómics ahora es noticia en la hora pico de la televisión. No solo eso: es suficiente la presencia de un trailer del nuevo film Marvel para que la compañía de inmediato se ponga a romper récords de ventas de entradas, de cantidad de vistas en YouTube y hasta se jacte de haber generado un nuevo star-system completo (sistema de estrellas en Hollywood, donde hoy hay nombres que renacieron en Marvel como Robert Downey Jr. o que fueron comenzaron allí, como Chris Evans o Chris Hemsworth).
Desde 2008, desde el estreno de Iron Man, Marvel ha realizado 18 películas y tiene títulos confirmados hasta 2022. No solo ha convertido a Iron Man en el Batman de la actualidad sino que ha hecho éxitos de personajes incluso poco populares en el cómic como Pantera Negra, Ant-Man o Vision. Marvel tiene el toque de Midas que envidia todo Hollywood, pero hay una verdad detrás del éxito: por más que haya fanatismo –u odio– por los films de Marvel, no todos logran la misma potencia o la calidad deseada.
Antes de ver Avengers: Infinity War... ¿cuáles son las mejores películas de Marvel? Aquí un ranking probable, de la peor a la mejor.
18. El increíble Hulk (2008)
Más allá de la injusta subvaloración de aquel primer Hulk en 2003 (el dirigido por Ang Lee, cuando el Universo Marvel era un muestrario en oferta de personajes que solo quería mendigar unos milloncitos), El increíble Hulk no es otra cosa que una descarada y poco inspirada falsa secuela del primer film del gigante verde. Aun así, conttiene el primer cruce fundacional del universo cinemático de Marvel. Algo es algo.
17. Thor: El mundo oscuro (2013)
Hoy es difícil disociar a Thor, la deidad nórdica interpretada por Chris Hemsworth, de la comedia pop hecha de neón, canchereada y flúo que fue Thor: Ragnarok. Pero la segunda película de Thor en solitario, El mundo oscuro es probablemente la más desabrida y estéril de alegría de todas las películas Marvel. Un martillazo, sin dudas.
16. Avengers: Era de Ultrón (2015)
¿Injusto? Todos esperaban que la segunda reunión de consorcio del Capitán América, Iron Man, Thor y pandilla fuera el equivalente a la Capilla Sixtina del género. Pero ni un lascivo robot con conciencia de sí ni la potencia socarrona del actor James Spader pudieron destilar la maraña de líneas narrativas, una que otra escena ultracool y el uso descartable de uno de los superhéroes más crueles del universo Marvel (pobre Quicksilver). La versión más XL y boba de Los Vengadores.
15. Thor (2011)
No sufran por Thor. O por Chris Hemsworth. Lo cierto es que la primera Thor, dirigida por Kenneth Branagh, jugaba a ser un Shakespeare camionero, con pueblo casi texano de fondo y el blondo aflojando sus articulaciones cómicas. El carisma de Hemsworth, un Loki feliz en su modo de ser bellaco y Kat Dennings son sus mayores virtudes. Pero todavía no se siente la fuerza plena de Marvel, Hemsworth y, claro, Loki.
14. Capitán América: El soldado de invierno (2014)
Aquí, Chris Evans saca pecho para ser esa mezcla de James Stewart y Vin Diesel que define a su Capitán América; los hermanitos Russo empiezan su marcha triunfal (llegarían a dirigir Avengers: Infinity War) y Robert Redford juega a ser un villano de Bond. Algunos la adoran, otros sufren el montaje hiperkinético de los Russo. Pero el universo Marvel daba sus primeros pasos hacia películas faraónicas que no se sueltan las manos entre sí.
13. Iron Man 2 (2010)
Fue el regreso del hijo pródigo (y prodigio) y Marvel resistió las expectativas. Robert Downey Jr. se luce otra vez siendo un Isidoro Cañones de plasma, pero la película de Jon Favreau simplemente carece de la bomba nuclear que fue el "Yo soy Iron Man" de la primera. Hay, sí, un Mickey Rourke otra vez jugando a ser villano, dos escenas rápidas y furiosas (la carrera y el final, aunque la segunda es un poco precoz) y un uso torpe del gran Sam Rockwell.
12. Guardianes de la Galaxia Vol. 2 (2017)
Volvió la alegría. Todos querían el regreso de los Guardianes. Todos querían ver a Groot, al mapache parlanchín de Rocket, a Chris Pratt ya confirmado como estrella mundial, a Zoe Saldana ser lo mejor que le pasó a una piel verde y a Dave Bautista jugar a ser Buster Keaton cruzado con Hulk Hogan. Sucedió, pero la película prefirió apostar al tour del reencuentro antes que lanzarse a explorar nuevos terrenos. Suenan hit tras hit musical allí, el bebe Groot enamora y Yondu dignifica; pero todo se siente un poco anémico, como si la fórmula mágica de la primera se convirtiera en genérica en la segunda.
11. Capitán América: Civil War (2016)
Capitán América vs. Iron Man. Aún en su habitual histeriqueo, aquí hay cierto nervio que transmiten Chris Evans y Robert Downey Jr. La batalla tarda en llegar, pero cuando aparece Spider-Man (Tom Holland), nuestro corazón es mordido por el superhéroe más feliz de la historia. La pelea es enorme y dinámica, y sí, tiene más de catch de videojuego con líneas de diálogos de Saturday Night Live. Es un big bang único, sostenido apenas por una película que en su propia exageración y superpoblación (aparece por primera vez en cine Pantera Negra) crea anticuerpos para con sus aspectos más serios.
10. Pantera Negra (2018)
No hay rincón del planeta donde Pantera Negra no haya sido "la" sensación de 2018. Es el primer film Marvel dirigido por un cineasta negro, Ryan Coogler, y cuyo casting está compuesto principalmente de actores afroamericanos. Pero en su humanismo elegante, casi de etiqueta (sus diseños, su afrofuturismo, su traje de superhéroes digno de Gucci) también se esconde una película que ostenta ideas políticas complejas. Pantera Negra es seria y se hace, aunque esta segunda afirmación nace más involuntariamente de lo que el barroco del film permite. Eso la convierte en un film distinto.
9. Los Vengadores (2012)
La larguísima batalla final de Los Vengadores, primera reunión en pantalla de varios superhéroes Marvel, muestra a Joss Whedon luciendo su master en ping pong verbal y los Avengers aprovechan ese viento a favor: todo se siente relajado, reactivo, menos una obligación y más un fiestón. El timing, la épica, la canchereada, Loki, esa piña de Hulk a Thor: una hermosa celebración de egresados que cerró la Fase 1 del universo cinemático de Marvel.
8. Capitán América: El primer vengador (2011)
Seamos sinceros: los rankings suelen prestar más atención a las otras Capitán América. Pero el director Joe Johnston creó la película "pin-up" del universo Marvel. La primera es una película que reconoce la historieta de base, la usa como paleta de ideas visuales elegantes, trabajadas. Como pocas, Capitán América tiene un personalidad visual que podría asemejar la personalidad de un dibujante frente a la página. Llegó demasiado pronto para que la notáramos. Es la película más elegante de Marvel.
7. Doctor Strange (2016)
Por fin el Universo Marvel decidió atender no solo a los juguetes sino también a las ideas visuales que fueron vitales en su ADN. Y Doctor Strange, cocreado por Stan Lee, fue mágicamente definido por los trazos excéntricos de Steve Ditko. La película decide tomar esos kilómetros de ideas absurdas, metafísicas, salvajes y las replica, las traduce al cine gracias al sacrificio del actor Benedict Cumberbatch , que finge ser un falso Tony Stark para entregar algo mucho más físico, más canchero pero más contenido. Y un final que, por fin y gracias al director Scott Derrickson, rompe la barrera que Marvel no se animaba a cruzar: el absurdo visual y alucinatorio.
6. Spider-Man: De regreso a casa (2017)
Después de tres películas Spider-Man de Sam Raimi y dos de Marc Webb, llegó Spider-Man: De regreso a casa. No se podía llegar al film de Jon Watts sin las anteriores. Pero eso no implica corrección. Watts aprovecha los surcos, aprovecha el barrio de superhéroes, y crea una de superhéroes adolescentes, que muestra un secundario plural en razas y posibilidades narrativas, que sabe que un rasgo cosmético puede significar un mundo de distancia (la tía May, siempre más parecida a la abuelita de Silvestre y Piolín, es ahora Marisa Tomei). Tom Holland disfruta cada inseguridad de su joven arácnido y Michael Keaton crea un villano que posee más humanidad y claridad actoral que cualquier plano de Birdman.
5. Ant-Man: El hombre hormiga (2015)
Ok: a esta película ni le interesa esta lista. Vaya a saber qué quedó del primer film de Ant-Man, aquel que por años desarrolló Edgar Wright (Baby: El aprendiz del crimen, para que vayan viendo su pedigrí) y que después abandonó (y allí entró Peyton Reed). Pero aún así, Paul Rudd, el Cary Grant de la Generación X, logra bajar a tierra el género. Su personaje mundano disfruta de una película que quiere, por fin, sorprender con tamaños, con objetos cotidianos vistos desde el CGI, con travesuras cancheras y con un casting de secundarios invencibles (Michael Peña es el mejor Patiño del universo Marvel). Una película que carga con 20 veces su peso (intencionalmente pluma) y así se convierte en una comedia, como Paul Rudd solo puede sostener.
4. Iron Man (2008)
"Yo soy Iron Man": eso va a ser lo que quede. El día que los superhéroes Marvel vuelvan a su lámpara de Aladino, los cómics, esa frase será el "Nadie es perfecto", el "Que la fuerza te acompañe" y el "Francamente, mi querida, no me importa un comino" del género. ¿Qué otro lugar puede ocupar la piedra basal de todo lo que define a Marvel? Allí esta Robert Downey Jr. ofreciendo su pasado complicado como anzuelo para crear a Tony Stark, el comienzo del superhéroe celebridad. Esta el CGI creando espectáculo mientras aparecen nominados al Oscar (Jeff Bridges como villano, Gywneth Paltrow como amor posible) y también la capacidad de alterar todo lo que sabías en pantalla de los superhéroes. La primera supertrabajadora.
Es simple ignorar todas las virtudes de Iron Man 3. Pero el film de Shane Black las posee, y como pocos films del estudio. Es fácil ser un juguete canchero, y eso lo sabe hasta un personaje de Toy Story. Pero Black decide contar, con fuerza de cine (es decir, con claridad para lo gigante y sensibilidad para lo pequeño), como aquel Stark que conocimos ahora está más cerca de un ser molesto. Allí encuentra lo que ya sabíamos: que Robert Downey Jr. ha creado en Stark algo más que un totém de lo cool. Es la evolución del héroe de acción. Es el superhéroe de acción con corazón. Y además, la película decide desarticular la idea del villano en pos de un codazo a la realidad de los Estados Unidos.
2. Guardianes de la Galaxia (2014)
Guardianes de la Galaxia no solo es la banda de sonido que alteró para siempre al universo Marvel. Es la que suena en las oficinas cuando nadie quiere pelearse entre sí. Y eso muestra un rasgo que define al film de James Gunn, basado en personajes clase C de Marvel: su festiva actitud, más cerca de una versión de Star Wars que aprovecha los juguetes del cómic. Chris Pratt y su Star Lord exudan carisma y el resto de la pandilla implica una versión procesada del cantina de Star Wars y el cast de Saturday Night Live (integrado aquí por cuerpos de árboles, mapaches, latinas y ex peleadores de lucha libre). Guardianes juega hasta donde la dejan los intereses corporativos, y aun así se siente efervescente, carismática y logra el momento más emotivo de la historia de Marvel: la muerte de Groot, el más humanista de las criaturas jamás creadas con CGI.
1. Thor: Ragnarok (2017)
¿Es trampa poner a un film que sabe de memoria todos los tropezones que se dio la franquicia del martillero nórdico para inmolarse como un lemming hacia la comedia flúo? Las vitaminas de Guardianes de la Galaxia (banda de sonido ultracool, neón de VHS de los años 80, respuestas entre personajes dignas de un falso reality) más el talento de Chris Hemsworth para reírse de sí y el del director Taika Waititi logran como resultado un golazo. La sonrisa es hereje ante la seriedad que definió a las otras Thor, pero Waititi también apela a la belleza de Hemsworth, a los mitos nórdicos y más modernos (el propio Jeff Goldblum haciendo de sí mismo). Además, Cate Blanchett es todo lo que una villana de Disney podría ser si hubiera leído a Vampirella. Pero Waititi crea no solo un absurdo memorable, también entiende que la batalla necesita un cambio de aceite para no oxidarse ¿O no recuerdan pelea en CGI tan poderosa en risas y épica como la de Hulk y Thor en Ragnarok?
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