Chile se quedó con el Oscar a mejor film extranjero por Una mujer fantástica
La película chilena Una mujer fantástica, protagonizada por la ascendente Daniela Vega , fue galardonada como la mejor película exrtranjera en la 90° entrega de los premios Oscar. El film del realizador Sebastián Lelio se impuso en una categoría que incluía entre los ternados a El insulto (Líbano), Sin amor (Rusia), En cuerpo y alma (Hungría) y The Square (Suecia).
Una mujer fantástica es la segunda película chilena que llegó a competir por el Oscar. La primera, en 2013, fue No, de otro de los realizadores mimados del cine chileno, Pablo Larraín.
Las apuestas daban este año al film chileno como uno de los grandes candidatos. El mismo realizador definió a su película como "una historia de amor" y no como un film abanderado por una causa. La aclaración tiene que ver con que el argumento de la película se centra en la historia de una mujer transexual que debe enfrentar la hipocresía de los familiares de su pareja.
El realizador, que el jueves cumple 44 años, vive en Alemania tras el éxito obtenido por su anterior film, Gloria, gracias al cual se mudó a Europa y abrió un restaurante.
Con este Oscar, Chile empata con la Argentina en la cantidad de premios de la Academia obtenidos. El país trasandino ya había logrado uno en 2015 por el cortometraje Historia de un oso, mientras que la Argentina se impuso con los largometrajes La historia oficial y El secreto de sus ojos.
El film ya había recibido varias distinciones. En el Festival Internacional de Berlín logró el premio Teddy al mejor largometraje y el Oso de Plata al mejor guion. En San Sebastián, fue merecedor del premio Sebastiane Latino y en los Independent Spirit fue considerada la mejor película extranjera.
Una de las grandes responsables del éxito obtenido por la película es su protagonista. En una reciente entrevista, Daniela Vega le dijo a LA NACIÓN: "Logramos conectar nosotros como equipo primero y esa conexión se tradujo en un trabajo que permite la conexión con el resto del mundo. Es un trabajo que te pone en una arista, en un ángulo, en un lugar, en una esquina y te pregunta desde qué punto de vista estás mirando, observando, haciendo un juicio de lo que estás experimentando cuando ves la película. Hay un juego moral muy interesante en el que el espectador puede tomar palco en un lugar y defenderlo o no".