El Incaa quiere que el Complejo Gaumont sea “el Teatro Colón del cine argentino”
Así lo definió el presidente del organismo, Carlos Pirovano, en una reunión con la principal cámara del sector, mientras los sectores más combativos se movilizaron en contra de la política audiovisual del Gobierno y convocaron a una nueva marcha para el 23 de marzo
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“De mi boca nunca salió que quería cerrar el Gaumont. En realidad debería ser el Teatro Colón del cine argentino”. La frase pertenece al presidente del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa), Carlos Luis Pirovano. Fue dicha el jueves por la tarde frente a la cúpula de la Cámara Argentina de la Industria Cinematográfica (CAIC) y confirmada a LA NACION por fuentes oficiales.
De ese encuentro, que duró una hora y media, los representantes de la entidad que agrupa a las productoras de cine más importantes de nuestro país se fueron con una serie de definiciones sobre el futuro cercano del Incaa y de la industria audiovisual, en medio de un escenario inquietante y problemático. Y también con el compromiso de las autoridades de que el complejo Gaumont, fundado en 1912, continuará funcionando como hasta ahora en la difusión del cine argentino.
En la charla quedó entre los interlocutores de Pirovano la certeza, adelantada por LA NACION, de que el sector audiovisual local se enfrenta con un cuadro de virtual inactividad que en principio se proyecta para los próximos cuatro meses. Las autoridades insisten en que la prioridad es sanear las cuentas del organismo y recuperar el equilibrio de su funcionamiento presupuestario, con el 50 por ciento destinado al fomento y el otro 50 por ciento a los gastos estructurales y de personal. Hasta ahora, según explicó el titular del Incaa a la CAIC, había un déficit de cuatro millones de dólares entre los ingresos del Fondo de Fomento (12 millones) y los egresos (16 millones), financiado en partes iguales por adelantos del Tesoro (que el gobierno de Javier Milei suprimió) y por deudas todavía no saldadas.
Es un hecho la ausencia casi total de rodajes y se espera para este año una cantidad significativamente menor de estrenos nacionales respecto de los 234 registrados en 2023 por los datos de la consultora Ultracine. Pero al mismo tiempo Pirovano les anticipó a los directivos de CAIC que lo visitaron que, tras la pausa de Semana Santa y los feriados posteriores, comenzará el 3 de abril a atender específicamente los temas del área de producción cinematográfica de los que se ocupa el Incaa. A partir de esa fecha también volverán a convocarse el Consejo Asesor y la Asamblea Federal.
Como anticipó también LA NACION, la idea de la nueva conducción del Incaa es mantener en funcionamiento el Festival de Mar del Plata, pero a partir de ahora a través de mecanismos de financiamiento privado o eventualmente mixto. Ventana Sur, el mercado más importante de América latina, podría continuar mediante una asociación con Uruguay, que se alternaría con la Argentina como sede. Un año en cada país.
El codirector de Ventana Sur, Bernardo Bergeret, declaró a la publicación británica especializada Screen International que el programa de la edición número 16 de Ventana Sur se anunciará en mayo, durante el Festival de Cannes. “Para Ventana Sur nada ha cambiado hasta ahora”, dijo, sobre el encuentro que fue creado (y financiado hasta ahora) por el Incaa y el Marché du Film de Cannes.
Pirovano también confirmó que después de Semana Santa se reanudará el trabajo de los comités encargados de analizar los proyectos con vistas a futuras producciones. En el Boletín Oficial de este viernes se conoció una resolución del Incaa según la cual las reuniones de esos comités deben cumplirse de manera obligatoria a través de herramientas virtuales.
“Nos estamos manejando con mucha cautela y estamos preocupadísimos con todo lo que está pasando en nuestra industria. En los últimos años creemos que no se le prestó la atención debida a una industria que tiene un extraordinario valor estratégico y que potencia la marca de la Argentina en el mundo”, señaló a LA NACION el presidente de la CAIC, Daniel Pensa, que concurrió al encuentro con Pirovano en compañía de sus compañeros de comisión directiva Juan Pablo Miller, Alejandro Israel, Santiago Galelli, Natacha Cervi y Horacio Grinberg. “Cambió mucho el paradigma de negocios en relación con el cine. Es posible que hoy un estreno argentino tenga pocos espectadores, pero después resulta que llega por streaming a un número impresionante de gente. El negocio no termina en la exhibición, un sector que enfrenta también graves problemas. Hoy no hay espacio para un círculo virtuoso en relación con el cine nacional y además la Argentina se fue excluyendo del mercado internacional. En definitiva, lo que queremos es que se cumpla la ley”, agregó Pensa.
Incomodidad
Fuera de cualquier declaración institucional, en el sector audiovisual argentino existe una especial incomodidad por la sensación de que algunas áreas del Gobierno pretenderían convertir al cine argentino en el “malo de la película” frente a la opinión pública. Invocaron al respecto una frase incluida en un comunicado oficial del Ministerio de Capital Humano, dentro de cuya órbita se encuentra la Secretaría de Cultura (al que responde el Incaa) en el que se afirma que “terminaron los años en los que se financiaban festivales de cine con el hambre de miles de chicos”.
Ninguna autoridad de Cultura o del Incaa se refirió hasta el momento sobre la política oficial del gobierno de Javier Milei para el sector. Todo lo que se sabe hasta el momento surge de trascendidos, mientras Pirovano permanece en silencio desde el comienzo de su gestión, consagrada en las últimas dos semanas a tener múltiples reuniones con entidades y personalidades de la actividad audiovisual. LA NACION solicitó varias veces una entrevista con el funcionario, hasta ahora con resultados infructuosos.
El encuentro entre Pirovano y la CAIC se produjo pocas horas antes de la masiva movilización convocada por distintas entidades del quehacer audiovisual local (Colectivo de Cineastas, Cine Argentino Unido), que se realizó en la puerta del cine Gaumont y contó, entre otros, con la presencia de los actores Leonardo Sbaraglia, Julieta Zylberberg, Victor Laplace y Mirta Busnelli, el director de fotografía Félix Monti y el realizador Nemesio Juárez.
En medio de fuertes críticas a la nueva gestión del Incaa y al plan de ajuste anunciado para el organismo por el Gobierno se habló allí del cine nacional como “la segunda fuente de orgullo de los argentinos, después de la selección de fútbol”. La movilización, de la que también participaron representantes estudiantiles, agrupaciones de izquierda y trabajadores de Télam, concluyó en medio de algunos incidentes luego del choque entre la policía y manifestantes.
En las primeras horas del viernes, los representantes sindicales de la Asociación de Trabajadores del Estado en el Incaa reiteraron su reclamo por la reincorporación de los despedidos y anunciaron para el sábado 23 de marzo “un encuentro de toda la cultura y el sector audiovisual en defensa del cine nacional”.
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