El hilo rojo: la película en que Benjamín Vicuña y la China Suárez hablan de la infidelidad
Se estrena hoy el film de la nueva pareja mediática, a pocos meses del "escándalo de la motorhome" que los tuvo en boca de todos; qué deja esta historia, más allá del marketing
Cuando el escándalo salió a la luz, todos supimos que las cartas estaban echadas. Que no importara cuál fuera el argumento de la película, la bola de nieve era imparable. Nadie quedó ajeno a aquello que excedió a la ficción mucho antes de que terminara el rodaje del film en cuestión: el romance verdadero de la pareja protagónica, el ataque de celos de la mujer de él, las explicaciones de ella, la manta amarilla de Nepal, la palta, la motorhome y el "olor a sexo".
Pasado el maremoto mediático que tuvo a Benjamín Vicuña , Pampita Ardohain y la China Suárez en los roles de marido infiel, mujer despechada y tercera en discordia respectivamente, la calma chicha no se termina de avenir. Porque todo eso que podría haber sido una aventura aislada, un romance desenfrenado o las fabulaciones de una mujer celosa, se plasmaron las dos realidades que los tienen como protagonistas: por un lado, está confirmado que sí, que los actores de El hilo rojo están en una relación, y que el amor nació en ese rodaje; por otro, en el plano ficcional, ambos se rinden a la pasión y no pueden evitar traicionar a sus respectivas parejas.
La frase que hace de eslogan de la película cobra sentido para ambas realidades: "No elegís de quién te enamorás". Y es inevitable leer también el cachetazo al corazón para el que queda afuera, impotente, de aquella fuerza sobrenatural que el mito que da origen y título a la película llama "el hilo rojo". Porque según esta hipótesis, ni siquiera es una elección, es algo que pasa. No. De ninguna manera recomendamos ver este film a los que quedaron afuera del hilo rojo que une a Vicuña y la China.
Yendo a lo artístico, como película, El hilo rojo no deja más que eso: la curiosidad de estar mirando de cerca cómo nació un romance farandulero. Algo parecido a lo que hicieron muchos cuando se alquilaron Sr. y Sra. Smith por el simple morbo de ver la película en la que Brad Pitt y Angelina Jolie se enamoraron. La historia es un melodrama liviano, lleno de clichés y absolutamente previsible. Repasamos sus fortalezas y debilidades.
1) El guión: una mala copia de buenas películas románticas
El hilo rojo es una especie de reversión paupérrima de Antes del Amanecer y Antes del Atardecer unidos. Chica linda y soltera, azafata, conoce a chico lindo y soltero en un viaje en avión, intercambian miradas y deciden encontrarse al bajar del vuelo en migraciones (¿Es un punto de encuentro lógico? ¿Una azafata no sabe que en migraciones no se puede esperar a otros pasajeros?). Desencuentro. No se ven nunca más. Pasan siete años. Coinciden por casualidad en un hotel en Colombia. El le dice que la buscó, ella hace como que lo olvidó pronto. Ambos tienen una vida hecha, él un matrimonio y una hija, ella un novio y un hijo, y el amor es supuestamente imposible. Pero están solos en un hotel a kilómetros de distancia de sus parejas...
2) La belleza de la China Suárez
Si hay algo irrefutable en esta película es el trabajo en los primeros planos. Las miradas resultan mucho más interesantes que los textos de los diálogos -chatos, estereotipados, aburridos-, y la directora sabe aprovechar la expresividad de los ojos de Vicuña y todo eso que comunica la belleza de la China Suárez para contar más allá de las palabras. La película exuda lenguaje corporal.
3) Dos buenos bastoneros
Hay que destacar los trabajos de Guillermina Valdes y Hugo Silva en los papeles de las parejas "oficiales" de los protagonistas. Construyen sus personajes con mesura al servicio de la historia y son los artífices verdaderos de los momentos más poderosos a nivel dramático de la película.
4) ¿Y el amor?
En la historia presentada por Daniela Goggi en base a un libro de Erika Halvorsen, se habla mucho de amor. "El hilo rojo" no es más que eso, el amor que une a dos personas y que no va a dejar de existir nunca, pese a los intentos que hagan por alejarse. Sin embargo, a la hora de elegir las escenas a montar para esta película, lo que se retrata es algo un poco más difuso que una historia de amor irrompible: histeria, fuego, sexo, en ese orden. Los personajes de la China y Benjamín se seducen con ardor, explotan su química y el deseo se palpa insostenible. En cada uno de sus encuentros las escenas de sexo lo ocupan todo y hacia el final la duda que queda en el aire es unánime: ¿puede ser perenne el hilo de la pasión?
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