El Festival de Venecia inaugura una nueva era para la industria del cine
La alfombra roja del Festival de Venecia, por la que en otro tiempo desfilaron las mayores estrellas del planeta, está cubierta por una tapia de dos metros y un puñado de silenciosos arbustos. Ese muro blanco y aciago, símbolo de la nueva edición que arranca hoy, aspira a disuadir las clásicas aglomeraciones en el lungomare del Lido, el paseo marítimo donde solía reinar el estridente griterío de los cazadores de selfies. Ahora ya ni se entrevé el acceso al palacio del Cine, templo del art déco y sede principal del festival más antiguo del mundo, que esta vez se celebrará entre medidas de seguridad extremas y con un perfil más discreto que de costumbre. Hace un año, Brad Pitt, Meryl Streep, Joaquin Phoenix o Scarlett Johansson pasearon por aquí. En esta edición, la mayor estrella en Venecia es Cate Blanchett, presidenta del jurado y quién marcó el ánimo de la primera jornada.
En la conferencia de prensa que dio comienzo al encuentro, el primero realizado de forma presencial desde el inicio de la pandemia, la actriz australiana destacó el trabajo y la resilencia del equipo que comanda Alberto Barbera, director del festival, y calificó su realización de "a miracolo"."Tenía muchas ganas de participar", dijo Blanchett en el encuentro con la prensa donde además de explicar que estaba muy entusiasmada de tener, por fin, una conversación entre adultos. "En los últimos seis meses he estado hablando con cerdos y gallinas", bromeó. Más allá del necesario momento de humor, Blanchett se puso seria a la hora de discutir el estado del cine: "Esta industria, como todas las industrias, tuvo unos meses tremendamente desafiantes pero creo que la primera y más importante razón por la que estoy aquí en apoyo y solidaridad con los cineastas que tuvieron que terminar sus películas bajo circunstancias extremadamente difíciles".
En esa misma línea y pese al contexto imposible que impone la crisis sanitaria, el director de la Mostra, Barbera, aseguró que no se planteó anular la cita. "Es una edición bajo el signo del optimismo, pensada como invitación a volver a empezar", afirmó. "El cine no puede seguir confinado más tiempo. El cierre de las salas y el bloqueo de los estrenos ya han tenido consecuencias enormes. Prolongar esta situación pondría todo el sistema en peligro. Con toda la prudencia y el mayor respeto a las normas, debemos reencontrar el placer del visionado colectivo. Netflix y las otras plataformas nos han ayudado a sobrevivir estos meses, pero ha llegado la hora de volver al cine", añadió el programador.
A partir de hoy, el barbijo será obligatorio dentro y fuera de las salas, cuya platea quedará reducido al 50 por ciento de la capacidad total. Con esas restricciones y menos estrellas que de costumbre, el festival logró la proeza de mantener sus fechas habituales y reunir un total de 65 películas, sumadas a las que propondrán las secciones paralelas. "Una edición online no tenía sentido. Un festival es compartir en un mismo lugar el placer de ver una película, participar en encuentros con sus autores e intercambiar opiniones con otros espectadores. Para mí, eso no puede suceder en línea", afirmó Barbera que en la primera jornada recibió el apoyo de los directores artísticos de los festivales de Cannes, Locarno,Rotterdam, Karlovy Vary y San Sebastián.
La película de apertura será Lacci, de Daniele Luchetti, una historia familiar en el Nápoles de los ochenta que adapta la novela Ataduras, de Domenico Starnone. A diferencia de los últimos años, los grandes estudios se mantendrán al margen de esta edición, pero Venecia consiguió reunir algunos de los proyectos más esperados del año: estrenará La voz humana, el mediometraje de Pedro Almodóvar que protagoniza Tilda Swinton, quien recibirá un premio a toda su trayectoria, y Álex de la Iglesia presentará 30 monedas, la serie que realizó para HBO.
Además, se proyectarán títulos como Nomadland, de Chloé Zhao, o The World to Come, de Mona Fastvold, dos de las ocho directoras que compiten por el León de Oro en una edición que roza, por primera vez, la paridad de género. Lo nuevo de Andréi Konchalovski (Dear Comrades), Amos Gitai (Laila in Haifa), Michel Franco (Nuevo orden) y Gianfranco Rosi (Notturno) también pasará por el Lido, igual que The Duke, con Helen Mirren, y One Night in Miami, de Regina King, que se proyectarán fuera de competición. Por su parte, Luca Guadagnino presentará un documental sobre Salvatore Ferragamo, dos cortos rodados durante el confinamiento y su nueva serie, We Are Who We Are, que estrenará HBO el 14 de este mes.
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