El fenómeno Granizo: ¿qué dicen los meteorólogos de la película y del personaje de Guillermo Francella?
En diálogo con LA NACION, Diego Angeli, Fernando Confessore y Mauricio Saldívar hablan del impacto que les provocó a los meteorólogos de TV la película, no sólo a nivel nacional sino en el mundo entero
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Entre las críticas cinematográficas que la maltrataron mucho y un récord de audiencia que la posicionó en el Top 10 global de las películas de habla no inglesa de Netflix en todo el mundo, Granizo sigue siendo tema de conversación. Consultados por LA NACION, ahora son los meteorólogos quienes reflexionan sobre el film de Marcos Carnevale, cuentan algunas de sus propias experiencias con la audiencia en la calle y analizan el lugar que ocupan hoy los presentadores del tiempo en los medios de comunicación.
Para aquellos que no la vieron, el film gira alrededor de la vida de Miguel Flores (Guillermo Francella), quien lleva veinte años como meteorólogo estrella de la TV y parece el hombre más feliz del mundo. Pero todo se complica cuando en el cierre de su último programa pronostica una noche tranquila y apacible. Horas después, un brutal temporal con granizo y lluvias deja a la ciudad de Buenos Aires en ruinas, y la felicidad de Flores empieza a desmoronarse.
“A mí me encantó Granizo, me pareció genial, graciosa. Obviamente mi crítica no es objetiva, porque yo en la película veo un típico día en mi profesión, un típico día de mi vida. O sea, iba viendo la película y veía pasajes míos. En un momento dije, pero esta es mi biografía, y eso es muy gracioso. Por eso, por ahí cualquier descripción de la película que haga no será objetiva, pero a mí la película me pareció increíble”, señala Diego Angeli, que por estos días escribe sus pronósticos para LA NACION y trabaja por las mañanas con María O´Donnell en Urbana Play FM.
Para Mauricio Saldívar, en cambio, por muchos años pronosticador estrella de la pantalla de eltrece, es cine pochoclero, una comedia sin demasiadas pretensiones que, de no haber sido protagonizada por Guillermo Francella, probablemente hubiese pasado como una opción más para ver en Netflix. “Es entretenida, pero llena de estereotipos. Hay algunos detalles que no me cierran desde lo profesional e historias paralelas pobremente conectadas y contadas donde el guion hace agua (para estar en sintonía con la meteorología)”.
Para Saldívar, el film tiene algo que es universal. “Mis colegas meteorólogos de Brasil, Portugal y Taiwán fueron los primeros en recomendarla en el grupo de WhatsApp que integramos 146 meteorólogos de todo el mundo. Supongo que la figura del meteorólogo de TV es familiar en cualquier país, y a Miguel Flores le pasó lo que todos intuyen le pasa a un meteorólogo cuando se equivoca, ya que convivimos con el error. Y está en onda con la cultura de la cancelación, pero también con la cultura de la resiliencia, con la posibilidad de redención de quien comete un error. Y eso también es un sentimiento universal”.
Por su parte, Fernando Confessore, meteorólogo de TN, cuenta que le gustó la película y lo mantuvo entretenido, algo fundamental a la hora de ver una comedia. “No me durmió, y eso es sumamente importante. Además, Francella es gracioso, y me identifiqué bastante con el personaje”, apunta el meteorólogo.
-¿Creen que Granizo los dejó mal parados?
Diego Angeli: -Para nada, es una película que dignifica la profesión del presentador del tiempo, del profesional de la meteorología. Me parece que hace justicia en destacar la tarea del profesional de meteorología en televisión.
Mauricio Saldívar: -En absoluto. Es una comedia y si alguien (especialmente un meteorólogo) no lo entiende así, no debería ver cine. Es como el cachetazo de Will Smith a Chris Rock: el que quedó mal parado (y cancelado) es Will Smith, al no entender lo que es el humor. Te puede causar más o menos gracia, te puede entretener más o menos, pero no nos deja mal parados. Y como a Chris Rock, creo que esta peli nos benefició por la divulgación del trabajo de los meteorólogos, porque mucha gente me comentó lo ridículo (y divertido) del baqueano Bernardo, y por qué se resalta en la película que la meteorología requiere de mucho estudio. Y en el mundo hacen falta más meteorólogos. Sí me hubiese gustado que alguna de esas historias paralelas mal contadas hubiese estado relacionada con el cambio climático, pero bien contada. Y así la peli hubiese sido redonda.
Fernando Confessore: -No creo que sea una película que desvalorice nuestra profesión. Es una comedia de ficción que en algunos tramos se aleja bastante de la realidad cotidiana de nuestro trabajo. Creo que a ningún pronosticador se le ocurre ir a visitar a un vidente para mejorar la predicción. Siempre nos estamos guiando por el conocimiento científico y utilizamos la matemática, los métodos numéricos para buscarle la vuelta, la solución a los problemas y desafíos que plantea la atmósfera.
¿Qué relación establecen con la audiencia en la calle?
Diego Angeli: -Muy intensa, extremadamente intensa, muy fuerte. Hay gente que te abraza, te saluda o te invita alguna cosa. A veces es graciosa y otras veces, en esa misma intensidad, se pasa para el otro lado. La gente te demuestra mucho amor, es muy agradecida de levantarse y tener alguien ahí que los hace reír, que les dice cómo va a estar el tiempo, que les describe cómo tienen que vestirse, o les da consejos, o les anuncia cómo van a estar las condiciones meteorológicas para los futuros planes que tienen. Pero sobre todo te lo agradece el laburante que se levanta muy temprano, prende la tele y lo primero que ve es al presentador del tiempo. La gente te devuelve diez veces más el amor que vos le das, especialmente la clase trabajadora. Incluso tuve que trabajar en terapia para que aceptar tantos elogios y tanto amor de la gente. Y todavía me sigue costando.
Mauricio Saldívar: -Salvo por una breve experiencia el año pasado, hace ya 6 años que no estoy al aire y mucha gente me saluda y reconoce como si aún estuviera en cámara. En todos estos años, no recuerdo haber tenido reproches malintencionados, sólo algunas cargadas respecto de la ropa o accesorios que había sugerido usar cuando tenía algún error en el pronóstico. Pero nunca nadie fue agresivo o irrespetuoso, sino todo lo contrario. Además, cuando incurría en un error era el primero en admitirlo. A veces lo decía “en francés: ‘le pifié’”. Lo hacía al aire, como una broma o hacía un juego con mis compañeros y con eso desarmaba las posibles críticas.
Fernando Confessore: -La relación con el público es fantástica, por lo menos de mi parte, y siempre en un marco de respeto. Algunos pueden cuestionar nuestra tarea, pero son los menos. Creo que la gente entiende las limitaciones de la ciencia atmosférica, que avanzó mucho con la llegada del satélite y el radar, pero que todavía tiene muchos secretos naturales para ser descubiertos. Nosotros nos debemos al público y para ellos trabajamos día a día.
¿Por qué ganó tanto espacio el pronóstico del tiempo en épocas en las que hay apps y otras maneras de mantenerse informado?
Diego Angeli: -Creo que no es aplicaciones versus meteorólogo o wheather man. Hay que entender que una aplicación es un análisis matemático que lo hace una computadora. El tiempo para Buenos Aires lo hace una computadora en Seattle, y te resume todo en un ícono y en un par de datos, que son buenos y son útiles. Pero presentar el tiempo, describir las condiciones meteorológicas y cómo te va a condicionar tu día a día, es algo que una aplicación no hace. La interpretación de cómo va a estar el tiempo en cada barrio, en el GBA y en Capital, todo eso una aplicación no lo hace y, obviamente, si la gente prefiere muchas veces a un presentador del tiempo sobre una aplicación es porque brinda otro servicio, porque la gente busca algo más. Es una diferencia muy grande y son dos servicios diferentes.
Mauricio Saldívar: -Es como preguntarse por qué seguimos informándonos por la tele o los diarios cuando hay otras formas de hacerlo. Estoy convencido de que el meteorólogo de TV genera un vínculo de confianza con el televidente, diferente al que se genera cuando el tiempo es presentado por el conductor o algún panelista del noticiero. Es como ese vínculo que generó el personaje Miguel Flores con su audiencia, ya que muchas decisiones se tomarán en base a lo que indique el meteorólogo: desde ponerse una determinada prenda, hacer un asado o poner su vida o bienes a resguardo. Y eso es algo que no muchas profesiones pueden lograr.
Fernando Confessore: -Hoy en día parece que ya no es necesario prender la televisión o escuchar la radio para informarse del tiempo. Toda la información se encuentra disponible en nuestros celulares, hay muchísimas aplicaciones del tiempo y la realidad es que estas aplicaciones se basan en los datos de los modelos meteorológicos en crudo, que se actualizan en una determinada cantidad de horas, y estos modelos tienen incertidumbre en su resultado. Si en ese lapso se produce algún evento repentino como puede ser una tormenta que cambia prácticamente todo el panorama para los próximos días, entonces no es registrado por estas aplicaciones. En general, a medida que nos alejamos de los datos iniciales del modelo, el pronóstico va aumentando la incertidumbre, el error, lo que lleva a que un pronóstico a siete días o más haya que ir ajustándolo permanentemente. Entonces, siempre es mejor consultar a un amigo meteorólogo. El pronosticador humano conoce los mecanismos que pueden alterar el resultado de una predicción, la aplicación no.
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