El 31 de marzo de 1993, media hora después de que los relojes marcaran la medianoche, Lee recibió un disparo que terminó con su vida en el set de la película que sería su apuesta a la fama
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El 11 de mayo de 1994 se estrenaba El cuervo, un largometraje que llegaba a la pantalla grande envuelto en tristeza porque durante la filmación su protagonista, Brandon Lee, había perdido la vida. Las impactantes similitudes entre el actor y el personaje, ambos con un destino sellado por la fatalidad, hicieron que este film quedara marcado por la tragedia.
El héroe que nació de la muerte
El cuervo se basó en un cómic independiente, cuyo creador fue James O´Barr, quien publicó el primer número de su historia en 1989. De a poco fue ganando su lugar aunque nunca logró el éxito de ventas que conseguían otros grandes títulos del medio como X-Men o La liga de la justicia. El protagonista de la historieta es Eric Draven, un hombre que luego de ser asesinado junto a su esposa, regresa de la muerte en busca de venganza. La estética punk de la serie, la idea de un héroe atormentado y un relato despojado de finales felices capturó la atención de un público ávido de este tipo de tramas.
A O´Barr no solo le interesaba el aspecto económico de su creación sino también sanar viejas heridas. En 1981 su novia había muerto a causa de un accidente automovilístico y esa situación dejó al historietista sumergido en una profunda depresión. En una entrevista publicada en 1994, el autor confesó: "Pasé por todos los típicos casilleros de quien tiene que lidiar con una angustia, como el abuso de sustancias o salir de fiesta todas las noches intentando mantenerme sedado durante todo el tiempo que me fuera posible. Eventualmente, tuve la suerte de entender que ese era un callejón sin salida y ahí pensé que quizás volcando algo al papel podía llegar a exorcizar toda mi furia".
Hubo una segunda tragedia que también lo inspiró y fue el asesinato de una pareja que –como en el cómic– murió a manos de unos delincuentes. Sobre eso, comentó: "Pensé que era algo absurdo: por un anillo de compromiso de 30 dólares, dos personas habían muerto. Eso se convirtió en un disparador, la idea de que pudiera existir un amor tan fuerte que incluso fuera capaz de vencer a la muerte y que un alma no pudiera descansar hasta no arreglar las cosas".
O´Barr estaba muy lejos de especular con ver su obra traducida al cine, pero no pasó demasiado tiempo hasta que el guionista John Shirley y los productores Jeff Most y Edward Pressman le ofrecieron llevar al personaje a la pantalla grande. A partir de allí, el proyecto del film comenzó a gestarse y Pressman convocó a Alex Proyas, un director especializado principalmente en videoclips.
O´Barr y Proyas unen fuerzas
Al historietista le preocupaba qué tipo de película iba a ser El cuervo. Se entiende, el personaje era su criatura más mimada y no estaba dispuesto a ver cómo productores sin escrúpulos destrozaban el corazón dark de Eric Draven. De hecho, una de las versiones más tempranas del proyecto proponía transformar la historia en un musical protagonizado por Michael Jackson, una posibilidad que a él le parecía totalmente absurda. Pero la llegada de Proyas supuso una tranquilidad para el dibujante porque el director se mostró muy afín al material original y pretendía que su visión tuviera el mismo espíritu del cómic.
Con respecto a qué actor iba a convertirse en Draven, O´Barr y Proyas apuntaban hacia un mismo perfil. El autor pensaba que Johnny Depp era la elección obvia, pero el intérprete no se interesó por el material. En tanto, el director sugirió dos nombres: Christian Slater y River Phoenix, pero esas negociaciones tampoco prosperaron. Fue entonces cuando apareció como opción Brandon Lee, hijo de la leyenda del Jeet Kune Do, Bruce Lee.
Enter the Lee
Proyas estaba convencido de que Brandon Lee era ideal para convertirse en Eric Draven, pero O´Barr no compartía ese entusiasmo. El dibujante creía que la presencia del artista marcial iba a reducir la película a un film de peleas del montón, pero a medida que Brandon comenzó a interpretar al antihéroe cambió de opinión. "El nivel de presencia y carisma que le otorgó al personaje fue asombroso. Nadie se dio cuenta de lo duro que trabajó", opinó una vez que el rodaje comenzó y agregó: "Él hizo todas sus peleas y casi todas sus escenas de riesgo, lo único que no hizo fue caer de los edificios porque no se lo permitían. Y ni hago mención a su actuación porque él supo darle al personaje la mezcla justa de humor, dolor y ferocidad".
Para Lee la oportunidad era inmejorable. El actor intentaba afianzar su lugar en la industria no solo como un héroe de acción, sino también como un artista capaz de componer papeles de peso dramático. Draven le permitía combinar lo mejor de ambos mundos. En una entrevista con Entertainment Weekly el productor Jeff Most recordó una charla con Lee: "Brandon estaba muy satisfecho. Recuerdo incluso que una vez me dijo: 'Más allá de lo que pase con este proyecto, nada será más importante que saber que pude interpretar a Eric Draven. Este es mi personaje ideal'".
Una filmación rodeada de problemas
El presupuesto original de la película fue de 18 millones de dólares, una cifra pequeña para una historia que demandaba grandes efectos especiales. Pero con ese dinero, las regulaciones con respecto a los horarios de rodaje, las condiciones óptimas para los actores y otras cuestiones gremiales que en Los Ángeles no se hubieran podido evitar, obligaron a la producción a trasladarse a Carolina del Norte, un lugar donde las reglas laborales eran más laxas. Como consecuencia de esto, los problemas formaron parte de lo cotidiano. El trabajo comenzó el primero de febrero de 1993 y ese mismo día un carpintero de 26 años sufrió graves quemaduras en manos, torso y rostro por el impacto con cables de alta tensión. En los siguientes meses se sumarían accidentes como el de un obrero que se perforó la mano con un taladro, un doble que cayó mal y se rompió varias costillas y el misterioso incendio de un camión con elementos de utilería. La frutilla del postre fue un desastre natural: la llegada de un huracán que destrozó exteriores de la filmación y que obligó al equipo a terminar el rodaje en interiores.
La muerte de Brandon Lee
Para Brandon Lee la filmación no estaba siendo nada fácil. Sus escenas eran siempre de noche y en un clima de mucho frío, en el cual tenía que filmar varias tomas con el torso desnudo. Durante el rodaje, perdió diez kilos y, con el tiempo, su agente Jan McCormak calificó las condiciones de trabajo como inhumanas.
Solo faltaban tres días de rodaje cuando el 31 de marzo de 1993, media hora después de que los relojes marcaran la medianoche, Lee recibió un disparo que terminó con su vida. Alrededor de su muerte hubo muchísimas especulaciones, mitos y versiones, pero el paso del tiempo permitió saber con exactitud cómo fue el accidente. Esa noche se había dispuesto la filmación de la escena en la que el actor entraba en su casa para ser asesinado por un grupo de delincuentes. Proyas eligió que el responsable del disparo fuera Funboy, interpretado por Michael Massee, quien nunca imaginó que se convertiría en un involuntario verdugo.
La escena debía ser de la siguiente manera: Eric entraba a su casa con una canasta de compras a la altura del pecho. Los villanos lo veían y Funboy lo mataba de un tiro. Dentro de la bolsa se encontraba la ampolla que tenía que explotar para simular la sangre del personaje. El equipo comienza a filmar según lo planeado, Massee dispara el arma de fogueo, Brandon cae y Proyas grita: "¡Corten!". Todos vuelven a sus puestos, pero rápidamente advierten que Lee no se levanta del piso y que con la mano comienza a hacer gestos erráticos. Cuando se acercan notan un gran charco de sangre proveniente de su abdomen y llaman a una ambulancia. A la una de la mañana, el actor ingresa al hospital de New Hanover y los médicos descubren un orificio en su estómago. Sin perder tiempo intentan estabilizar su signos vitales para llevarlo al quirófano. Es intervenido durante casi seis horas, pero todo lo que hicieron fue en vano. El daño era irreversible. El proyectil había rozado la parte inferior de la bolsa de compras que llevaba Brandon, perforando su ombligo y afectando la aorta, provocándole así una importante pérdida de sangre. Durante la operación, Lee recibió una cantidad de sangre equivalente a la que poseen seis adultos, pero los médicos igual no pudieron salvar su vida. El actor fue declarado muerto a las 13:04 de la tarde, del 31 de marzo.
El accidente, paso a paso
La gran pregunta fue cómo un disparo de fogueo terminó en una muerte. Según reveló una investigación de The Telegraph y diversas pericias policiales, el fallecimiento de Brandon fue una seguidilla de casualidades, causalidades y negligencias de todo tipo. El punto de origen del problema fue que debido a los ajustados tiempos de rodaje cuando se acabaron las balas falsas y de fogueo, el equipo técnico decidió fabricar ambas de forma casera, sin los controles pertinentes. Dos semanas antes de la muerte del actor, se utilizan por primera vez esas balas falsas para filmar un disparo desde un plano cercano (a diferencias de las de fogueo, las balas falsas resultaban más "realistas" cuando la cámara tomaba en detalle la punta de la pistola). En ese momento nadie lo supo, pero luego de ese disparo un fragmento de plomo de esas balas quedó alojado en el revolver (de hecho, el plomo está prohibido en la fabricación de esas municiones justamente por este motivo). Aquí se produce otro error: ningún especialista certificó que el arma quedara debidamente vacía.
A la hora de filmar la escena del homicidio de Draven, a Massee le dan el mismo revolver que se había usado con la bala falsa y que tenía en su interior ese resto de plomo. Cuando llega el momento de abrir fuego y el actor dispara contra Brandon, la munición de fogueo empuja y lanza también la mencionada punta de plomo que había quedado atorada en el arma. De esa forma, la víctima recibe el impacto de un proyectil en su estómago.
Después de la muerte
Como era de esperar, esta tragedia afectó enormemente a todo el equipo. La mayoría de sus escenas ya habían sido realizadas y quedaba muy poco por delante, pero Paramount –que estaba a cargo del proyecto– consideró que luego de esta fatalidad la película no podía terminarse y decidió cancelar el largometraje. Todo estaba dado para que El cuervo nunca debutara en ninguna pantalla y se sumara a la lista de obras malditas de la historia del cine, pero esa decisión cambió después del funeral de Lee.
Luego del sepelio, entre los responsables de la película brotó una sensación de deuda, de sentir que era necesario terminar el largometraje como un último homenaje a Brandon. En ese momento apareció en escena Miramax, que decidió darle al proyecto una inyección de ocho millones de dólares. Con la maquinaria nuevamente en marcha, el desafío era realizar las escenas restantes de Eric Draven, un problema que se resolvió de tres formas: evitando los primeros planos; reciclando imágenes de Lee inutilizadas; y agregando digitalmente la cara de Brandon sobre el cuerpo de su doble, Chad Stahelski. Así pudieron terminar las cuatro escenas que le permitieron darle un cierre definitivo a la película.
La pesadilla de Massee y la cruzada de Elizabeth
Con seguridad el más afectado por la muerte de Lee, fue el hombre que le disparó. Luego del incidente en el rodaje, Massee quedó gravemente traumatizado y durante un año fue incapaz de trabajar. Si bien una investigación realizada por la justicia resolvió que nadie había sido culpable por el fallecimiento del actor, eso no evitó que la madre de Lee, Linda Lee Caldwell, demandara a Massee por homicidio, una causa que no prosperó. En 2005, en una entrevista para el programa Extra, el actor reconoció: "Creo que uno nunca se recupera de una situación como esta". El 20 de octubre de 2016, con 64 años, el hombre murió a causa de un cáncer de estómago y los diarios del mundo titularon que "había muerto el responsable de matar por accidente a Brandon Lee". En vida, y atormentado por lo sucedido, jamás fue capaz de ver El cuervo.
Por otro lado, la muerte del actor dejó en suspenso su inminente boda –se iba a realizar a mediados de abril– con Elizabeth Hutton, quien desde ese momento se dedicó a impulsar campañas para que en los rodajes se implementaran controles más rigurosos con respecto al uso de armas de fogueo. Ella fue clave en la creación de un programa que llevó el nombre de Brandon Lee y cuyo objetivo fue el de controlar la manipulación de armas en las filmaciones, con el fin de evitar una tragedia similar.
Los mitos alrededor del final de Brandon
Cuando llegó a los medios la noticia de la muerte de Brandon y las evidentes coincidencias que su final tenía con el de su propio padre, quien también murió en el rodaje de una película, las teorías no se hicieron esperar. Algunas versiones aseguraban que Lee había sido asesinado por un francotirador que aprovechó la escena del disparo, mientras otros señalaban que la mafia se había encargado de cambiar una bala de fogueo por una real. Con el tiempo y los análisis llevados a cabo, estas teorías quedaron descartadas. Otro mito alrededor del film es que la escena en la que Brandon muere efectivamente quedó en el corte final de la película, una aseveración totalmente falsa.
El legado de El cuervo
Los años hicieron de El cuervo un film de referencia dentro del subgénero de las adaptaciones de historietas, brindándole a ese rubro una madurez poco vista hasta ese momento. Y la presencia de Brandon Lee, un artista cuyas herramientas dramáticas superaban a las de su propio padre, se sumó a la lista de tragedias en Hollywood. Como sucedió con Heath Ledger y su actuación en El caballero de la noche , el personaje de Eric Draven fascinó en parte por el carismático trabajo de su intérprete y en parte por el shock de ver a un actor dejando lo mejor de sí en el que fue el mejor papel de su breve carrera.
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