El cine se ríe de la crisis: julio cerró con la mejor concurrencia en tres años
Julio es el mes más esperado de cada año en el negocio del cine. Las vacaciones de invierno prometen un aluvión de público en las salas que se traduce no solo en masivas ventas de entradas, sino también en jugosas ventas en el candy bar, que es el rubro que mayores ganancias les generan a los complejos. A contramano de la crisis generalizada en el consumo (la concurrencia se derrumbó en los teatros y otros sectores de la cultura), las salas argentinas cerraron julio con 8.620.000 espectadores, según las cifras de Ultracine analizadas por LA NACION; es decir, un 7,2 por ciento más que los 8.040.000 de igual mes de 2018 y también por encima de las 8.395.000 personas que habían ido al cine durante el séptimo mes de 2017. Hay que remontarse hasta 2016 para encontrar una asistencia superior con 8.850.000 tickets cortados, mientras que el récord sigue siendo de julio de 2015 con 9.620.000 localidades vendidas.
Las buenas noticias para el mercado cinematográfico argentino continúan si se analiza el acumulado anual. Entre enero y julio se vendieron 32,4 millones de entradas contra 30,3 millones de los mismos meses de 2018 con lo que se registró un incremento en la concurrencia de casi 7 por ciento y una mejora comparativa de algo más de dos millones de espectadores. La explicación para semejante fenómeno en medio de una economía recesiva se llama Disney, que tuvo los cinco títulos más vistos en lo que va del año: Toy Story 4 (récord histórico con 6.335.000 tickets hasta el momento), Avengers: Endgame (3.895.000), El Rey León (2.380.000), Wifi Ralph (1.580.000) y Aladdin (1.340.000).
Volviendo al análisis de los números de julio, se potenció aún más la concentración que se viene registrando desde hace ya varios años en el negocio local. Entre Toy Story 4 (casi tres millones de espectadores), El Rey León (2.380.000), Spider-Man Lejos de casa (casi 1.200.000) y La vida secreta de tus mascotas 2 (1.050.000) se quedaron con 7.615.000 de las 8.620 entradas vendidas; es decir, entre solo cuatro títulos monopolizaron el 88,3 por ciento del público total.
Algo similar ocurrió en julio en el terreno de las distribuidoras: Disney se quedó con el 63 por ciento de las localidades vendidas, mientras que UIP (Universal, Paramount y Sony) obtuvo un market share del 29%. Así, entre ambas compañías se dividieron el 92 por ciento de la concurrencia en todo el país.
En ese contexto tan favorable para los tanques de animación provenientes de Hollywood, es para destacar la resistencia de dos títulos argentinos como El cuento de las comadrejas, de Juan José Campanella (acumula 550.000 espectadores desde su estreno); y la comedia No soy tu mami (está por llegar a los 200.000), así como la de Dolor y gloria, del español Pedro Almodóvar, que se mantiene en cartel con 165.000 entradas vendidas. Una excelente cifra para un segmento como el del cine de arte que está siendo el más castigado (el lunes último, por ejemplo, cerró el complejo BAMA).
Cuando todavía quedan cuatro días de vacaciones en la ciudad y provincia de Buenos Aires, el balance ya es muy positivo. Y desde hoy se suma a las pantallas argentinas Rápidos y furiosos: Hobbs & Shaw, que seguramente le dará un nuevo impulso a una taquilla argentina que resiste las sucesivas retracciones en el consumo y el tan mentado boom del streaming hogareño. El cine en el cine goza de muy buena salud.
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