El arte de hacer películas

La presencia mexicana se hizo sentir en el Bafici de este año con la llegada de varios directores y una nueva filmografía. Dentro de ese pelotón de films, la visita del director Carlos Reygadas, que vino a presentar su última película, Luz silenciosa , ganadora del Premio del Jurado en Cannes 2007, brilló con intensidad propia. El cineasta tiene un humor picante, una tonada parecida a la de los personajes de Chespirito y una curiosidad casi antropológica: "¿Dónde están los gauchos y la pampa?; ¿hace frío en Bahía Blanca? ¿Qué son los tambos?", interroga.

Esa curiosidad fue lo que en su último viaje por México lo llevó a conocer a la comunidad menonita de Chihuahua. Durante tres años, esa sociedad religiosa con costumbres del siglo XVI se transformó en el objeto de estudio de Reygadas. En ese ambiente natural, con el protagonismo de los menonitas, el director creó el escenario de ficción para la poética Luz silenciosa, donde un hombre vive un conflictivo triángulo amoroso. "El azar me llevó a esa comunidad. Yo estaba viajando por el norte de México y conocí a esta sociedad peculiar, uniforme y que tenía una lengua extraña. Todo eso creaba un campo fértil para una película, porque aparecían todos los arquetipos para hacer un cuento. Es como en las películas de Ozu donde están los japoneses hablando y tomando sake, pero después te muestra la relación entre una abuela y su nieta que puede ser la de cualquiera. Acá pasa lo mismo. Al principio son menonitas, pero después ese personaje de la historia puede ser tu padre o el mío."

Con 36 años, Carlos Reygadas filmó tres películas ( Japón , Batalla en el cielo y Luz silenciosa ) que dan cuenta de un cine de autor que además de alzarse con varios importantes premios despertaron asombro y generaron amores y odios entre la crítica especializada. Sin embargo, Reygadas no se toma demasiado en serio. "Una vez un crítico de acá muy peculiar dijo que yo soy del tipo de directores que siempre quieren hacer una obra de arte. ¡Eso es una estupidez! Yo sólo quiero hacer el cine que siento... cómo veo la vida y ya. Me imagino que todos los directores queremos hacer eso. Imagínate que digan del burrito Ortega que es el tipo de jugador que siempre quiere gambetear para impresionar. ¡Y no! Así es como él juega y lo que da su condición física y natural. Para mí es lo mismo. Uno no piensa qué tipo de cine hace, porque hay un motor que tira de la carreta y es más fuerte. Para mí hacer películas es algo muy instintivo. Mi cine es el resultado directo de lo que soy."

-Hace poco González Iñárritu dijo que mientras él y otros mexicanos como Alfonso Cuarón y Guillermo del Toro jugaban a que hacían cine, vos eras el verdadero cineasta de esta camada.

- ¡Qué bueno que piense eso y que se atreva a decirlo! Algunos pensarán que tiene razón y otros que está loco. No soy yo quien deba decirlo.

-¿Querés que tu cine esté identificado con una identidad mexicana o podrías filmar tus historias en cualquier lugar?

-Ante todo me considero un terrícola (risas). Esa obsesión con las nacionalidades no me interesa, nunca he querido hacer "cine mexicano". Solo quiero hacer cine. Lo mismo pasaría si fuera músico. Ahora, nací en México y todo lo que haga lo voy hacer como un mexicano. Pero eso debe salir per se . Es parte de lo que uno es. Pero si un día viera algo hermoso en Buenos Aires filmaría aquí. Fíjate lo que hizo Wong Kar Wai, que filmó Happy Together en Buenos Aires, y para mi gusto es una de sus mejores películas. Lo importante es la creación y no de dónde es uno.

-¿Qué buscás transmitir con tu cine?

-Lo que quiero es que aquel que vea mi cine pueda vivir un poquito más con esa película y le aporte algo a su vida. Eso me interesa más que entretener a alguien como en el circo o en el fútbol, aunque a mí me gusta el entretenimiento. Como cineasta me interesa dejar una pequeña semilla, que alguien la lleve y germine dentro de él. Es como alargar un poquitito el espacio de tiempo en el mundo.

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