El Aprendiz: cómo es la “tragedia humana” que Donald Trump amenazó con censurar
Este jueves se estrena la película basada en la vida de historia de los años de formación del expresidente y candidato a la Casa Blanca, interpretado por Sebastian Stan, al tiempo que Jeremy Strong hace de Roy Cohn, su mentor
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Es natural sentirse nervioso antes de presentar una película en un festival. Pero a fines de agosto, cuando el director Ali Abbasi tomó un vuelo al Festival de Telluride, ni siquiera estaba seguro de si su nuevo film El aprendiz, una mirada ficticia al vínculo maquiavélico entre el joven Donald Trump (Sebastian Stan) y el abogado Roy Cohn (Jeremy Strong), iba a ser exhibida.
“Fue realmente una locura lo que pasó, y le ahorré algo de eso a Jeremy y Sebastian, pero es una sensación desmoralizante”, admitió Abbasi. El expresidente estadounidense había amenazado con acciones legales contra El aprendiz desde su debut en mayo en Cannes, lo que enfrió el interés de los distribuidores durante meses y la convirtió en una opción controvertida para cualquier festival.
Al final, Trump no cumplió con sus amenazas, Telluride proyectó el film sin incidentes y El aprendiz encontró finalmente un distribuidor: en la Argentina se estrena este jueves 24. Aun así, Strong se mostró perturbado por tantos estudios importantes que no querían hacerse cargo de la película y potencialmente provocar la ira del candidato presidencial.
“Uno piensa que se pueden prohibir cosas en Corea del Norte o Rusia o ciertos lugares, pero no cree que eso suceda aquí, en los Estados Unidos”, dijo Strong. “Es un presagio realmente oscuro que casi haya sucedido”, agregó.
Escrita por Gabriel Sherman, El aprendiz comienza con Trump, a los 20 años, mientras trabaja duro para su padre, un magnate inmobiliario, y aspira a ser una figura por derecho propio. Sin embargo, la ambición de Trump supera su capacidad hasta que conoce al astuto Cohn, que toma al joven bajo su ala y le imparte reglas implacables para el éxito que lanzarán a Trump al escenario más alto imaginable.
El aprendiz podría ser un actor clave en la temporada de premios para Stan —más conocido como el súper soldado de Marvel Bucky Barnes— y para Strong, el actor de Succession, serie por la que ganó un Emmy; también tiene un Tony por Un enemigo del pueblo. Pero, ¿el fervor políticamente cargado en torno a la película ayudará o perjudicará sus candidaturas?
“Esto es lo loco: no creo que esta película sea controversial”, dijo Abbasi. “Es una repetición de información que está disponible y está verificada y verificada tres veces. Así que mi gran pregunta es, ¿cuál es el problema?”.
Aquí van extractos editados de nuestra conversación:
-Al principio, Sebastian, interpretas a Trump como un hombre más apacible y avergonzado de lo que estamos acostumbrados a verlo.
Stan: -Volvé a ver la docuserie de Netflix, Trump: An American Dream y prestá atención a todas las primeras imágenes de él frente a un comité con una corbata amarilla gigante de los 70 y tratando de encontrar las palabras adecuadas. Miralo en la sala del tribunal cuando está con Roy esperando obtener la reducción de impuestos: es un niño soñador que está haciendo todo lo posible por mantener la frente en alto y fingir confianza. Tenemos que dejar de hablar de él como si fuera un ser del espacio exterior.
Abbasi: -También se puede leer como la transformación de un monstruo. Pero hay otra versión, que es esta tragedia humana: ¿Había otras posibilidades para estas personas si su mundo no se redujera a ganar y tomar?
Strong: -Lo veo al 100% como una tragedia humana, de la misma manera que vi Succession como una tragedia del capitalismo en su fase final. Con la serie, estábamos en una fiesta en la casa de Adam McKay (productor de Succession) la noche de las elecciones de 2016, y tuvimos nuestra primera lectura de guion a la mañana siguiente. Luego Trump fue elegido, y eso cambió todo el contenido del programa y la forma en que se comunicaba al país. Hay una idea que se aplica a ambas cosas, algo que dijo Jung: “Donde el amor está ausente, el poder llena el vacío”. Lo emocionante de esta película es que toca el tercer carril de todas estas cosas, algo que francamente no ocurre en muchos trabajos en estos días. El mundo está en llamas, y gran parte de nuestro negocio se inclina cada vez más hacia contenidos sobre doblar ropa y cosas relativamente seguras.
-Algunas personas, sin haberla visto, han acusado a la película de “humanizar” a Trump. ¿Cuál es su respuesta a eso?
Strong: -Es un interrogatorio y una investigación humanista de estas personas. Ali no está haciendo El gran dictador; no es una farsa, no es una caricatura. Estamos tratando de poner un espejo frente a este mundo y a estos individuos y tratar de entender cómo llegamos aquí.
Abbasi: -Creo que es peligroso empezar a pensar: “Oh, humanizas demasiado a alguien”. ¿Por qué eso sería un problema?
-Con las películas independientes, siempre existe el riesgo que nunca sea ampliamente vista. Y esta corría el riesgo de no ser vista nunca.
Abbasi: -Vengo de Irán y estoy acostumbrado a dictadores y gobiernos autoritarios, pero siempre pensé que, cualquiera que sea el defecto que tenga la sociedad estadounidense, la libertad de expresión no es uno de los problemas.
Strong: -Vivimos en una época binaria. Hay un pensamiento en blanco y negro y una verdadera incapacidad para contener las complejidades o dualidades, y eso es parte de lo que nos ha metido en problemas sociales.
-Sebastian, ¿qué dijo tu entorno cuando les dijiste que ibas a interpretar a Trump?
Stan: -Estoy bastante seguro de que mi madre dijo: “Al menos te vas a afeitar”. Pero le pregunté a mucha gente al respecto. Un ejecutivo de un estudio me dijo que no lo hiciera porque iba a alejar a medio país, y un director de casting al que respeto mucho dijo: “No necesitamos otra película de Trump, nadie te va a aplaudir por ella”. Y luego hubo otras personas que dijeron: “¿Te vas a preocupar por tu seguridad?”. Pero por alguna razón, cada vez que alguien decía: “No lo hagas”, me daban más ganas de hacerlo.
-¿Qué tiene de bueno que salga tan cerca de las elecciones?
Abassi: -Para mí, esto sería tan relevante en diciembre o enero de 2025 como lo es ahora. De esa manera, no creo que necesitemos las elecciones para hacernos relevantes, pero ¿no me emociona que estemos en una interacción con la parte posterior del dragón? Te mentiría si no lo estuviera.
Strong: -Es una película de obligada visualización para cualquier ser consciente que se preocupe por lo que está pasando en este país, y creo que ofrece una perspectiva vital que podría cambiar las cosas de una manera real. En este momento en el que estamos rodeados de retórica de odio y división, creo que el arte tiene un lugar y el cine tiene un lugar.
Stan: -Me preocupa que la gente esté desesperada por obtener respuestas y orientación. Quieren que les digan cómo sentirse, quieren que les digan qué está bien y qué está mal. Todo este malestar con la película solo refleja por qué es importante: no se trata solo de lo que estás aprendiendo sobre Trump, sino también de lo que estás aprendiendo sobre ti mismo gracias a Trump. Me preocupa que ya no estemos profundizando más en la forma en que abordamos las cosas. Solo estamos leyendo páginas de Wikipedia. Pero el resto de nosotros, al menos, vamos a intentar llegar al fondo de algunas cosas.
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