Dos actores que crecieron juntos
Hacen "Paraísos olvidados" y pisan cada vez más fuerte en la escena independiente
El padre de Luciano era actor y no tuvo dudas cuando su hijo de 9 años le pidió que lo inscribiera en una escuela de teatro. Al año siguiente estaba debutando en "Heredarás el viento", de Alejandro Samek. Casi al mismo tiempo, el pequeño Sergio miraba con orgullo a su padre -precursor del cine independiente- y filmaba sus juegos mientras soñaba con tener un carromato y recorrer el país haciendo funciones de títeres con él. Lógicamente, el arte los fertilizó y hoy son eso: artistas de diferentes variantes.
Luciano Cáceres y Sergio Surraco se conocieron estudiando pantomima en la escuela de Alejandra Boero y descubrieron que provenían de senos familiares similares y que tenían muchas metas en común. Nació una amistad que desembocó en la construcción del teatro Quintino, dirigiéndose mutuamente en "Doblete de Chejov", y que hoy los encuentra trabajando juntos como director y actor en "Paraísos olvidados", la elogiada obra de Rodolfo Roca que ya va por su tercera temporada, en Anfitrión.
Ambos son dos de los actores que mayor confianza despiertan en la escena alternativa, aunque ya se dan el lujo de pisar teatros oficiales, de trabajar en cine y en televisión. Además de dirigir "Paraísos olvidados", Luciano Cáceres actúa en "Nunca estuviste tan adorable", de Javier Daulte, y estrenará dos obras más como director: "Los reyes", sobre un relato mitológico de Cortázar, en abril en el Kafka, y a mediados de junio, "La isla de fin de siglo", de Alejandro Finzi, en el Teatro Cervantes. A su vez, es el protagonista de "El amor, primera parte", una película de culto que ya lleva seis meses en cartel en el Malba; y de "Garúa", el film de Gustavo Corrado, que se estrenará en mayo.
Por su parte, Surraco no le va en zaga. Además de trabajar en la obra señalada, actuará en "Numancia", dirigido por Daniel Suárez Marzal, también en el Cervantes; reestrenará "Requiem", en junio, junto a Ana María Castel, en el Actors Studio Complex; y planea dirigir "Par-Elisa", de Jorge Palant, en una sala a designar, a mediados de año. A su vez, integra el elenco protagónico de "Hombres de honor", la nueva telenovela de Pol-Ka, que se estrenará en abril, por Canal 13.
"Nos tocó hacer cosas juntos y empezamos a encontrar no sólo similitudes en la parte artística, sino en la vida cotidiana. Además, compartíamos algunas historias con chicas", explica Surraco con un guiño cómplice.
"Paraísos olvidados" es la pieza maestra que los volvió a unir. "La idea es nunca dejar de hacerla. Aunque la levantemos por un tiempo, volveremos a reponerla más adelante -explica Cáceres-. Tiene un aire de Visconti. El riesgo era hacer algo muy representativo del cuento, pero el otro desafío fuerte era el trabajo emocional para que no queden dudas de que esa sirena existió. Me dio mucho miedo esa puesta, pero hice que el viaje del espectador comenzara en el pasillo. Le pongo unas velitas, le doy algo para tomar y hago que sienta que es una experiencia individual."
Por su parte, Surraco agrega: "Fue las ganas de volver a trabajar con Luciano. Me gustaba mucho porque adoro la dificultad y poder doblegarla. Además, Luciano es quien más me conoce laburando. Es muy pasional, tiene una personalidad muy fuerte y en él se reconocen docentes, no por copiarlos, sino por cómo fue criado".
Las flores vuelan de ambos lados, porque para Cáceres también es un placer dirigir a su amigo: "Sergio nunca te va a traer problemas en un elenco porque, naturalmente, es buena persona. Es muy de barrio y no le hace falta ir al psicólogo. Se resuelve. Además, tiene una presencia escénica como pocos. Una prueba es que no te lo imaginás bajito. Dimos pasos muy fuertes juntos y nos potenciamos muy bien".
Sólidos antecedentes
Sergio Surraco trabajó en obras como "Diaria", "Esa no fue la intención", "La dama duende", "Abue, doble historia de amor" y "Doblete de Chejov", entre otras, y se prepara para encarnar a Fabio Quinto en "Numancia". Pero su gran desafío es "Par-Elisa", una de sus primeras armas en la dirección. "Me atraen mucho las relaciones que hay entre los personajes de esta obra. Soy muy «alezziano» con estas cosas: el trabajo del director en pos de los actores y no en pos de la puesta. Una obra bien dirigida es cuando el director los puede guiar para que ellos la cuenten".
Por su parte, Cáceres ya se consolidó en la dirección y viene de montar "Uraniburg, el eterno pelo de Tycho Brahe", en España, además de "Julio para armar", "Diaria", "Darrón darrón" y "Freaks". Como actor hizo "Bésame mucho", "Rompiendo códigos" y "Las razones del bosque", entre otras. "Me ofrecen muchas obras, pero digo que no a las que no me presentan un desafío. Me meto cuando no sé cómo hacerlo. Ahora me metí con una tragedia, con 18 actores. Pero el actor y el director van en paralelo y estoy creciendo mucho en ambos lugares. El año pasado me llamaron para muchas obras como actor y dije que no a todo. Preferí estar en un proyecto que me interesaba mucho como el de Javier Daulte. Yo alquilo y vivo de esto. Todo lo que tengo es lo que puedo producir."
Surraco ingresó a la escuela de Alejandra Boero por acompañar a una novia. Era un chico punk que se fue achatando el pelo a medida que se dejaba seducir por la Commedia dell´Arte. "Me siento muy cómodo con lo histriónico y no me llaman mucho para hacer comedia. Pero no hablo de la expresión desde lo grotesco, sino de algo grande, pero al mismo tiempo contenido. Encontrar el punto medio para que llegue en el momento justo. Buscar la mayor veracidad y acción posible frente a lo que sucede en ese momento. En el teatro independiente me doy el lujo de elegir. Aunque hay cosas que uno hace con los amigos que van más allá de elegir o no. Tiene que ver con una idea y una forma de contar", concluye.
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