Disney+: Amadrinhada, una película navideña en busca de un "felices para siempre" más realista

Las hadas madrinas son mágicas y poderosas; siempre están listas para ayudar a la princesa con sus problemas. O al menos así era en aquellos ficticios tiempos pasados de los cuentos de hadas. Pero en 2020, cuando parece que todo puede fallar, las hadas madrinas tampoco son capaces de asegurar un final feliz.
A partir de esta crisis en el universo de los cuentos clásicos surge Amadrinhada, la película navideña que Disney + estrenó este viernes. Las hadas están confinadas a su mundo, tomando infinitas clases de magia porque ya nadie cree en ellas. Hasta que la joven aprendiz Eleanor (Jillian Bell) decide que no quiere perderse la oportunidad de ser un hada madrina y viaja a Boston para responder al pedido de Mackenzie, una niña que quiere encontrar a su amor verdadero. La aspirante a hada, cuyas habilidades mágicas aún necesitan ser pulidas, se encuentra con que Mackenzie, interpretada por Isla Fisher, creció, tiene dos hijas y abandonó toda fe en la magia y la posibilidad de ser felices para siempre.
Con dos comediantes talentosas como Bell y Fisher encabezando el elenco mayoritariamente femenino (aún en los roles más pequeños), además de la participación de la magistral Jane Curtin como la jefa de las hadas y June Squibb como narradora, la película se destaca por jugar con las reglas de los cuentos en tono de comedia. Eso no quiere decir que no haya nada de magia en el film dirigido por Sharon Maguire -directora de las películas de Bridget Jones- y escrito por Melissa Stack y Kari Granlund.
Más allá de la diversión de la comedia física y las apariciones de un cerdito mascota y un mapache que ayuda con las tareas de la casa, la película apunta a expandir el sentido de la frase "felices para siempre".
"Para las chicas que ven la película, sepan que 'felices para siempre' no necesariamente incluye a un castillo, un príncipe y un vestido", dice Isla Fisher, en un encuentro vía Zoom del elenco de Amadrinhada con la prensa internacional, del que participó LA NACION.

Para Jane Curtin, experimentada comediante que fue parte del elenco original de Saturday Night Live, la película deja atrás viejas ideas y representa la idea de felicidad en el mundo actual.
"Felices para siempre es lo que vos quieras", dice la actriz. "Es en lo que crees y las metas que podés alcanzar por vos mismo. Si lo querés y creés que lo podés conseguir, eso no depende de la magia sino de tu espíritu. Todos tenemos que recordar que somos capaces de cosas increíbles y positivas, para nosotros mismos y para otros. Eso es ser 'felices para siempre'".
El revisionismo de los cuentos de hadas no es algo que Fisher haya descubierto en este trabajo. Como madre de dos hijas y un hijo, fruto de su matrimonio con el comediante Sacha Baron Cohen, la actriz opina que es necesario actualizar algunos detalles de aquellas historias clásicas que suelen contarse a los niños.
"Muchos cuentos de hadas son un poco ofensivos", afirma Fisher. "Imponen un cierto tipo de hombre, un príncipe que tiene que rescatarte; la mujer abandonada o la mujer como madrastra malvada o bruja. Como madre, estos estereotipos no coinciden con mis ideales. Así que suelo reestructurarlos, cambiar palabras como 'hermosa' por 'inteligente'. Creo que es lo que hacen todas las mamás modernas porque queremos subvertir esos estereotipos que quedaron viejos".
Un "príncipe" distinto
Esos cambios en los estereotipos de los cuentos de hadas son parte del atractivo de Amadrinhada. El actor Santiago Cabrera tiene a su cargo al personaje masculino central, un interés amoroso para Mackenzie que se aleja del típico príncipe de Disney.
"Eso lo encontré atractivo porque esa realidad inalcanzable de las películas, con el príncipe y el castillo no sé si me hubiera interesado", cuenta el actor, en una entrevista exclusiva con LA NACION. "Está acorde a los tiempos. También era un personaje medio tímido que estaba enamorado de alguien que no estaba a su alcance, en vez de ser el príncipe al que todos buscan. Se daba vuelta la cosa".

El actor de origen chileno interpreta a Hugh, un periodista con voluntad de hacer lo mejor en su profesión pero que se encuentra atrapado en un trabajo como corresponsal en una cadena de televisión, cuyo jefe está más preocupado por el rating que por la ética periodística. Allí comparte las penurias con Mackenzie, quien tiene demasiados problemas para prestarle atención.
"Me identifiqué inmediatamente con el personaje. Cuando uno es joven es muy idealista y yo fui a un conservatorio de teatro en Londres y pensé que iba a hacer Shakespeare y cine arte toda mi vida. Pensaba que nunca iba a ir a Hollywood, pero después uno se da cuenta que es una industria y hay que sobrevivir, así que hay que encontrar un equilibrio entre hacer cosas que te apasionan y otras que te ayudan a hacer avanzar tu carrera y protagonizar el día de mañana una película más seria", asume Cabrera. "Eso no quiere decir que uno haga cualquier cosa, se puede elegir. Entonces uno se puede meter en una película que tenga un mensaje lindo como esta. Estoy en una situación en la que me puedo dar el lujo de elegir un poquito pero es una batalla y hay muchas frustraciones. Todos queremos trabajar con Alejandro González Iñárritu y directores así. Tuve la suerte de trabajar con grandes directores en mi carrera, pero te das cuenta de que uno no puede estar esperando esos proyectos".
Para lo que Cabrera no tuvo que esperar nada fue para experimentar el éxito en Hollywood, ya su primer trabajo en la industria fue en la exitosísima serie Héroes. Más recientemente, el actor participó de otro fenómeno internacional: Big Little Lies.
"Con Héroes era muy nuevo en la industria de Hollywood y estaba descubriendo todo en tiempo real. No entendía mucho lo que pasaba. Fuimos a los Emmy y los Globo de Oro y me creí que eso es lo que pasaba cuando estabas en una serie. Después te das cuenta de que no es así", cuenta el actor, riéndose. "Con Big Little Lies sabía que estaba entrando en un proyecto con un director que me encanta, Jean Marc Vallée y un gran elenco, la posibilidad de trabajar con Reese (Witherspoon) y volver a trabajar con Nicole (Kidman), con quien había hecho una película antes. Fue también la oportunidad de trabajar con un director que filma de una manera poco convencional, estilo guerrilla, con cámara en mano, y eso fue muy atractivo. Soderbergh, con quien trabajé diez años antes en Che - El argentino, también tiene ese estilo, pero son muy pocas las oportunidades de trabajar con directores que tienen ese manejo".
En una carrera que incluye muchas adaptaciones literarias y personajes reales, los cuales el actor disfruta mucho porque le permite tener abundante material para leer sobre sus personajes, Amadrinhada es un proyecto muy distinto. A Cabrera le gustó la idea de ser parte de una comedia que podía ver con su hijo y que tiene un mensaje positivo sobre lo que significa alcanzar la felicidad.
"Las artes tienen una gran responsabilidad. Especialmente los estudios que son los que tienen un alcance tan grande a millones de personas en todo el mundo y son responsables de poner metas alcanzables y de que haya mayor representación", opina el actor. "Que haya tantas mujeres en la película es un plus que hace falta, no hay lo suficiente. También que sea más acorde a la realidad, con un final feliz al que la gente pueda y en donde la fantasía se complementa con la realidad; poder contar cuentos más inteligentes. La gente está influenciada por lo que ve y encuentro súper positivo que ahora haya una tendencia a elevar las historias y hacerlas más acorde a lo que está pasando".
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