Diez películas para descubrir la fascinante versatilidad de Tilda Swinton
La figura de Tilda Swinton ha sido ineludible desde su aparición. Tanto en las películas experimentales de Derek Jarman, en la Orlando de Sally Potter, dando vida a esa andrógina criatura imaginada por la pluma de Virginia Woolf, como en sus personajes contemporáneos, mujeres de todas las clases sociales y edades, madres perversas y rockeras irreverentes, burguesas tentadas por la pasión y el escándalo, y ejecutivas despiadadas al mando de emporios de dinero y poder. Siempre Swinton les ha regalado su presencia única, ese garbo inglés que le permite reinventarse con el vestuario de turno, sus expresiones sensuales, sus movimientos elásticos e impredecibles. Su personalidad está debajo de cada uno de sus personajes, en ellos se condensa su energía y distinción, su versatilidad y su increíble talento. De nuevo en las noticias por el comienzo del rodaje de la versión de Pedro Almodóvar del monólogo de Jean Cocteau La voz humana, y el anuncio de que recibirá en septiembre el León de Oro a la trayectoria en el Festival de Venecia, a continuación se proponen diez títulos para descubrir su increíble carrera.
Tenemos que hablar de Kevin (We Need to Talk About Kevin, Lynne Ramsay, 2011)
Escritora de renombre y amante de los excesos, Eva se descubre en una vida hogareña y familiar por casualidad. El embarazo y el lento despertar a la maternidad es un abismo inexplicable, que Tilda Swinton viste de horrores y desconciertos casi sublimes. Lynne Ramsay convierte el vínculo entre Eva y su hijo Kevin en un territorio incierto, lleno de incomprensiones inquietantes, de una corriente subterránea que espera para hacer eclosión. Swinton consigue ser todas las máscaras al mismo tiempo, la del presente marcado por el escándalo y el repudio social, por la ausencia de sentido frente a la tragedia que marcó su vida, y la del pasado que condensa aquellos enigmas sobre la crianza, esa lenta voracidad que define toda relación dependiente, ese juego de esquivos amores que se convierten en furia incontenible. Con un humor irreverente, escasos diálogos y una mirada signada por el persistente desvío, Swinton es el centro de una película que sitúa el horror en contornos tan cercanos que resultan imposibles de sortear. Disponible en Amazon Prime Video y Movistar Play.
Okja (Bong Joon-Ho, 2017)
Las imágenes iniciales de Okja muestran a Tilda Swinton con una brillante peluca blanca anunciando el nuevo lanzamiento de su corporación alimenticia. Se trata de una línea de cerdos transgénicos, nacidos en los laboratorios de los Estados Unidos y criados en granjas de todo el mundo, que dentro de diez años serán un exquisito alimento para el mundo. Su personaje es el rostro de ese excéntrico proyecto, que con los años desemboca en el viaje de la cerda Okja desde las praderas de Corea compartidas con su amiga Mija a los fríos corredores de un matadero. Bong Joon-ho esboza una delirante sátira del capitalismo contemporáneo en ese viaje de rescate que Mija emprende tras su amiga porcina, seguida por un grupo de terroristas ecológicos y perseguida por los infinitos custodios de la corporación. Swinton no solo tiñe de infantil perversión a los ideales de Lucy Mirando, esa CEO ilusionada con alimentar al mundo, sino que también encarna a su hermana gemela, la despiadada Nancy, sin ilusiones ni bondades, convertida en el rígido rostro de ese sistema cruel que el director expone ante nuestros ojos. Disponible en Netflix.
El amante (Io sono l'amore, Luca Guadagnino, 2009)
Segunda colaboración entre Tilda Swinton y el director Luca Guadagnino luego de Los protagonistas (1999), y verdadero principio de la exploración de las distintas dimensiones de la actriz, desde su fascinante sensualidad contenida en una apariencia mundana, hasta la explosión de una furia desbordante que encontraría en el horror de Suspiria su más plástica expresión. Aquí Swinton es una dama inglesa casada con un empresario milanés, dedicada a la vida en sociedad y las celebraciones formales. A ese templo de contención y armonía llega un día de visita el joven amigo de su hijo, cocinero habituado a los placeres, a los ambientes autóctonos de esa Lombardía que Guadagnino retrata una y otra vez en sus películas. El romance que se inicia como un coqueteo inocente y se despliega como una irrefrenable pasión le permite a Swinton modelar todas las aristas de su personaje, los dilemas internos, el abismo de sus miedos y deseos. Guadagnino establece ese vínculo indeleble entre el esplendor de la naturaleza, la frescura de la comida y el sol del verano como el coro de esos amores febriles que nunca se olvidan. Disponible en Claro Video.
El gran hotel Budapest (The Grand Budapest Hotel, Wes Anderson, 2014)
El gran hotel Budapest, la gran obra maestra de Wes Anderson, representa el mayor equilibrio entre su mirada del mundo, recluida en una moral de antaño, en una inocencia que anhela sentido, en una aventura marcada por el humor de todo aprendizaje, y una puesta en escena exquisita en su control y exuberante en sus insinuaciones. Allí, Tilda Swinton es el punto de partida. Su anciana Madame D. es una aristócrata enamorada del galante M. Gustave (Ralph Fiennes), seductor de entreguerras que recuerda los diletantes amoríos literarios de Stefan Zweig. Tras la misteriosa muerte de la acaudalada señora, una intriga se despliega sobre su herencia y despierta la perfidia de sus supuestos herederos. Swinton es el símbolo de ese mundo perdido que Gustave persigue en el caos del presente, el mismo que su discípulo Zero (Tony Revolori) evoca en sus recuerdos muchos años después. Perfecta para esa excentricidad que define a los personajes de Anderson, Swinton es pieza ejemplar y distintiva de ese universo único. Disponible en Claro Video, Apple TV y Google Play.
The Souvenir (Joanna Hogg, 2019)
Basada en las experiencias juveniles de la propia Joanna Hogg, The Souvenir cuenta la historia de Julie (Honor Swinton Byrne), una estudiante de cine en la Londres de los años 80 que comienza un complejo romance con el misterioso Anthony (Tom Burke). Se conocen en una fiesta a través de amigos en común y se enredan en un vínculo esquivo e intenso, construido en charlas casuales con aires de profundidad, en citas en salones elegantes, en el sexo explorado entre viajes y ese clima exterior de atentados políticos e incertidumbre sobre el futuro. Para Julie, Anthony es la puerta de salida de su mundo de privilegios, la certeza de que los amores no siempre son idílicos, de que la pasión también puede ser desoladora e intermitente. Es la emancipación del mundo seguro que representa su madre, interpretada por la mismísima Tilda Swinton –que también es la madre de Swinton Byrne–, con su confort establecido y su protección incondicional. Swinton ofrece en sus pocas apariciones el retrato perfecto de esa Inglaterra sacudida por los tiempos inciertos y los descubrimientos intempestivos. Disponible en Cablevisión Flow, Claro Video, Movistar Play, Apple TV y Google Play.
Solo los amantes sobreviven (Only Lovers Left Alive, Jim Jarmusch, 2013)
La odisea de los vampiros de Jim Jarmusch es la confirmación de la condición de ícono que Swinton ha logrado modelar con su extraña e inclasificable presencia en escena. Aquí la vemos con su pelo largo y enmarañado, blanco como su piel, displicente en la artificial Tánger donde espera la entrega de sangre envasada para seguir subsistiendo. Sus encuentros virtuales con Adam (Tom Hiddleston), su marido exiliado en la fantasmal Detroit, músico y vampiro suicida, mantienen vivo ese amor que ha sobrevivido siglos y sucesivos matrimonios. Swinton y Hiddleston son los mejores representantes de ese fascinante decadentismo, de ese mundo que se aferra a una vida nocturna y glamorosa, esquiva de la mundana vigilia, habitada por los humanos diletantes como zombis. Vestidos como rock stars, a bordo de un auto de colección por las desoladas calles de esa ciudad industrial, vampiros modernos y eternos, de colmillos elegantes y cultura exquisita, Eve y Adam son los únicos dueños de ese Edén a punto de extinguirse. Disponible en Amazon Prime Video y Movistar Play.
Quémese después de leerse (Burn After Reading, Joel y Ethan Coen, 2008)
Un analista informático es despedido de la CIA por su alcoholismo y decide escribir sus memorias. Su esposa, que lo engaña con un exagente del Tesoro, inicia un secreto proceso de divorcio para el cual se apropia de ese material confesional. Grabado en un disco, cautivo de traspasos erróneos, termina en las manos de unos torpes empleados de un gimnasio que, convencidos de que se trata de un secreto de Estado, deciden venderlo a la embajada de Rusia. Esa inmensa confusión se alimenta de amores cruzados y mezquindades varias, pero lo que los Coen nos dejan en claro es que las intrigas de la alta política no difieren demasiado de los rumores domésticos. En ese escenario de traiciones y perfidias, Swinton es la gestora del malentendido, la esposa aburrida, con un amante grotesco y creído de sí mismo, dominada por las apariencias y los mandaos sociales. Todo ese mundo que la agobia, signado por el egoísmo y la vanidad de la que ella termina siendo otro ejemplar, es el que los Coen retratan sin grandeza ni glamour, tan corrosivo como la codicia que desembocaba en la tragedia en Fargo. Disponible en HBO Go y Movistar Play.
El joven Adam (Young Adam, David Mackenzie, 2003)
Extraña e incómoda, El joven Adam es un retrato ácido y desolador sobre la traición. Inspirada en la novela de Alexander Trocchi, está ambientada en la Glasgow de los tardíos años 50, con sus paisajes tiznados de carbón, con sus barqueros nómades en búsqueda de trabajo y una mejor vida. Joe (Ewan McGregor) vive y trabaja junto a Les (Peter Mullan) y su familia, a bordo de una barcaza en permanente movimiento. Durante el día recoge carbón, durante las noches lee las novelas que le insinúan otro destino posible. Tilda Swinton es Ella, la mujer de Les, confinada a esa vida doméstica, ajada por la rutina y el aburrimiento. El deseo que nace en las miradas con Joe, en los encuentros furtivos, está teñido de ese mismo hastío, de esa vida sin horizonte más allá de los bordes terrosos del río transitado. David Mackenzie, el director de la notable Sin nada que perder (2016), ensaya aquí otro relato de desposeídos, de mundos sin destino más allá de la violencia y la muerte. Swinton se despoja de toda su distinción para vestir a su Ella de una frustración que nunca la abandona, que se impregna en sus gestos, en sus vanos intentos de salir de esa corriente que la arrastra sin remedio. Disponible en Amazon Prime Video y Movistar Play.
Suspiria (Luca Guadagnino, 2018)
Guagagnino vuelve a hacer de la remake un ejercicio de reescritura, ahora subvirtiendo el halo gótico que definió a la Suspiria de Dario Argento, artificial y terrorífica, obra consagratoria del giallo italiano. Aquí reaparece el instituto de danza, el culto satánico de sus profundidades, los mares rojos de sangre y sacrificio, pero Guadagnino le ofrece contornos más realistas, traumas psicológicos, un estilo que a fuerza de insistencia se hace propio. Dakota Johnson es la joven bailarina que llega a Alemania para integrarse a la prestigiosa academia de la coreógrafa Helena Markos. El contexto ya no es una estación espectral y una tormenta repentina, como aquel que recibía a la inocente Jessica Harper en la historia de Argento, sino la plomiza Berlín de los 70, marcada por atentados terroristas y viejos recuerdos del nazismo. En ese juego de espejos en el que nada es lo que parece Guadagnino le regala a Tilda Swinton una presencia constante en la piel de varios personajes, a los que encarna con prótesis de látex y disfraces voluptuosos, desde la intrigante maestra Markos hasta el condenado doctor Klemperer. El director aprovecha al máximo la versatilidad de Swinton, su carácter camaléonico, su capacidad para tener el mundo en sus manos. Disponible en Amazon Prime Video y Movistar Play.
¡Salve, César! (Hail, Caesar, Joel y Ethan Coen, 2016)
El persistente reencuentro con varios directores, como Bong Joon-ho, Luca Guadagnino, Jim Jarmusch o Wes Anderson marcó la carrera de Tilda Swinton y también definió la relación creativa con los hermanos Coen. ¡Salve, César! es la historia de Eddie Mannix (Josh Brolin), el director de un estudio del Hollywood clásico, un hombre orquesta cuya vida se define en los rodajes que supervisa, en las estrellas a las que salva del escándalo, en los héroes a los que convence de su destino de grandeza, en la convicción de que el cine condensa la mejor vida posible. En ese deambular entre un set y otro, entre un problema y su esquiva solución, el diligente Mannix debe sortear las persecuciones de las hermanas Thora y Thessaly Thacker, interpretadas por Tilda Swinton y artífices de los chismes de aquella pujante fábrica de sueños. Inspiradas en las legendarias Hedda Hopper y Louella Parsons, las entrometidas Thacker se disputan las primicias con encono y avidez, cada una con esa divertida personalidad que Swinton consigue en sus varios desdoblamientos en el cine, aquí bajo el manto de la sátira que los Coen manejan con insidiosa maestría. Disponible en Apple TV y Google Play.
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