Diez películas sobre el aislamiento para "revalorizar" la cuarentena
Aunque el tránsito de la cuarentena en casa puede llevar a tensiones familiares, angustia o depresión también es una situación privilegiada que deberíamos apreciar. Los que podemos cumplirla, estamos sobrellevando estas semanas de encierro, según varias encuestas, consumiendo principalmente grandes cantidades de carbohidratos refinados y de porno. Hay cosas peores. Para que tomemos una dimensión real de nuestras circunstancias, el cine viene en nuestra ayuda y nos recuerda otras situaciones de aislamiento considerablemente más perturbadoras que la cuarentena.
Repulsión (1965)
Carol (Catherine Deneuve) es una manicura que comparte un piso londinense con su hermana mayor, quien suele tener ruidosos encuentros sexuales con un amante en su habitación. A la vez atraída y repelida por el sexo, Carol experimenta los avances de hombres y su propio deseo como una amenaza violenta. Cuando se queda sola en el departamento, su psiquis se resquebraja y el trauma gana terreno. Roman Polanski registra el aislamiento y el descenso a la irrealidad con ángulos y efectos visuales característicos del expresionismo que acercan este drama psicosexual al terror. Si Jean Cocteau hubiera intentado filmar Psicosis quizás habría resultado este film. Para quienes prefieran evitar los trabajos de Polanski debido a la historia personal del realizador, existe The Driller Killer, el debut de Abel Ferrara largamente inspirado por esta película, cuya intensidad se ve incluso potenciada por la abrasiva música de la escena "No Wave" de Nueva York. Disponible en Qubit.
2001, odisea del espacio (2001: A Space Oddisey, 1968)
Buena parte de esta película de Stanley Kubrick transcurre en la soledad de una nave espacial, enviada a Júpiter para investigar una señal alienígena, tripulada por los astronautas Bowman (Kier Dullea), Poole (Gary Lockwood) y una inteligencia artificial, HAL-9000. Paradójicamente, la computadora es quien resulta más afectada por el aislamiento: pronto se vuelve paranoica y, como solía suceder cuando los ordenadores no eran aún un electrodoméstico, intenta asesinar a los humanos. La lucha entre una entidad sin sentimientos y los dos astronautas norteamericanos acaso reflejara las circunstancias de la Guerra Fría, una metáfora que es explicitada en la secuela, 2010, que trata sobre el conflicto entre el bloque soviético y el occidental. Aquellos que se sientan agobiados por la cuarentena deberían tomar el ejemplo de Bowman quien, tras el viaje a Júpiter, pasa el resto de su vida solo en una habitación de otro mundo, sin emitir una queja. Esta película, que probó que la ciencia ficción también podía ser una de las bellas artes, hizo que el director Stanley Kubrick fuera para siempre definido como uno de los grandes maestros de la técnica cinematográfica, pero con rango limitado para las emociones humanas. Igualmente, pocos de los protagonistas de este film son humanos. Una película mayor que no solo se pregunta cuál es el lugar del homo sapiens en el cosmos, sino que también se atreve a dar una respuesta. Disponible en Qubit.
El resplandor (The Shining, 1980)
La película definitiva sobre el distanciamiento social. La familia Torrance se emplea como cuidadora del hotel Overlook, un resort en las montañas que queda totalmente aislado durante los meses de invierno. Aunque el padre (Jack Nicholson, en la interpretación más desmesurada de su carrera) es irritable, bebedor y con antecedentes de violencia domestica, en este nuevo emprendimiento intenta enmendarse y aprovechar la soledad para escribir su primera novela. El plan no prospera porque es rápidamente arrastrado hacia un frenesí homicida por los otros habitantes del hotel, presencias fantasmales que quieren apoderarse del "resplandor" (los poderes psíquicos) de su hijo (Danny Lloyd). Los espectros representan aquí la repetición del pasado, de la historia de violencia que cada uno de los cuidadores del hotel ejerció contra sus familias. Kubrick retomó la estructura narrativa de 2001 (el hombre frente a la inmensidad; luego, el aislamiento y la locura, y finalmente, la transfiguración) y creó una obra propia, lejana del texto original de Stephen King, y que tardó décadas en ser reconocida. Disponible en Qubit.
Náufrago (Castaway, 2000)
El analista de sistemas Chuck Noland (Tom Hanks) vive para su trabajo en una empresa de logística, obsesionado con optimizar tiempos y productividad. Cuando su avión cae al mar y resulta el único sobreviviente en una isla desierta del Pacífico, se da cuenta de que no tiene ninguna habilidad que le permita subsistir en un ecosistema en el que el delivery no es parte de la cadena alimentaria. Debe olvidar la civilización y aprender a aprovechar todo aquello que le proporciona la naturaleza. Así, pesca, hace fuego como un hombre de las cavernas y hasta practica un poco de odontología prehistórica con una caries molesta. Para sobrellevar la soledad pasa cuatro años conversando con una pelota de vóley, algo que debería ayudarnos a redimensionar la frustración de no encontrar nada para ver en Netflix durante la cuarentena. Hanks tuvo que bajar 25 kilos para que su ordalía resultara creíble, pero el esfuerzo no le alcanzó para ganar su tercer Oscar. La película, de todos modos, es uno de sus roles más recordados (y un "chivo" inconmensurable para las marcas FedEx y Wilson). Disponible en Flow.
La niebla (The Fog, 2007)
El realizador Frank Darabont hizo casi toda su carrera con adaptaciones de Stephen King. Primero fue Sueños de libertad, luego Milagros inesperados y finalmente ésta película, que no debe confundirse con el film de John Carpenter de 1980, aunque se llamen igual y traten sobre lo mismo exactamente: una niebla que oculta en su interior seres de otro mundo sedientos de sangre humana. Aquí, los humanos logran atrincherarse en un supermercado, que parece el último edificio en pie de un mundo desolado, donde están a salvo de las criaturas pero no de sí mismos. Los monstruos, por su parte, deciden atacar la parte trasera del súper y son contenidos por una cortina metálica, pero jamás el frente, de frágiles puertas vidriadas. La película no es de las más coherentes de su realizador, pero el misterio y la variedad de sus criaturas mantienen el interés, que se refuerza sobre el final negrísimo, polémico y que no está en el relato original. Disponible en Flow.
Soy leyenda (I Am Legend, 2007)
Esta película protagonizada por Will Smith es la tercera adaptación del clásico sobre el distanciamiento social escrito por Richard Matheson (las otras versiones fueron protagonizadas por Vincent Price y Charlton Heston). Todos ellos encarnaron a Robert Neville, un científico que vive en una mansión amurallada en un mundo purgado de humanos: la mayor parte de la humanidad fue víctima de un nuevo virus y los que no murieron fueron transformados en mutantes caníbales. Neville oscila entre la esperanza de encontrar una cura y la desesperación de saber que su mundo está perdido. Si para los de más de 40 esta historia tiene el eco de algo conocido quizás sea porque inspiró Mark, una clásica historieta de Robin Wood serializada a fines de los 70 en El Tony. Disponible en Netflix.
Gravedad (Gravity, 2013)
Poco después de que Matt Kowalski (George Clooney), un astronauta experimentado, y la doctora Ryan Stone (Sandra Bullock), una ingeniera en su primera misión en el espacio, comiencen a reparar el exterior de su transbordador espacial, reciben el impacto de fragmentos de un satélite ruso obsoleto y quedan a la deriva, flotando en el vacío hacia una muerte segura. 2001, una odisea espacial reinventó los efectos especiales para representar con máximo realismo la experiencia de un viaje espacial. Esta película da un salto cualitativo similar y crea un campo cinematográfico en el que no hay arriba ni abajo, sino apenas dos posiciones relativas: la de los personajes en caída libre y la de la cámara, que los acompaña. Un tour de force técnico cuyo impactó será directamente proporcional al tamaño de la pantalla en que se lo vea. Disponible en Netflix.
Vida inteligente (Life, 2017)
Un grupo de científicos aislados en la Estación Espacial Internacional investigan una muestra del suelo marciano que podría tener un componente biológico. Lo que encuentran sobrepasa sus expectativas: no solo es orgánico, sino que está vivo. Al comienzo se trata de un conjunto de células; luego, de un microorganismo; más tarde, de un pequeño y simpático molusco que imita los movimientos humanos y luego, de algo que escapa del laboratorio. Cualquiera que haya visto Alien podrá hacerse una idea bastante precisa de lo que sigue. Aunque la película es una copia deliberada, no deja de ser eficaz y entretenida, virtudes que seguramente hay que agradecer a los guionistas Rhett Reese y Paul Wernick, los mismos de Deadpool y Zombieland. Disponible en Netflix.
El hoyo (2019)
Probablemente inspirada por El cubo, esta película española presenta otra prisión de diseño singular. Se trata de una cárcel vertical, de más de doscientos niveles. Cada uno de ellos retiene a dos reclusos. En el centro de todos hay un hoyo, por el que desciende una mesa con manjares. Los primeros niveles pueden comer a su anchas; los intermedios, logran subsistir, pero a los inferiores no llega nada y sus prisioneros deben recurrir al canibalismo o morir. El último preso en ingresar a esta sórdida colonia penal intenta convencer a los demás convictos de que apenas con un poco de solidaridad podrían comer todos, pero sus ideas no son bien recibidas, en especial por los de arriba. Se trata, claro, de una sátira social que presenta una versión caricaturesca de la ferocidad e iniquidad de la estratificación del sistema de clases capitalista. Pero más allá de la metáfora bienintencionada, lo que sostiene la película es su violencia y la capacidad del realizador de encontrar puntos de giro interesantes en un conjunto tan limitado de elementos. Disponible en Netflix.
Vivarium (2019)
Gemma (Imogen Potts) y Tom (Jessie Eisenberg) son una pareja que busca casa. Un extraño desarrollador inmobiliario los conduce a un pueblito de viviendas idénticas y vacías. Horrorizados ante la perspectiva de una vida suburbana en semejante lugar, los novios intentan abandonar el barrio pero no lo consiguen: todos los caminos los conducen al punto de partida y no hay forma de huir. En partes iguales The Truman Show, El pueblo de los malditos y El hechizo del tiempo y un episodio de La dimensión desconocida (lo que no quiere decir que el todo sea mejor que la suma de las parte o que las partes por separado), este largometraje expone en clave de ciencia ficción el espanto de la vida doméstica, con sus protagonistas literalmente atrapados por una existencia alienante. Disponible en Netflix.
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