La película de Nick Cassavetes, estrenada hace 20 años y basada en la novela de Nicholas Sparks, se convirtió en un verdadero fenómeno inspirado por una poco conocida historia real
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“Te escribí 365 cartas. Te escribí todos los días durante un año”. La lluvia como aditamento fundamental para el esperado beso. Esa casa construida con la esperanza de recuperar el amor perdido. Un baile en una calle desierta que simboliza lo fuerte que puede ser la impresión de sentirse encapsulado en una relación, abstraído del resto del mundo. Una historia que se escribe con los recuerdos fulgurantes para que la persona indicada pueda escucharla y evocarla también del mismo modo. “I’ll Be Seing You” como el soundtrack ideal de ese vínculo a prueba del tiempo, las adversidades y los dictámenes sociales. Los pájaros que alzan vuelo y se pierden en lo vasto.
Diario de una pasión, la adaptación del realizador Nick Cassavetes -con guion de Jeremy Leven y Jan Sardi- de la popular novela de 1996 del autor norteamericano Nicholas Sparks tiene fotogramas indelebles que todavía hoy, a 20 años de su estreno, permanecen en la memoria colectiva.
Cassavetes, hijo del reconocido cineasta John Cassavetes y de la actriz Gena Rowlands (quien interpreta a la coprotagonista de la historia, Allie, en su vida adulta), caminaba sobre arena movediza cuando se abocó a la transpolación de una novela que, como todas las de Sparks, son permeables a adaptaciones cursis, con ínfulas de melodrama y, sobre todo, sin rasgos distintivos. Las historias concebidas por el autor son derivaciones de una misma idea: una pareja se separa, atraviesa obstáculos, sufre y se reencuentra para que esa felicidad primigenia le sea arrebatada una vez más. Lo prístino da paso a la angustia.
Diario de una pasión no es la excepción a la regla. Sin embargo, a Cassavetes le gustaba el desafío. “Los personajes me atraían muchísimo”, confesó el director. El camino empezaba precisamente allí: en encontrar a los actores ideales para interpretar a Allie y a Noah.
Ryan Gosling y Rachel McAdams, del odio al amor hay un solo paso
Si bien Cassavetes había considerado a Hayden Christensen para el rol de Noah Calhoun, luego se inclinó por Ryan Gosling, quien pensó que “no era el adecuado” para el personaje. Cuando obtuvo el papel, su perspectiva cambió. “Me gustaba la idea de personificar a alguien que, de 1940 a 1946, atravesaba diferentes cambios, fue una experiencia formativa”, declaró el actor de La La Land, quien se mudó a la locación principal del rodaje, Charleston, en Carolina del Sur, para prepararse para el film. En ese período, comenzó a aprender los pormenores de la carpintería y construyó varios muebles como lo haría su personaje, que en la tercera edad fue personificado por el recordado James Garner.
En simultáneo, Cassavetes continuaba con su búsqueda de la Allie perfecta. Entre las actrices que audicionaron para el rol se encontraban Jessica Biel, Jennifer Love Hewitt y Reese Witherspoon. Al tomar una decisión, el realizador se halló ante una encrucijada: la cantante Britney Spears había tenido un muy buen casting, pero la canadiense Rachel McAdams estuvo superior. Tanto así, que hizo llorar a todos. “Me dieron solo unas horas para prepararme, el guion me había conmovido muchísimo, me dejó al borde las lágrimas”, declaró la actriz, quien finalmente fue la elegida.
El inesperado conflicto surgió cuando Cassavetes notó que sus protagonistas no se llevaban nada bien una vez iniciado el rodaje, el 7 de noviembre de 2002. “Se pelearon desde el día uno”, recordó el cineasta. “En una ocasión, Ryan se me acercó y me pidió filmar una escena con otra actriz porque no podía trabajar con ella, y nos tuvimos que reunir con los productores. En esa charla, ambos empezaron a gritarse y yo me fui. Cuando terminó esa conversación, los vi salir más aliviados. Ryan la respetó por la forma en la que ella defendía a su personaje, se dijeron todo lo que pensaban el uno del otro y la filmación siguió adelante sin inconvenientes desde ese momento”. De hecho, el personaje de Allie adquirió un mayor protagonismo que el que tenía en la novela de base y Ryan aseguraría, tiempo después, que ese rol “es el corazón de la película”.
“Nunca hubiésemos podido hacer el film sin Rachel, ella lleva adelante la historia”, declaró el actor, quien se terminó enamorando de su colega. Cuando Diario de una pasión se estrenó en 2004, los actores tuvieron su primera cita y la relación se prolongó, con algunos intervalos, hasta 2008. Uno de los momentos más significativos de la cultura popular de la época se produjo cuando ambos recrearon en los premios MTV la secuencia del apasionado beso de Noah y Allie bajo la lluvia. Como bien expresó Gosling, si la película funcionó, fue por la gran actuación de McAdams, y por la química que tenían ambos como pareja. Cassavetes había dado en el blanco con el cast, permitiendo así que su drama romántico se distanciara de otras adaptaciones de Sparks para tener peso propio.
Del peligroso pedido de Gosling a sus ganas de improvisar
“A Ryan le gustaba explorar”, declaró Cassavetes, en relación con cómo el actor abordaba su personaje. En uno de esos raptos de inspiración, Gosling le propuso al cineasta prender fuego la famosa casa que construye Noah como forma de llamar la atención de Allie, quien ya se encontraba rearmando su vida con otro hombre (Lon Hammond, interpretado por James Marsden, quien “venció” a Bradley Cooper en el casting). “Él quería vivir intensamente, como Noah, por eso me pidió que incluyéramos una escena en la que el personaje incendiaba la casa y yo no entendía de qué me estaba hablando, le expliqué que eso no tenía sentido”, contó el realizador.
"La película nunca hubiese funcionado sin Rachel, ella es el corazón de la historia"
Ryan Gosling
Para Gosling, el “proceso de limpieza de Noah” solo tenía sentido si culminaba con un acto radical como la destrucción luego de la construcción. Afortunadamente, su interesante aunque “peligrosa” sugerencia, que además alteraría por completo la historia (y los pormenores del rodaje), fue desestimada por su director, quien reveló que durante la filmación siempre se generaban momentos de charlas en las que los protagonistas aportaban ideas, ya que ambos estaban muy involucrados con sus respectivos personajes. “Nos divertimos mucho, no siempre nos poníamos de acuerdo, pero la pasábamos muy bien en ese intercambio creativo”, manifestó el cineasta.
En esas fructíferas conversaciones, Cassavetes se aseguró de que tanto Gosling como McAdams tuvieran la libertad de improvisar, dado que las peleas de Allie y Noah están atravesadas por la volatilidad. Así fue cómo nació la pregunta “¿Qué es lo querés?” que le hace el enamorado joven a una Allie que está dubitativa entre dos amores. La intensidad con la que Gosling emite esa perfecta línea de diálogo y la reacción de McAdams ratifica cómo, hasta la novela más “sensiblera” puede convertirse en un perfecto drama romántico si cae en las manos adecuadas.
“Yo estudié literatura, por lo que el respeto al texto es muy importante para mí”, contó Cassavetes, quien cambió de opinión en el set de su film. “Me gustaba dejarlos improvisar porque ellos demostraban unas ganas muy grandes de entregarles todo a esos personajes, son artistas increíbles, y siempre va a ser un sueño para mí dirigirlos de nuevo”, confesó el cineasta.
La historia real que inspiró el film y el contundente éxito en taquilla
En cuanto al origen de la ficción de Sparks, esta se remonta a una charla que tuvo el autor con su exesposa, Cathy Cote, quien le contó detalles de la relación que tuvieron sus abuelos, una muy similar a la de los personajes de Noah y Allie. Para el autor, la “ternura” con la que ambos se trataban y el apoyo que se brindaron a lo largo de sus vidas era clave para que la historia impacte en el lector, como efectivamente sucedió. El segundo gran impacto llegó con los números de taquilla de su adaptación.
Diario de una pasión recaudó 115 millones de dólares globalmente (tuvo un presupuesto de 29 millones) y se convirtió en el decimoquinto drama romántico más visto de la historia. Por su parte, James Garner fue el único miembro del cast en ser reconocido en los premios antesala al Oscar: el actor fue candidato al SAG en la categoría de mejor interpretación secundaria.
La crítica, por el contrario, no reflejaba la misma pasión que la audiencia. “La consideraron directamente mala”, recordó Cassavetes. “Pero lo que nos ayudó fue el boca a boca y también Facebook, donde se crearon grupos sobre la película, eso nos ayudó muchísimo porque había que superar la mala recepción que había tenido con los críticos”, amplió el director, quien evoca el estreno de su film y su vigencia en el tiempo siempre con la sensibilidad como parámetro: “Somos muy afortunados de que le haya gustado tanto a la gente, Diario de una pasión es un film a la que se le perdona el sentimentalismo porque se produce una identificación al verlo, porque toda la gente que se enamora es sentimental”.
Diario de una pasión, de Nick Cassavetes, está disponible en HBO Max.
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