Día de Star Wars: a medio siglo de un universo surgido de la desilusión de George Lucas
Si bien La guerra de las galaxias tuvo su premiere mundial el 25 de mayo de 1977, el germen de la historia de los Skywalker se sembró mucho antes, cuando el cineasta debió resignarse a crear un reemplazo para “su” Flash Gordon
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Cuando hoy, 4 de mayo, los fans de todo el mundo celebren el Día de Star Wars, y Disney+ presente muchas actividades para acompañar el cotidiano deleite de toda la producción reunida en ese sitio de streaming, en realidad estarán acercándose insospechadamente a una fecha mucho más poderosa. En un lejano Festival de Cannes de 1971, en el que George Lucas presentó en la Quincena de Realizadores su THX 1138, encontró el primer respaldo para algo que sería legado en el tiempo como Star Wars. Así, a partir de ese tímido origen en las alfombras de La Croissette, comenzó a gestarse la que sería una leyenda épica pero que transcurría “Hace mucho tiempo, en una galaxia muy, muy lejana”, y que cumple medio siglo. Con todo, faltaría aún poco más de un lustro para el estreno de la primera película de la saga, y la cuarta en el orden cronológico posterior, que como La guerra de las galaxias tendría su premiere el 25 de mayo de 1977. Pero nada de eso hubiese sucedido de no mediar el icónico festival galo y un George Lucas que consiguió el primer apoyo de la industria cuando comentó su particular idea.
En rigor La guerra de las galaxias llegaría luego de la decepción de Lucas al no poder adquirir los derechos de Flash Gordon, personaje que admiraba. Como en todo mito, las versiones en un punto son divergentes porque Francis Ford Coppola –que acompañó a Lucas en las tratativas- aseguró que se dedicó a crear Star Wars luego de que no pudo concretar la cesión de derechos del personaje creado por Alex Raymond. Posteriormente, Lucas diría que su idea era primigenia y anterior incluso a THX 1138. Lo que es seguro que ya rondaba en su cabeza la idea de concretar una space opera, un subgénero de la ciencia-ficción que continúa las novelas de aventuras en el espacio donde, precisamente, la historieta de Flash Gordon (junto a su competidora directa, Buck Rogers) era pionera en la materia. Como es sabido, Flash Gordon quedó en manos del productor Dino de Laurentiis y culminó siendo un fracaso absoluto aunque perviva como objeto de culto principalmente gracias al casi el solitario acierto que se tuvo al elegir para la banda sonora la música de Queen.
Pero los caminos de George Lucas y David Picker se cruzarían gracias a Cannes en 1971. Picker era presidente de United Artists y se mostró muy interesado en los dos proyectos que el joven realizador le comentaba en el Carlton Hotel de Cannes: la historia de una aventura nocturna adolescente en la localidad californiana de Modesto (que se concretaría como American Graffiti), y un bosquejo sobre una extraña “ópera espacial” que todavía no tenía nombre pero sí una definitiva inspiración en Flash Gordon, a la que Lucas añadirá luego La fortaleza oculta de Akira Kurosawa como modelo, un cineasta que admiraba desde su adolescencia cuando con su amigo John Plummer veían tanto las películas de Kurosawa como de Godard, Truffaut o Fellini.
Lucas fue a Cannes persiguiendo a Picker porque habían tenido una reunión una semana antes del festival en Nueva York, en la que el productor no ofreció mucho interés en lo que Lucas comenzaba a contarle hasta que le dijo que tenía una película seleccionada en el certamen cinéfilo. La promesa de un encuentro en la Riviera francesa llevó a Lucas a invertir sus últimos dos mil dólares en tickets aéreos para llegar a Cannes junto a su esposa y, en el peor de los escenarios, festejar su 27 cumpleaños en la presentación de su película. Las estrellas de ese año en Cannes fueron Rolling Stones, que abrieron el festival con Gimme Shelter, y Charles Chaplin que recibió la Legión de Honor, en tanto la legendaria Michele Morgan fue la presidenta del Gran Jurado. La enorme selección oficial vio desfilar a Luchino Visconti, Krzysztof Zanussi, Joseph Losey, Louis Malle, Giuliano Montaldo y Milos Forman, entre muchos otros. La Quincena de Realizadores también exhibía las argentinas México, la revolución congelada, de Raymundo Gleyzer, … (Puntos suspensivos), de Edgardo Cozarinsky y Ni vencedores, ni vencidos, de Alberto Cabado y Naum Spoliansky. Pero Lucas no consiguió entradas para THX 1138 y tuvo que colarse en la función inaugural de su propia película. No asistió a su propia rueda de prensa porque jamás se enteró que se realizaría. A fin de cuentas, era un completo desconocido, que había llegado al festival por su cuenta.
“Te daremos diez mil dólares para escribir el guion”, dijo finalmente Picker a Lucas, interesado en desarrollar su película de rasgos autobiográficos en la California de los 60 y también ofreció un trato para la película de ciencia ficción que aún no tenía siquiera nombre. El festival llegaría a su fin, THX 1138 recibiría críticas dispares y ningún premio y Lucas se quedaría un par de semanas paseando por Europa antes de regresar a los Estados Unidos. A su regreso, Picker rechazó el guion de American Graffiti. Lucas peregrinó por casi todos los grandes estudios de Hollywood, sin interesados en producir la película. Finalmente encontró una posibilidad, de bajo presupuesto, de la mano de Universal Pictures. La película creció en expectativa dentro del propio estudio y de pensarse en un lanzamiento para televisión fue gracias a la presión de Francis Ford Coppola, que venía del éxito de El padrino, que consiguió su estreno en salas (costó poco más de un millón de dólares recaudó cincuenta y cinco en todo el mundo). Universal también terminó por rechazar La guerra de las galaxias: en su informe, Ned Tanen –el mismo que se había deslumbrado con la historia de American Graffiti– afirmó que era una idea “difícil de traducir visualmente” luego de leer el argumento.
El éxito de American Graffiti llamó la atención de Alan Ladd Jr, director creativo de 20th Century Fox, a quien además le había gustado la película y respaldó el proyecto. Lucas comenzó a escribir una historia el 17 de abril de 1973 que definió en diálogo con Filmmakers Newsletter como: “un género de ciencia-ficción a lo Flash Gordon, un cruce entre 2001: odisea del espacio y James Bond, espacio sideral, con astronaves”. Con acierto, el libro de Brian Jay Jones, George Lucas, una vida, recuerda que al momento de arrancar Lucas sólo tenía dos páginas y un título: Star Wars.
En esa primera escritura, Luke Skywalker era un veterano general llamado Starkiller; Leia no era su hermana aunque sí una princesa que debía ser rescatada; Han Solo era un monstruo verde y Darth Vader no aparecía delineado como uno de los mejores malvados del cine. El tercer libreto recién se terminó el 1° de agosto de 1975 con el título The Star Wars: From the Adventures of Luke Starkiller.
Eran los esforzados inicios de una historia que entrecruza como ninguna otra toda con la propia historia del cine y de cuya idea, casi dicha por accidente, se cumple medio siglo, en el cual sin esa primera intención quizás nunca hubiese existido una presencia tan legendaria como de impacto millonario y con una legión de seguidores que hoy continúan celebrando un éxito, que al parecer, siempre puede ofrecer algo más.
Pese a que en el Festival de Cannes tuvo, tal como reconoció George Lucas, el germen de Star Wars no fue el festival galo donde se presentó por primera vez la película en territorio europeo. El sitio de la Asociación Española de la Prensa Cinematográfica recoge una reseña del periodista vasco Carlos Minondo donde entrevista a Luis Gasca, responsable de que en un lejano 17 de septiembre de 1977 la película fuera exhibida en el cine Victoria Eugenia como parte de las actividades del Festival de Cine de San Sebastián y, por primera vez, dentro de toda Europa. “La crítica me lapidó por traer Star Wars”, confiesa allí Gasca: “Yo a George Lucas le conocí mucho antes de 1977; ya que yo colaborara con él en la revista Famous Monsters of FilmLand, con él y con Steven Spielberg, Robert Bloch (el autor de Psicosis), Stephen King…entre otros. Me acababan de nombrar director del festival, y aproveché el viaje a Estados Unidos para seleccionar la película americana que iba a estar en el Festival para ver La guerra de las galaxias, en un pase privado y luego me reuní con George Lucas para que viniese a San Sebastián”. Lucas no viajó a Donostia ese año pero las instantáneas devuelven la presencia del productor Gary Kurtz, de algunos personajes de la película y de dos jóvenes actores a los que Star Wars convertiría en íconos del cine: Carrie Fisher y Harrison Ford. A la Argentina llegó el 25 de diciembre de ese año.
Los orígenes del “día de Star Wars”
En 1979, el London Evening News se publicó una salutación que felicitaba a Margaret Thatcher por su acceso al cargo de primera ministra del Reino Unido. El texto decía: “May the 4th Be With You, Maggie. Congratulations”, que daba lugar al juego de palabras “May the Fourth/Force be with You” o a un traducido: “Que la fuerza te acompañe”. Desde entonces, diversos eventos y encuentros alrededor del mundo reúnen a los fans este día que, en virtud de los sucesos de la pandemia, trasladará sus posibilidades a las redes sociales, mientras la plataforma Disney+ celebra el día con el estreno de la serie animada The Bad Batch.
Todos los films de la saga Star Wars y las series The Mandalorian, Clone Wars y The Bad Batch están disponibles en Disney+
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