Despertar del duelo: sensible retrato de una vida en pausa con algunos giros innecesarios
La ópera prima del creador de la multipremiada comedia Schitt’s Creek, Daniel Levy, es uno de los estrenos de Netflix del mes
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Despertar del duelo (Good Grief, Estados Unidos/2023). Dirección y guion: Daniel Levy. Fotografía: Ole Bratt Birkeland. Música: Rob Simonsen. Edición: Jonathan Corn. Elenco: Daniel Levy, Ruth Negga, Himesh Patel, Celia Imrie, David Bradley, Arnaud Valois, Luke Evans. Duración: 100 minutos. Disponible en: Netflix. Nuestra opinión: buena.
Tras el éxito cosechado con la comedia televisiva creada con su padre, la aclamada Schitt’s Creek, el actor, guionista y director Daniel Levy se volcó a la realización de su primer largometraje, Despertar del duelo, y lo hizo distanciándose notablemente de la impronta de aquella sitcom, con apenas algunos tramos de humor para abordar la historia de un hombre enfrentado a un momento bisagra. Levy interpreta a Marc, un pintor que vive plácidamente en Londres con su esposo, Oliver (Luke Evans), y trabaja ilustrando los libros de su pareja, quien se aboca a narrativas young adult exitosamente llevadas al cine.
Levy construye la primera secuencia de su ópera prima en ese hogar, en el festejo de Navidad en el que se reúnen todos los amigos que tiene en común con Oliver, una persona con un encanto particular para moverse en un círculo de élite en el que Marc, en cambio, no se maneja con tanta comodidad.
Por lo tanto, en medio del bullicio, elige refugiarse en dos personas incondicionales: su amiga Sophie (Ruth Negga) y su expareja Thomas (Himesh Patel). El festejo se termina cuando Oliver abandona la casa para emprender un viaje a París y sufre un accidente en el camino que le cuesta la vida y que deja en pausa a Marc, un individuo poco habituado a tomar las riendas de su cotidianidad. En este punto, Levy realiza un atractivo abordaje del protagonista y sus métodos para subsistir en una realidad en la que quedó huérfano (la pérdida de su madre y la implosión que genera es una arista interesante que explora el film) y en la que su esposo, la persona en la que depositaba toda su atención, ya no está allí para tapar todo lo que no se anima a resolver.
Sin golpes bajos o secuencias excesivamente melodramáticas, el actor y director logra transmitir los pormenores de un duelo, desde los recuerdos que asaltan en el momento menos pensado hasta lo más frío que ocasiona una partida, con la burocracia como principal exponente.
Cuando Marc tiene que ocuparse de la herencia de su esposo, Levy pega un apresurado volantazo de guion con la revelación de que su pareja le estaba ocultando una suerte de doble vida en París, ciudad que se termina convirtiendo en el epicentro de la acción. El giro, por demás innecesario para una película intimista que no se beneficia cuando abre demasiadas puertas, parece haber sido concebido por el cineasta con el único propósito de trasladar el relato a un lugar pintoresco que muchas veces opaca la interacción entre los personajes.
La excusa de Paris como lugar de traición y, al mismo tiempo, de reconstrucción personal, también involucra a Sophie y a Thomas, esos amigos que vivieron un año entero con el protagonista para ayudarlo a superar la angustia más cruenta. A modo de agradecimiento, el artista los invita a ese departamento que tenía su marido, sin revelarles que él mismo está descubriendo ese lugar, con el enojo subyacente. Cuando Despertar del duelo se corre de ese intento infructuoso de complejizar la situación de Marc, esboza momentos muy sentidos, sobre todo cuando Negga y Patel despliegan todo su talento.
A pesar de que los actores son relegados en varias oportunidades para permitir el lucimiento de Levy (quien trastabilla en ciertas escenas dramáticas), cuando aparecen en pantalla, le aportan otra tesitura a la historia. Así, los amigos del protagonista terminan acoplándose a la perfección al relato micro, en gran medida porque sus luchas personales son expuestas sin trazo grueso, desde la depresión que sufre Sophie que la conduce a comportarse erráticamente hasta la decepción amorosa de Thomas por no sentirse nunca “la persona ideal” de alguien más, una confesión que Patel desliza con una conmovedora simpleza que recuerda a su gran interpretación en la miniserie Estación Once.
En los instantes en los que Levy deja brillar a esos personajes y no los ata irremisiblemente a Marc, Despertar del duelo consigue esa profundidad que busca desde el inicio, cuando el sueño de una vida perfecta está al borde de resquebrajarse, con todo lo que eso implica para quien elude las disrupciones por temor a lo que estas traen consigo, uno de los tópicos principales de este prometedor debut de Levy en el terreno dramático.
Dónde verla. Despertar del duelo, de Daniel Levy, se encuentra disponible en Netflix.
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