Guillermo Francella y Luisana Lopilato, del amor filial a la pasión amorosa
Doce años después de Casados con hijos, la pareja se reencuentra en Los que aman, odian, un policial que es la adaptación de la única novela que escribieron a dúo Silvina Ocampo y Adolfo Bioy Casares
Hace doce años, Guillermo Francella era una de los actores cómicos más importantes de la Argentina y Luisana Lopilato , una actriz adolescente que se había hecho famosa en las tiras televisivas Chiquititas y Rebelde Way. La primera vez que trabajaron juntos fue en Casados con hijos, la exitosa versión de Telefé de la sitcom norteamericana, en la que interpretaban a padre e hija. En estos años, sus vidas cambiaron bastante.
Francella expandió su rango actoral y su presencia internacional con películas como El secreto de sus ojos, la ganadora del Oscar que dirigió Juan José Campanella , y El clan, de Pablo Trapero . Lopilato siguió su carrera como actriz, fue la cara de varios productos de moda y belleza y se casó con el cantante canadiense Michael Bublé , con quien tiene dos hijos.
Francella y Lopilato se reencontraron con otra madurez y experiencia -y en roles muy distintos- en Los que aman, odian, película dirigida por Alejandro Maci, basada en el policial de Silvina Ocampo y Adolfo Bioy Casares, que se estrenará mañana.
El protagonista de Los que aman, odian es el doctor Enrique Hubermann, interpretado por Francella, un médico homeópata que llega de vacaciones al hotel de su prima (Marilú Marini), ubicado frente al mar, y se reencuentra con Mari (Lopilato), una paciente con la que tuvo una relación amorosa. Mientras una tormenta de arena mantiene a los huéspedes encerrados en el hotel, van surgiendo las tensiones entre Hubermann y Mari, y también entre ésta, su hermana Emilia (Justina Bustos) y su cuñado Atuel (Juan Minujín). Un crimen los convertirá a todos en sospechosos.
"Me interesó el universo de Bioy y Silvina Ocampo, y me gustaron mucho el guión y el director -cuenta Francella-. También los años 40, el refinamiento de esa clase social y este homeópata que vive por y para sus preparados, a quien le aparece una paciente que le trastroca la vida. Una chica transgresora que lo enamora y enciende en él una pasión que nunca tuvo. Ella juega con él y le provoca distintos estados de ánimo, porque Hubermann no sólo no conoció antes la pasión amorosa, sino tampoco esa ira. No está acostumbrado a que lo alteren."
A Lopilato le atrajo que el personaje fuese tan distinto de ella. "Mari no tiene nada mío -dice-. Cuando vi la película quedé en shock. Como me conozco, siempre veo algo mío en mis personajes, pero acá no. Fue raro."
El arduo trabajo que realizaó Lopilato para componer a su personaje entró en pausa cuando, en noviembre último, a su hijo Noah le diagnosticaron cáncer de hígado. Lopilato y su marido dejaron sus compromisos laborales de lado para dedicarse a la recuperación del pequeño, que resultó afortunadamente exitosa. La producción de Los que aman, odian la esperó.
"Fue un stop en mi vida y pensé en no volver nunca más -dice ella-. Pero había un equipo de personas de muchos valores, Guillermo, Alejandro y toda la producción, que me estaba esperando, que me apoyó todo ese tiempo. No podía no devolverles el gesto que tuvieron conmigo. No hubo ni un día en que no me hayan preguntado cuándo volvía, siempre me apoyaron. Por eso tomé la decisión de regresar y terminar lo que había empezado."
Mimetizados
La relación laboral y de amistad que desde hace más de una década une a Francella y Lopilato fue determinante a la hora de la pequeña controversia que surgió cuando se supo que quienes habían sido Pepe y Paola Argento, padre e hija, en Casados con hijos, interpretarían a dos amantes; esa incomodidad creció cuando se conocieron las primeras imágenes de una escena de sexo entre ambos personajes.
"Hay gente que ha dicho: «¡Me arruinaron mi infancia!» -dice Francella, al borde de la risa-. Me parece demasiado, pero igual lo entiendo. Cuando algo impacta tanto, transcurre una década y sigue pasando lo mismo, tengo que entender que la gente se mimetizó con eso. Creo que a los dos segundos de empezada la película no hay manera de que te acuerdes de los Argento, porque nos metemos en un universo que no tiene nada que ver con el de la sitcom. Lo hablamos mucho entre nosotros, como también charlamos sobre el grado de verdad que debían tener las escenas, por más jugadas que fueran. Había que jugarse, si no quedaban a mitad de camino y no podía ser así. No subestimo lo que digan, algunos comentarios me pueden resultar graciosos. Sabíamos que se podía generar esto, no tanto como sucedió, pero pienso que todo se va a diluir cuando finalmente vean la película."
A la hora de juzgar cómo ha transcurrido el tiempo para los dos, Francella ve a Lopilato como una actriz más madura, pero con el profesionalismo de siempre. Ella admira no sólo el talento de él, sino también cómo se involucra en todos los aspectos de la producción: "Guille está en todo. No se preocupa sólo por sus diálogos, sino por los de todos", detalla.
Francella, por su parte, vuelve a la importancia que tuvo en el set de filmación la química entre los dos. "Con Lu tengo una química muy fuerte, hay mucha complicidad de dos años intensos de trabajo, que se acrecentó cuando continué mi relación con ella y con Darío (Lopilato, hermano de Luisana en la vida real y en aquella ficción televisiva) -dice-. He sido su fuente de consulta en algunas cosas. Después se casó y vive entre Vancouver y Los Ángeles. Volvió siendo otra chica, pero nunca cambió su esencia. Sigue siendo esa Luisana querible y verdadera. Es muy laburante, como yo, y eso nos acerca. Creo que todo eso se ve en la pantalla."
Más allá del estreno de Los que aman, odian, el dúo ya trabaja en sus próximos proyectos. Francella está rodando junto con Luis Brandoni la nueva película de Gastón Duprat y se prepara para dirigir en teatro una adaptación de la película italiana Perfectos desconocidos. Lopilato tiene por delante el protagónico de Perdida, film basado en la novela Cornelia, de Florencia Etcheves, dirigida por Alejandro Montiel, en la que interpretará otro papel desafiante. "El cine me da un espacio para poder crecer -dice-. Quiero perfeccionarme. El cine me está ayudando a descubrir a una actriz que tal vez no sabía que podía ser."
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