De Orson Welles a Kenneth Branagh, y de Peter Ustinov a John Malcovich, el personaje ha estado presente en el imaginario audiovisual por más de 90 años; ante el estreno de Muerte en el Nilo, su nueva incursión cinematográfica, repasamos su historia y la de sus mejores (y peores) intérpretes
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Arrogante y vanidoso, meticuloso y obsesivo, detallista e hipermemorioso, capaz de observar el árbol sin perder de vista el bosque. Egocéntrico e irritante, bon vivant y autosuficiente, tiene una mente privilegiada, lo sabe, lo demuestra y lo hace valer. De una rectitud inquebrantable, sólo lo mueve la búsqueda de la Justicia. Para él, el raciocinio y las emociones son los ejércitos enfrentados en este tablero de ajedrez que es la existencia. Y sus peones son la vida y la muerte. Por suerte, sobre todos reina él, Hercule Poirot, único dueño de la verdad.
Creado por la británica Agatha Christie, el detective capaz de hacerle sombra a Sherlock Holmes debutó en una novela de 1916 que nadie quiso publicar. Hasta que cayó en manos del editor literario del diario The Times, que la dio a conocer como un folletín de 18 entregas entre el 27 de febrero y el 25 de junio de 1920. El misterioso caso de Styles era el primer trabajo de una escritora sin trayectoria profesional, pero con un estilo propio e inconfundible. Enraizada en el policial deductivo creado por Edgar Allan Poe y perfeccionado por Arthur Conan Doyle, Agatha Christie fundó su imperio artístico y económico, transformándose en una de las mujeres más influyentes y leídas del planeta. Sólo de su principal criatura, Poirot, firmó 33 novelas, dos obras de teatro y cerca de cincuenta cuentos.
Una creación muy personal
El nombre de Hercule Poirot es un homenaje a otros dos detectives de ficción, Hercule Popeau y Monsieur Poiret, vigentes en ese entonces y hoy completamente olvidados. Recurriendo a su experiencia personal como enfermera en Bélgica, Christie decidió que Poirot sería un refugiado belga en Londres, que había logrado escapar de la ocupación alemana de su país durante la Primera Guerra mundial. Y ambientó sus ficciones en medio de la geopolítica de entreguerras, espacio temporal que empezó describiendo en tiempo presente y culminó reconstruyendo con interesada perspectiva histórica.
Con el paso de los años, las novelas fueron articulando la biografía de Poirot. Sus inicios como agente de Policía en Bélgica; su desempeño como detective privado en Inglaterra; sus viajes por Europa, África, Asia y Sudamérica, mezclando el turismo con la resolución de crímenes (aparentemente) imposibles, su retiro hacia la campiña para cultivar calabacines. En su último libro, Telón (septiembre de 1975), un Poirot ya anciano, con el cuerpo lacerado por la artritis y los problemas cardíacos y la mente agobiada por un sentimiento de culpa, simplemente se deja morir. Tres meses después, el 12 de enero de 1976, fallecía Agatha Christie.
(Casi) todos los Poirot
En serio y en broma. En teatro, radio, cine y TV. Con acción real y dibujos animados. Hercule Poirot está entre las principales criaturas de ficción nacidas en la literatura policial. Y estos son los actores responsables de sus versiones más (y menos) logradas.
Charles Laughton. Considerado uno de los padres fundadores del arte escénico británico, fue el primero en ponerle el cuerpo al brillante detective. En 1928 protagonizó la obra de teatro Alibi, de Michael Morton, basada en la novela El asesinato de Roger Ackroyd. Laughton venía de forjarse un nombre como intérprete shakespereano; y su personificación de Poirot en el West End londinense fue considerada consagratoria por The Times, aunque los puristas actuales no estarían muy de acuerdo con el cambio de nacionalidad de Poirot, que pasó a ser francés en lugar de belga. En 1932, Laughton dirigió y protagonizó un nuevo montaje de la obra, retitulada The Fatal Alibi para los escenarios de Broadway, pero con resultados adversos de crítica y público. Ya instalado en los Estados Unidos, Laughton saltó al estrellato hollywoodense tras su actuación en las películas Motín a bordo, El jorobado de Notre Dame y Testigo de cargo, basada en otra obra teatral de Christie. En 1955, dirigió a Robert Mitchum en La noche del cazador, la segunda mejor película de la historia del cine, después de El ciudadano, según la prestigiosa revista Cahiers du Cinéma.
Francis L. Sullivan. Descontenta con el resultado final de Alibi, Agatha Christie decidió escribir la primera aventura de Poirot pensada exclusivamente para el teatro. Black Coffee subió a escena en el West End en diciembre de 1930, con un Poirot bastante parecido al literario, encarnado por Francis L. Sullivan, otro intérprete de raigambre shakespereana. La pieza fue un suceso sin precedentes, tanto que terminó lanzando la carrera de autora teatral de Agatha Christie, cuyo mayor éxito, La ratonera, sigue estando en cartel desde 1952, sin otras interrupciones que las obligadas por la pandemia de COVID-19.
Austin Trevor. El primer Poirot cinematográfico fue, también, el único Poirot sin su icónico bigote. Este actor irlandés, de vasta trayectoria en el teatro, el cine y la TV inglesa, lo personificó en tres largometrajes británicos: Alibi y Black Coffee (ambos de 1931, adaptaciones de las obras teatrales que protagonizaran Laughton y Sullivan); y Lord Edgware Dies (1934). En 1965, Trevor tuvo una fugaz participación en la película The Alphabet Murders, donde Tony Randall interpretaba a Poirot.
Orson Welles. Ya había entrado en la historia grande de los medios por haberle hecho creer a los Estados Unidos que estaba transmitiendo, en tiempo real, la invasión de los marcianos a la Tierra. Después de semejante caos (y tan tremenda exposición), el ciclo de radioteatros The Campbell Playhouse siguió adaptando grandes obras de la literatura universal. Agatha Christie dijo presente el 12 de noviembre de 1939, con Welles haciendo de Poirot en una versión abreviada de El asesinato de Roger Ackroyd. Quiso el destino que este fuera el primer trabajo conjunto de Welles y el guionista Herman Mankiewicz, con quien escribiría el guion de El ciudadano (1941), considerado por muchos como el mejor film de la historia del cine.
Tony Randall. Olvídense del Poirot de Agatha Christie, el protagonista de The Alphabet Murders (1965) es lo más parecido que podrán encontrar a Maxwell Smart o el Inspector Clouseau, un bufón carismático que depende de la casualidad más que de su inteligencia para resolver el caso. Jugada en tono satírico y con bastante doble sentido, la película explota descaradamente las curvas peligrosas de Anita Ekberg. Como curiosidad, el film incluye el encuentro entre Poirot y el otro gran personaje creado por Christie, Miss Marple (a cargo de Margaret Rutherford), algo que nunca ocurrió en el terreno literario.
Albert Finney. El Poirot que marcó un antes y un después en la historia de las adaptaciones fílmicas del personaje. Al frente de Asesinato en el Expreso de Oriente (1974), instaló la licencia en el rango de las megaproducciones multiestelares, poniendo en valor la fidelidad al material literario. Su versión del detective fue perfecta, tanto que decidió no volver a interpretarlo por miedo a quedar encasillado en el rol. Dirigida por Sidney Lumet, cuenta con la participación de Lauren Bacall, Ingrid Bergman, Sean Connery, Vanessa Redgrave, Michael York, Jacqueline Bisset y Anthony Perkins, entre otras figuras.
Peter Ustinov. Uno de los actores más asociados con Poirot, ya que lo interpretó en seis ocasiones: tres en cine y tres en TV. Tuvo la responsabilidad de continuar la franquicia iniciada con Asesinato en el Expreso de Oriente, y estuvo a la altura. Su Poirot es metódico, obsesivo y detallista, aunque un poco más cálido y afable que el original literario. Debutó en el rol con Muerte en el Nilo (1978), fuerte apuesta por la espectacularidad de las locaciones reales en Egipto y la presencia en pantalla de Bette Davis, David Niven, Mia Farrow, Jane Birkin, Angela Lansbury y George Kennedy, entre otros. Su repercusión en taquilla disparó la producción de una nueva secuela, Evil Under the Sun (1982). Basada en la novela Muerte bajo el sol, mostró a un Poirot mucho más relajado que el de las anteriores entregas, pero “demasiado vanidoso, autosuficiente y quisquilloso”, según el propio Ustinov. El reparto incluía a figuras como Jane Birkin, Roddy McDowall, James Mason y Diana Rigg (la Emma Peel de Los Vengadores), pero no alcanzó. La película funcionó muy mal en los cines del mundo y el destino de la franquicia pareció sellado. Hasta que la TV decidió hacerse cargo del timón. El 19 de octubre de 1985, CBS estrenó el telefilm Thirteen at Dinner, con Ustinov y Faye Dunaway. En un papel secundario se lució David Suchet, quien con el tiempo llegaría a transformarse en la imagen definitiva de Poirot. Thirteen... superó las expectativas de los productores; y dos nuevos telefilms fueron encargados: Dead Man´s Folly y Murder in Three Acts, ambas estrenadas en 1986. Envalentonada por las respuestas positivas, la licencia volvió a la gran pantalla en 1988 con Cita con la muerte. La película apostó al exotismo de las locaciones en Trieste, Jaffa y Jerusalén; y a la participación de Lauren Bacall, Carrie Fisher, Piper Laurie y John Gielgud, pero el resultado final fue un metraje soporífero y aburrido. Una indigna despedida para Ustinov.
David Suchet. Para muchos, el Poirot definitivo es este actor de raigambre teatral, formado bajo el Sistema de Stanislavski y fanático seguidor del Método perfeccionado por el Actor’s Studio. Según cuenta la leyenda, fue la propia familia de Agatha Christie la que recomendó a Suchet para el papel, después de haberlo visto como secundario en el telefilm Thirteen at Dinner, con Ustinov como el detective. “Mi trabajo no era interpretar un personaje, sino llegar a ser Hercule Poirot. Y tuve la suerte de lograrlo mientras filmábamos”, comentó Suchet. Al frente de la serie Agatha Christie’s Poirot, totalizó 13 temporadas (70 episodios), emitidos por la TV británica entre 1989 y 2013. Todos los capítulos están basados en las novelas y los cuentos originales, enfatizando aquellos subtextos que Christie sólo había dejado entrever en su escritura. El episodio final, emitido el 13 de noviembre de 2013, adaptó la novela Telón, con la muerte de Poirot.
Hugh Laurie. Antes de convertirse en megaestrella gracias a Dr. House, Laurie se animó a interpretar a Poirot en una cortísima secuencia onírica de Spice World (1997), la película musical de las Spice Girls, banda femenina responsable, en gran parte, del estallido teen pop de los ‘90. Siguiendo con el juego, en 2010 hizo que Gregory House imitara al detective en un episodio de la sexta temporada de la serie, mientras daba cátedra de su sapiencia delante de sus colegas.
Alfred Molina. Preparándose para enfrentar a Spider-Man como el Doctor Octopus, Molina interpretó al primer Poirot contemporáneo. Producida, estrenada y ambientada en 2001, Asesinato en el Expreso de Oriente llegó a la televisión norteamericana de la mano de CBS. Tan ambiciosa como pobre, la trama mezclaba el auge de los infomerciales con la compra-venta de objetos de arte, la realeza monegasca con las herencias de los dictadores sudamericanos; y terminaba dando a entender que Poirot contraía matrimonio con una ladrona de diamantes ya retirada.
Kōtarō Satomi. El único Poirot en formato animé tuvo la voz de este actor japonés asociado a los dramas de época y los films de samuráis. La característica básica de Poirot y Marple: Los grandes detectives de Agatha Christie, es que los cuentos y las novelas originales fueron modificados para que ambos detectives compartieran el protagonismo de los casos. La trama incorporó a un nuevo personaje, Maybelle West, sobrina de Miss Marple y asistente de Poirot. La serie tuvo una sola temporada de 39 episodios, emitida por la cadena nipona NHK entre 2004 y 2005.
John Malkovich. Uno de los mejores actores norteamericanos contemporáneos fue el elegido por los nietos de Agatha Christie para protagonizar The ABC Murders, miniserie británica que la BBC emitió entre el 26 y el 28 de diciembre de 2018. Ambientada en 1930, abordó el crimen como un emergente de la crisis económica, social y política que Inglaterra vivía bajo la sombra de la amenaza nazi. “Lo más interesante de este Poirot deprimido y avejentado -señaló Malkovich- es que no tiene que adivinar quién es el asesino, ya que es algo que se sabe de antemano; sino que tiene que descubrir por qué hace lo que hace. Y esa respuesta tiene que ver con la discriminación hacia los inmigrantes que lleva adelante un grupo de fascistas británico. Y Poirot es un orgulloso inmigrante belga en Londres”.
Kenneth Branagh. Por ahora, el último gran Poirot audiovisual. Bastante consistente con el original literario, “priorizando el costado obsesivo-compulsivo del personaje, que aparece recubierto por una capa inquebrantable de dandismo”, según el propio Branagh. Acorde con los tiempos que corren, su detective se muestra como un hombre mucho más vulnerable e inclusivo, una especie de rockstar policial que oculta sus heridas físicas y emocionales a las sombras de su brillante intelecto. Aggiornando las características formales de la saga fílmica de los ‘70, Branagh dirigió y protagonizó Asesinato en el Expreso de Oriente (2017), con un elenco multiestelar que reunía a Johnny Depp, Penélope Cruz, Willem Dafoe, Judi Dench y Michelle Pfeiffer. Tres años después, repite su doble rol al frente de Muerte en el Nilo, que tras el parate internacional de la industria por el COVID-19, llega este jueves a los cines de la Argentina y del mundo. Acompañado por Annette Bening, Gal Gadot, Armie Hammer y Letitia Wright, entre otros, Branagh profundiza la humanización de Poirot mientras aumenta la oscuridad imbuida en los entornos glamorosos de la alta sociedad victoriana.
Como superproducción de gran escala visual, la actual saga de Poirot parece encaminarse a la consolidación de un interconectado Universo Cinematográfico de Agatha Christie. “Las posibilidades son muchas -declaró Branagh-, tantas como las novelas y los cuentos. Al igual que Dickens, Christie creó un mundo con una lógica propia y apasionante. Donde es tan importante la mecánica intelectual para la resolución del crimen, como el estudio de las pasiones humanas que lo provocaron. El futuro está ahí”.
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