En diciembre de 1775 nacía la genial escritora inglesa, cuyas obras, como Orgullo y prejuicio, Persuasión, Emma y Sensatez y sentimientos, fueron llevadas a la pantalla por grandes intérpretes, con resultados que cosecharon Oscar, millones de vistas en TikTok y algunas críticas
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Pasan los años, las décadas, los siglos... y las novelas de la genial Jane Austen, de cuyo nacimiento se cumple en estos días un nuevo aniversario, siguen alimentando el cine y la TV. Las historias de la autora británica no pierden vigencia -entre otras razones- por haber satirizado las relaciones de las capas sociales, las expectativas de ascenso, las restricciones impuestas a las mujeres durante la Regencia, siempre con humor sutil y mirada aguda. Al trabajo de esta feminista de avanzada le debemos grandes heroínas que viven momentos de alta tensión romántica, muchas veces llevadas a la pantalla, particularmente en las últimas tres décadas.
Las pasiones según las expone Austen hechizan a los guionistas, prontos a componer propuestas en distintos registros, más y menos fieles a esta autora, que invitan al público a pasear por la campiña inglesa, admirar las imponentes residencias de la nobleza, recrearse con los vestidos de época -de escotes bajos y anchos, cintura alta, corpiño y mangas ajustadas- y descubrir qué circunstancias agitan la vida de Catherine Morland (protagonista de La abadía de Northanger), Anne Elliot (Persuasión), las hermanas Elinor y Marianne Dashwood (Sensatez y sentimientos), Susan Vernon (Lady Susan), Emma Woodhouse (Emma), Fanny Price (Mansfield Park) y, la última en esta lista incompleta, pero no la menos importante, Elizabeth Bennet (Orgullo y prejuicio).
Hay consenso, sostienen algunas encuestas, en que la más exitosa y fiel versión de Orgullo y prejuicio es la que encabezan el guapísimo Colin Firth y la encantadora Jennifer Ehle, que componen a Darcy y Liz en esa imbatible miniserie de seis capítulos que, en 1995, produjo la BBC. Con ambientación impecable y evidente respeto por la pluma de Austen, fue adaptada por el guionista galés Andrew Davies (bastante cuestionado en años recientes por Sanditon, la novela inconclusa de Austen, por él finalizada con el deplorable objetivo de realizar una miniserie con escenas de sexo y desnudo, totalmente fuera del tono austeniano).
Por su parte, el director Joe Wright lideró la versión -estilizada, un tanto relamida- de 2004, con Keira Knightley haciendo honor a la chica Bennet, no así Matthew Macfadyen en el rol del icónico señor Darcy, menos apasionado y más monocorde en su rendición. Mención aparte para la realización de Robert Z. Leonard de 1940 Más fuerte que el orgullo, primera versión hollywoodense del volumen, bajo el paraguas de la Metro-Goldwyn-Mayer. Esta película, que se tomó algunas licencias discutibles, contó con Aldous Huxley como guionista y, en reparto, al ya consagrado y un tanto almidonado Laurence Olivier y la actriz Greer Garson.
También la BBC -sello de garantía para las janeites- produjo en 1995 una más que aceptable adaptación cinematográfica de Persuasión, dirigida por Roger Michell (Notting Hill), con Amanda Root como Anne Elliot. Personaje que, en 2007, interpretaría Sally Hawkins, muy elogiada por su actuación en esta versión del realizador Adrian Shergold. Distinto fue el caso de la cascoteada Dakota Johnson, que sigue recibiendo dardos por haber seguido las fallidas directrices de Carrie Cracknell en la desleal Persuasión estrenada el año pasado, que tergiversa el espíritu de la novela al volverla -según la crítica europea- “una especie de Fleabag” con “resultados calamitosos”.
En fechas recientes, destaca la reinterpretación de Emma, de la directora debutante Autumn de Wilde, de 2020, que encuentra el justo equilibrio entre modernidad, comicidad chispeante y romanticismo, con la divina Anya Taylor-Joy en rol estelar. Ya en 1996 ese papel había caído en las delicadas manos de Gwyneth Paltrow en el lánguido homónimo film capitaneado por Douglas McGrath, con gran elenco: Toni Colette, Ewan McGregor, Alan Cumming. Por su parte, Romola Garai fue Emma Woodhouse en 2009 para otra celebrada miniserie de la BBC, con Jonny Lee Miller, tan apuesto como buen comediante, en el papel de galán repitente. Y es que, en los 90, él ya había protagonizado la relativamente bien recibida Mansfield Park, escrita y dirigida por la canadiense Patrizia Rosema, con Frances O’Connor como Fanny.
De Sensatez y sentimientos, otro clásico eterno, se destaca la hermosa adaptación de 1995 de Ang Lee, con Emma Thompson (que también se ocupó del guión, labor que le valió un Oscar) y Kate Winslet como las hermanas Dashwood, tan diferentes entre sí: una sensata y comedida, la otra apasionada y cabezota. Que Alan Rickman sea el coronel Brandon es solo la frutilla del postre en esta certera versión, de la que también participan Hugh Grant y Hugh Laurie. El catálogo de la BBC, por supuesto, ofrece varias alternativas, rodada en 1981 y vuelta a rodar en 2008.
Variaciones Austen
Para aficionados sin mayores exigencias, también hay derivados que, aunque inspirados en la obra de Austen, no se ciñen estrictamente a su letra. Tal el caso de la comedia adolescente Ni idea (Clueless), de Amy Heckerling, devenida cinta de culto por justas razones -incluidos sus tantos inolvidables looks-. En esta suerte de recreación contemporánea de Emma, que transcurre ya no en Yorkshire siglo XIX sino en California de la década de 1990, Alicia Silverstone interpreta una variación personalísima de la entrañable casamentera, tan aggiornada como el personaje Josh, a cargo de Paul Rudd, su interés romántico en la película.
Otra famosa cinta con ecos lejanos -esta vez- a Orgullo y prejuicio podría ser El diario de Bridget Jones, que sí perdió actualidad pero al menos cuenta en su elenco con Colin Firth, el señor Darcy por excelencia. Por cierto: también hay una rendición a lo Bollywood, con la megaestrella india Aishwarya Rai, que no se priva de incluir trajes coloridos, danzas exóticas y músicas alusivas. Hablamos del film Bride and Prejudice (“Bodas y prejuicio”, su título en castellano), de la realizadora Gurinder Chadha, que parte de la prensa especializada considera entretenidísima y otra, más severa, le da con un hacha oxidada. Algo parecido sucede con Fire Island, del año pasado, una comedia romántica LGBTQ+ en clave multicultural, ambientada en la New York actual, ligeramente basada en Orgullo y prejuicio. Protagoniza Bowen Yang (comediante de Saturday Night Live) y dirige Andrew Ahn, ambos de ascendencia asiática.
Al límite
Ahora bien, si de versiones muy libres se trata, pocas más delirantes que Orgullo, prejuicio y zombies, basada en la homónima novela de Seth Grahame-Smith, que en 2009 tomó el clásico de Jane y le hizo unos cuantos ajustes. El más obvio: haber sumado a la trama amenazantes muertos vivos, a los que Liz Bennet -aquí una hábil guerrera- decapita sin esfuerzo en los tiempos de la Regencia. Naturalmente, el escritor también profanó una de las líneas más famosas de la literatura… “Es una verdad universalmente reconocida que un zombi que tiene cerebro necesita más cerebros”, puede escucharse en los inicios de la loquísima película que, en 2016, dirigió el estadounidense Burr Steers, con los británicos Lily James y Sam Riley como protagonistas, llevando el libro al cine. Fue un salto que no consiguió dar Sensatez, sentimientos y monstruos marinos, de Ben Winters, de título suficientemente explicativo.
“Debo una disculpa a la sombra de Jane Austen por implicar a su querida Elizabeth Bennet en una investigación por asesinato”, decía con cierta picardía la autora P. D. James, gran dama del crimen británica, hace poco más de una década, al presentar La muerte llega a Pemberley, donde la mentada heroína y su esposo Darcy -felizmente casados hace ya varios años- ven su dicha interrumpida por una muerte misteriosa. Esta especie de secuela –tipo thriller, con cierto aire a Agatha Christie- también fue adaptada al audiovisual en 2013, en una miniserie estelarizada por Matthew Rhys y Anna Maxwell Martin, que recibió buenas críticas en sus días.
Sobra decir a esta altura que el universo Austen se ha vuelto casi infinito con sus muchas adaptaciones, reversiones, ampliaciones, que incluyen desde series de Youtube (como la recomendable Los diarios de Lizzie Bennet, de 2013) hasta audiolibros (por ejemplo, Mrs Wickham, 2022, spinoff que imagina qué fue de la hermana díscola de Elizabeth, Lydia, casada con el tránsfuga de Wickham).
Hasta en TikTok la brillante autora dice presente con popularidad inusitada, muy por delante de otros grandes nombres de la literatura: el hashtag #JaneAusten registra casi mil millones de visionados, con clips de nativos digitales que, conquistados por su pluma, debaten, citan, resumen sus novelas, o hasta se animan a representar algunos de sus pasajes. Y sí, Austen se adapta a cualquier formato, ¡también a las bromas visuales!, conforme señalaron meses atrás académicos de la Universidad de Cambridge que, tras un análisis muy serio, decretaron que era una de las escritoras británicas que más memes inspira, apenas por detrás de William Shakespeare. ¿Será que, como sucedió en la década de los 90, nos estamos adentrando en una nueva era dorada de fanatismo por su obra? ¿Estaremos ante otro sonado boom austeniano? A cruzar los dedos...
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