La actriz habló con LA NACION sobre Cha Cha Real Smooth, la comedia dramática que protagoniza y produce y que obtuvo el premio de la audiencia en el Festival de Sundance
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Desde su rol de actriz, Dakota Johnson empezó a convertirse en una observadora del proceso creativo y de la tesitura de las historias a las que se les daba luz verde. Esa mirada aguda derivó en un descubrimiento: las películas de las que formaba parte (y otras que eran garantía de éxito) distanciaban al espectador y a ella misma. “Durante mucho tiempo, cuando filmaba, a veces daba mi opinión pero luego el resultado era algo totalmente diferente. Como artista, pensaba: ‘¿Qué carajo? Quiero que mi arte y mis ideas sean respetadas y tenidas en cuenta. Quiero ser parte del proceso”, llegó a manifestar Johnson quien, a sus 32 años, integró producciones de lo más diversas, entre ellas: Red social de David Fincher, la saga Cincuenta sombras de Grey, los films del italiano Luca Guadagnino A Bigger Splash y Suspiria, y la adaptación de Maggie Gyllenhaal de la novela de Elena Ferrante, La hija oscura.
Para que sus ideas sean respetadas, Johnson no vio otro camino más que el de crear su propia compañía productora y así, con Ro Donnelly a su lado, nació hace dos años TeaTime Pictures. “Me acuerdo de la primera vez que vi algo de Cooper fue su ópera prima, Shithouse, y me gustó su voz, por eso decidimos producir su segunda película”, contó Dakota en una conferencia de prensa vía Zoom de la que participó LA NACION. Cooper es Cooper Raiff, quien debutó como realizador en 2020 con ese film coming of age y su segunda película es Cha Cha Real Smooth, el primer largometraje que Dakota no solo produce y coprotagoniza sino también el primero en el que pudo pulir el guion junto a su director. El próximo proyecto que tiene en carpeta es Am I Ok?, el drama dirigido por Tig Notaro y Stephanie Allynne.
Cha Cha Real Smooth, que se estrena mañana por la plataforma de streaming, Apple TV+, marca una perfecta transición en el cine de Raiff. Así cómo Shithouse mostraba la vida en la universidad y la soledad que invadía a Alex, en su segundo film se pone el foco en qué sucede cuando uno recibe el título y debe responder a ciertos mandatos socioculturales: buscar un trabajo, sentar cabeza, formar una familia. Esas presiones sobrevuelan a Andrew (Raiff), quien a sus 22 años, y luego de graduarse, se va a vivir nuevamente con su familia a Nueva Jersey sin un objetivo en mente. Por su carisma natural, comienzan a llamarlo las madres del colegio al que asiste su hermano para que oficie como animador fiestas en bares y bat mitzvahs.
En ese contexto conoce a Domino (Johnson) y a Lola, su hija con autismo (interpretada por Vanessa Burghardt), quienes sin proponérselo conducen a Andrew a sus verdaderos intereses. Los tres forjan una familia en la que no importan las etiquetas y que, desde el primer momento, sabemos que no será eterna. Para Raiff, quien también estuvo presente en la conferencia de prensa junto a Burghardt, eso no importa. Lo que vale es el recuerdo de ese vínculo forjado.
“Colaborar con Cooper fue una experiencia realmente maravillosa. Es muy bueno trabajar con cineastas nuevos; realmente aprecio la autenticidad y la frescura de su punto de vista. Me gusta defender a los artistas emergentes y es muy agradable trabajar con él”, expresó Dakota respecto al lazo creativo que entabló con Raiff, con quien pudo desarrollar los lineamientos del guion sin encontrarse con una pared del otro lado. Por el contrario, hubo un respeto mutuo.
Para el director, el respaldo de Johnson lo hizo sentir seguro, como explicó en diálogo con LA NACION. “Hice mi primera película con solo seis personas en el set, había muchas más en Cha Cha Real Smooth, la curva de aprendizaje fue enorme. Sin embargo, la principal diferencia entre las dos es que la gente se preocupa por el resultado de la película. Shithouse se sintió como un proceso muy solitario, quienes estaban en el rodaje sentían que ni la íbamos a terminar, fue como un milagro. En cambio, con Cha Cha sentí que había gente que me estaba ayudando a llevarla a cabo, que ponía su ADN en ella, y Dakota siempre estuvo firme, ese fue el gran cambio”, apuntó el director.
Cha Cha Real Smooth tiene momentos intimistas muy logrados, como las charlas entre Andrew y su mamá (interpretada por una infalible Leslie Mann) y entre el joven y Lola, una adolescente intuitiva que reconoce en él a una persona genuina con quien puede ser ella misma. “Esta fue mi primera película y el ambiente fue cómodo”, manifestó Burghardt. “Siento que me parezco a Lola en algunos aspectos, en mis tendencias y rasgos autistas, en que tiendo a tomarme un tiempo para simpatizar con las personas y realmente me preocupo por ellas, aunque lo expreso de manera diferente y soy un poco más socialmente madura que mi personaje”, aseguró la actriz. Burghardt también aludió a la importancia de la representación, un punto clave que Cha Cha Real Smooth no pasa por alto. “Nunca tuve un referente, una persona con autismo que admirara, me refiero en la pantalla, no en la vida cotidiana. Eso me llevaba a pensar que el problema era yo, pero no era así, simplemente no había visto a nadie como yo en una película”, añadió la joven, quien brinda una interpretación de enorme sensibilidad en el largometraje.
Cuando se le preguntó a Dakota si habló con madres de adolescentes con autismo para su preparación, la actriz y productora aseguró que prefirió poner su atención en Vanessa. “Siempre observé el comportamiento de las madres en general, y cuando estábamos desarrollando el guion hubo muchas oportunidades para imaginarme qué quería esta mujer, quería mostrar esa realidad, su lucha, los momentos difíciles de dolor y oscuridad. Y luego, cuando Vanessa y yo nos conocimos, fue una especie de relación orgánica que se construyó y creo que eso es lo que se ve en pantalla, siempre aprecié su punto de vista, es una joven radiante, no hay pretensiones en ella”, remarcó Johnson.
Asimismo, Raiff contó que el objetivo primigenio de Cha Cha Real Smooth no fue el de “enseñar sobre el autismo” ni el de “dar un mensaje”, sino el de mostrar una relación específica entre personas que se acompañan en una etapa compleja. “Como escritor, no me propuse dar una lección sobre el autismo, para nada. El núcleo de la película es esa relación particular e íntima, mostrar cuán eterna puede ser. Cuando comencé a escribir el personaje de Lola, se volvió más y más claro, pero luego conocimos a Vanessa y cambió mucho. Se volvió más claro aún. Yo quería contar la historia de ese ‘matrimonio’ entre Lola y Vanessa, si eso tiene sentido, quería que la gente supiera sobre ella, creo que eso es importante. Pero no sé si quise enviar un mensaje sobre el autismo”, aclaró Raiff. “Yo tampoco quiero enseñarle nada a la gente”, lo secundó Burghardt. “Creo que con esta película demostramos que las personas con autismo tienen sentimientos y pueden formar relaciones, tienen empatía”.
En cuanto a Domino, es una mujer a la que le cuesta expresar lo que le sucede, una persona introspectiva que solo habla de su batalla contra la depresión cuando encuentra la situación ideal para recordar algo tan doloroso. La propia Johnson contó en una ocasión cómo lidió con un cuadro depresivo y episodios de ansiedad. “He luchado contra la depresión desde que era muy joven, desde que tenía 15 o 14 años. Fue entonces cuando, con la ayuda de profesionales, pensé: ‘Oh, esto es algo por lo que de verdad se pasa’”, compartió la actriz y productora, quien conectó con esas “peleas” diarias que entabla Domino.
-Dakota, una vez mencionaste que esta película realmente tocó tu alma y que te sentiste muy identificada con lo que leías en el guion. ¿En qué aspectos?
-Creo que porque es auténtica y eso se siente, realmente queríamos que esta película se sintiera realmente específica y protegimos la verdad todo el tiempo para que cualquier persona que la viera pudiera verse a sí misma o a alguien que conoce en sus vidas, en lugar de estar viendo personajes que son totalmente inalcanzables. Creo que es por eso que todavía me encanta.
“Estoy en un momento especial”, dice Dakota en un tramo de la entrevista, y se sonríe. Está hablando de lo gratificante que es producir largometrajes que pongan la autenticidad al frente. “Hice muchas películas en las que no les importaba a los productores (risas), no protegían el trabajo. Muchos quieren ganar la mayor cantidad de dinero posible o tratar de atender a las masas, no protegen a sus directores, no protegen a sus artistas, y yo sí quería hacer eso. Cha Cha fue la oportunidad perfecta. Como actriz, para acceder a estar en una película el guion tiene que ser excelente y las personas involucradas deben ser amables y buenas; como productora, quiero enfocarme en relatos de inclusión y diversidad”, subrayó Johnson.
Con el aprendizaje de diversos rodajes a cuestas, Dakota tiene en claro cuál es su camino como artista. “Hay tantas películas de las que nunca había oído hablar que son brillantes, pero es una cuestión de suerte llegar al público”, reflexiona. “Si tenés suerte, tu película va a Sundance o la adquiere Apple y podés hablar de ella. Las producciones más grandes son las que todos conocen y, por lo general, esas son historias que se crean porque funcionaron antes o porque fueron hechas por un algoritmo (...) Yo me propongo enfocarme en historias auténticas”.
Cuándo y dónde verla: Cha Cha Real Smooth se estrena el viernes 17 en Apple TV+.
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