Cuento de hadas con el más puro espíritu Disney
Se destacan la factura técnica y la ingeniosa trama
Encantada (Enchanted, EE.UU.:/2007). Dirección: Kevin Lima. Con Amy Adams, Patrick Dempsey, James Marsden, Susan Sarandon, Timothy Spall y otros. Guión: Bill Kelly. Música: Alan Menken y Stephen Schwartz. Fotografía: Don Burgess. Presentada por Buena Vista International. Hablada en español. Duración: 107 minutos. Calificación: apta para todo público.
Nuestra opinión: buena
Los productores de los estudios Walt Disney siempre están en busca de esas historias románticas en las que el amor y la amistad pueden enfrentar cualquier contingencia adversa. Encantada es otro de los ejemplos de que esa legendaria empresa sigue conociendo los gustos del público infantil y juvenil, sin olvidar la necesidad de que los mayores pasen, también, un momento de sano esparcimiento. Aquí, los responsables del film aunaron los dibujos animados con personajes de carne y hueso para desarrollar la historia de Giselle, princesa de un reino de música y de fantasía que vive alegre y feliz en espera de su príncipe azul. Este finalmente llega, pero su madre, reina malvada y ambiciosa, desea impedir ese matrimonio y envía a la sorprendida princesita a la multitudinaria Nueva York, donde se siente perdida en un mundo caótico que le cuesta entender.
Inmersa en un espacio alocado, Giselle transita las calles de la urbe, intenta adaptarse a su nuevo y para ella extraño lugar y sueña con aquel reino en que fue feliz. Pero el destino le tiene preparada una sorpresa cuando conoce a un abogado divorciado, encantador y nada perfecto que decide ayudarla ante la insistencia de su pequeña hija, que sí cree que Giselle es una princesa de un cuento de hadas. A pesar de que en su mundo está prometida a su príncipe azul, se pregunta si su visión del amor ideal tiene futuro en el mundo real. Y Cupido hace el resto: su flecha da en el blanco de Giselle y del abogado tras no pocas aventuras y desventuras en medio de esa multitudinaria ciudad muy distinta del reino que la protagonista dejó atrás.
Los dibujos animados de ese mágico mundo en el que todo es felicidad son de una excelente factura técnica, en tanto que cuando la historia se traslada a la tumultuosa Nueva York los personajes y los paisajes dejan paso a los intérpretes en vivo en una ingeniosa muestra de los responsables del film, a cuyo frente se halla el director Kevin Lima, quien logró imbricar con gran talento tanto los dibujos como la personificación de los personajes en el amplio espacio neoyorquino. Otro de los aciertos del film reside en las canciones compuestas por Alan Menken y Stephen Schwartz, que ya habían dado pruebas de su ingenio en las recordadas Pocahontas y en El jorobado de Notre Dame .
Amy Adams posee el necesario encanto en su papel de atribulada princesa, en tanto que Patrick Dempsey, como el abogado que descubre el amor donde menos lo esperaba, cumple su tarea a satisfacción, en medio de su estupor y de su corazón abierto a la muchacha surgida de la más alegre fantasía.
Encantada queda, pues, como un grato ejemplo de que el inolvidable Walt Disney, a muchos años de su desaparición, halló hábiles sucesores para proseguir su tarea de entretener con los más puros elementos y las moralejas más aleccionadoras.