Cuando el marido se vuelve el sospechoso
No se lo digas a nadie , segundo film de Canet
De no haber sufrido un accidente con su caballo cuando tenía 18 años, probablemente Guillaume Canet no sería desde hace tiempo uno de los galanes más cotizados de Francia (y ahora también director de prestigio) sino, quizá, campeón de salto, tal como lo soñaba en la infancia, transcurrida en el haras de sus padres.
Pero si el azar frustró la carrera hípica, lo empujó a desarrollar su otra vocación: el teatro. Los pasos siguientes casi podían preverse tratándose de un tipo joven, con buena facha, talento y carisma: a la sala donde representaba una pieza de Montherlant, lo fueron a buscar la publicidad primero y la TV y el cine después. Pero no ha olvidado la pasión inicial y aún ahora, cuando acaba de presentar en Toronto su flamante Les petits mouchoirs , promete que alguna vez hará un film con caballos: "Un western, o una película de gauchos, quién sabe".
Por ahora, la hípica asoma, aunque brevemente, en el segundo film que dirigió y por el que obtuvo el César en 2007, No se lo digas a nadie , que Mirada Distribution estrena el jueves. Es la primera vez que adapta una novela -en este caso, Tell No One , de Harlan Coben, best seller en veintisiete países-, y la primera en que combina el thriller, la intriga policial, el suspenso y una historia de amor.
Pero cuando se le pregunta por qué eligió esa historia (su film anterior, Mon idol , sobre argumento propio, echaba una mirada corrosiva sobre el mundo de la TV), no habla del tema sino de los actores, la materia básica con que construye su obra: "La novela de Coben tenía muchos personajes fuertes, lo que es ideal para mí porque tengo cierta debilidad: cada vez que veo a un actor o una actriz que me gustan quiero trabajar con ellos." (A veces quiere algo más: estuvo casado con Diane Kruger y convive, desde 2007, con Marion Cotillard).
Aquí se dio el gusto de convocar a varios de sus favoritos. La compleja trama de No se lo digas a nadie - narra el caso de un pediatra que tras el ataque de desconocidos cree muerta a su esposa y que ocho años después de la tragedia, cuando aparecen restos humanos en el lugar donde la mujer fue asesinada, se pone a investigar y se vuelve sospechoso del crimen- le permitió contar con François Cluzet ( Un asunto de mujeres, París ), André Dussolier, Kristin Scott Thomas, Nathalie Baye, Jean Rochefort y François Berléand ( Los coristas ). Para él -a quien vimos en Juntos , al lado de Audrey Tautou- sólo se reservó un papel fugaz: quería estar libre para poder operar una de las cámaras: "Cuando escribo una escena, o antes, cuando la leo en el original -ha dicho- la visualizo inmediatamente: sé cómo voy a filmarla hasta en los menores detalles, y trato de conservar viva esa emoción aun con los cambios que haga en la adaptación o los que deba hacer por cuestiones prácticas".
En ese sentido, subraya que el autor de la novela le dio vía libre: "Le dije desde el principio por qué y cómo quería adaptar su libro. Cambié el final y estuvo de acuerdo. Me dijo que cada cambio hecho por nosotros (compartí el trabajo con Philippe Lefebvre) había añadido algo que en la novela no estaba. Las únicas limitaciones procedían del propio libro: había misterios que se resolvían demasiado fácilmente (como a través de un personaje que entraba y decía: «Me contaron que?»), y eso no funciona en el cine. Pero por lo demás tuve toda libertad. Por ejemplo, introduje el personaje de una torturadora, en lugar del asiático que figura en el libro. Hemos visto demasiados tipos como ése; ya había demasiados hombres en el film y me pareció que tener una mujer en ese papel era sorpresivo y producía mayor impacto".
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