Crítica: La caída, retrato descarnado de Lucía Puenzo sobre las consecuencias del abuso

La caída (México/2022). Dirección: Lucía Puenzo. Guion: Lucía Puenzo, María Renée Prudencio, Tatiana Mereñuk, Mónica Herrera, Samara Ibrahim. Fotografía: Nicolás Puenzo. Edición: Misael Bustos. Elenco: Karla Souza, Hernán Mendoza, Dèja Ebergenyi, Enrique Singer, Claudia Lobo. Duración: 94 minutos. Distribución: Digicine. Nuestra opinión: muy buena.

Mariel (Karla Souza) se mueve en el agua como si quisiera azotarse con ella en lugar de encontrar, allí en la constancia de su movimiento, un escenario nítido y expuesto ante sus ojos para un momento de lucidez, de calma. En cambio, su mandíbula tensionada, su mirada impertérrita y la manera filosa con la que se arroja desde el trampolín denotan una disposición que está en las antípodas de esa placidez que el agua puede otorgarle. El agua que ahora es para ella un recordatorio constante de algo que la carcome y la sofoca.

La caída, el largometraje mexicano de la cineasta argentina Lucía Puenzo, llega hoy a salas comerciales y desembarca mañana en Amazon Prime Video, y tiene como protagonista excluyente a Souza, quien brinda una actuación sublime, contenida, en la que su cuerpo es la herramienta para ir revelando paulatinamente lo que convive en Mariel, lo que la transforma de adentro hacia afuera.

En cierta medida, su trabajo remite al de Marian Álvarez en La herida, la película española de Fernando Franco García. En ambos casos, dos mujeres utilizan su cuerpo para castigarlo, pero también para mostrar, con movimientos casi imperceptibles, lo que no pueden (o quieren) poner en palabras. Puenzo, acompañada nuevamente por su hermano Nicolás como director de fotografía, registra con planos cerrados esos instantes en los que Mariel se contrae ante el tacto ajeno y en los que se libera segundos antes de esa caída en la que solo es ella cuando está suspendida. El contacto con el agua la golpea hacia el pasado que arremete para reducirla a un estado febril.

La caída es un film agobiante que, en sintonía con La jauría (la serie chilena dirigida por Puenzo, también disponible en Amazon Prime Video), se adentra en las consecuencias del abuso, en este caso acotando la mirada. Mariel es una clavadista de élite que vislumbra el ocaso a sus 30 años, pero que de todas formas se prepara para los Juegos Olímpicos con su entrenador desde que tenía 14 años. Cuando debe trabajar en conjunto con una joven que tiene la misma edad que ella cuando se inició en el deporte, intenta desestimar las acusaciones de abuso contra su mentor y emprende un viaje hacia una competencia donde se ve reflejada en esa compañera cuya carrera recién comienza.

Puenzo, apuntalada en el guion por Maria Renée Prudencio, Tatiana Mereñuk, Mónica Herrera y Samara Ibrahim, se interesa por la Mariel actual, la que carga con un trauma que acalla utilizando su mejor arma, ese cuerpo cuya agilidad la llevó a lo más alto pero que en otras ocasiones le repele. La caída establece paralelismos entre la protagonista y esa joven que tampoco sabe cómo expresar lo que está padeciendo y lo hace focalizando en lo no dicho, en gritos contenidos que se van perpetuando hasta ser indicios de hechos aberrantes, aquellos que sufrió Mariel y que su familia no quiso ver. Inspirada en hechos reales y con el caso de Larry Nassar muy fresco en la memoria, La caída desarrolla con aplomo la intersección entre dos víctimas que se reconocen como tales con solo una mirada y que se entregan al agua como esperando la salvación.

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